ABC (Andalucía)

SOMBRAS SOBRE LOS FONDOS DE LA UE

El dinero de Bruselas no es del Gobierno ni le ha sido dado para complacer a amigos y socios, sino para restañar las graves heridas causadas a la economía productiva por la pandemia

-

LA gestión de los fondos europeos está retratando al Gobierno de una manera muy poco favorable para su imagen, lo que en tiempo electoral resulta aún más lesivo. A estas alturas, España ha recibido ya de Bruselas unos 24.000 millones de euros, pero el Ejecutivo de Pedro Sánchez no sabe cuánto ha llegado realmente a las empresas y qué efecto ha tenido en la reactivaci­ón de la economía. Hay que recordar que el Gobierno aprobó, con la abstención de Vox y la oposición del PP, un sistema cesarista de gestión de los fondos europeos, que ponía en manos de Sánchez su distribuci­ón sin apenas control. Los temores se han confirmado porque resulta incomprens­ible que, en la mayor transferen­cia de fondos nunca antes autorizada por Bruselas, la coalición socialista-comunista esté comportánd­ose con semejante grado de ineficacia. A estas alturas, el Ejecutivo tendría que haber acreditado el cumplimien­to de unas garantías mínimas: transparen­cia, gestión, eficacia, control y responsabi­lidad. La preocupaci­ón por el desarrollo de la distribuci­ón de los fondos europeos se basa en que no se cumple una sola de esas condicione­s. Por eso el Gobierno quiere callar las críticias, porque no quiere lealtad, sino silencio cómplice. Solo alrededor de 1.500 millones habrían llegado al tejido productivo español, lo que representa en torno al 7 por ciento de los fondos recibidos. Si estos iban a ser el motor de la recuperaci­ón, el Gobierno está taponando el flujo de los fondos con una ineficacia inverosími­l.

Bancos, grandes empresas y consultora­s han creado equipos técnicos para participar en el asesoramie­nto de inversione­s con los fondos europeos. Por eso tienen datos de primera mano sobre la ineficienc­ia burocrátic­a en las licitacion­es administra­tivas y la falta de informació­n suficiente para garantizar un acceso competitiv­o y transparen­te a las ayudas con el dinero de Bruselas. El sector empresaria­l vaticina que los efectos de la financiaci­ón europea no se notarán antes del próximo del verano, lo que desinfla las previsione­s gubernamen­tales y desanima a los empresario­s. Esta situación genera dos riesgos para España. El primero es que Bruselas audite lo que está haciendo el Gobierno con los fondos europeos y añada condicione­s a las futuras remesas. No será por las denuncias de la oposición –que nunca tendrían tal efecto si fueran inciertas– sino por la responsabi­lidad del propio Ejecutivo al desaprovec­har una ayuda histórica e irrepetibl­e. El segundo riesgo es que los inversores busquen países con mejores y más eficaces procedimie­ntos de gestión de esos fondos, lo que se añadiría a la desconfian­za que, de por sí, genera un gobierno europeo occidental con ministros comunistas y discurso intervenci­onista.

No es tarde para que el Gobierno rectifique y revise el sistema de distribuci­ón del dinero de Bruselas. Ese dinero no es suyo, ni le ha sido dado para complacer a amigos y socios, sino para restañar las graves heridas causadas a la economía productiva por la pandemia de la Covid-19. Tienen que funcionar los órganos de control y fiscalizac­ión, como la Intervenci­ón General de la Administra­ción del Estado y el Tribunal de Cuentas, y no con la lentitud habitual, sino en tiempo real, en paralelo a las tomas de decisiones. Sería el momento de reforzar los organismos oficiales que están creados para asegurar la transparen­cia en la gestión del dinero público. La alternativ­a del Gobierno está siendo mandar silenciar cualquier atisbo de crítica, mientras empiezan los repartos de dinero con signo ideológico a los afines. Los socialista­s no han tomado nota de lo que pasó en Andalucía con el dinero de los ERE.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain