Madrid acoge a 3.777 de las firmas catalanas fugadas desde 2017
► Más de la mitad de las empresas que han abandonado Cataluña desde el 1-O se han mudado a la capital ► La región capitalina siguió liderando en 2021 la atracción de compañías desde otras comunidades autónomas
El referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 en Cataluña replanteó a miles de empresas su permanencia en la región después de cumplirse los peores temores, tras años de resistirse a creer que el ‘procés’ traspasaría las líneas rojas. Los planes de fuga de muchas de ellas entonces se aceleraron, y la comunidad de mayor aportación para el PIB español comenzó un descenso a los infiernos que, aunque empieza a amainar en su virulencia, continúa deshilachando la economía regional. Desde entonces, en términos netos –relación entre firmas que se han ido y han llegado a la región desde otras comunidades–, 4.680 empresas han abandonado Cataluña.
De la crisis política pronto se aprovechó Madrid, que consiguió destronar a Cataluña como la región que más aporta al Producto Interior Bruto (PIB), con el 19,3% del total, frente al 19% de la región catalana durante 2019. Parte de ese ‘sorpasso’ ha sido gracias a la cantidad de empresas que han trasladado su sede social a Madrid desde el 1-O. Entre ellas, grandes compañías cotizadas como Naturgy, Colonial y Cellnex, pero también de todos los tamaños. De hecho, con los datos a cierre de 2021, de las 7.444 empresas que han abandonado Cataluña en los últimos cinco años, 3.777 lo han hecho para afincarse en la capital. Es decir, más de la mitad de las empresas fugadas han buscado cobijo en Madrid desde 2017, según las estadísticas proporcionadas por el Colegio de Registradores. En el sentido inverso, en los últimos cinco años, 1.413 compañías con sede social en Madrid se han mudado a Cataluña, poco más de un tercio en relación.
La sangría fue más notoria en los primeros compases después del referéndum ilegal. En 2017 y 2018, 2.745 de las 4.895 empresas que dejaron Cataluña escogieron Madrid como centro de operaciones. En los últimos años la estadística se había desvanecido tanto en dirección a la capital, como al resto de regiones. Así, en 2019, de Cataluña se fueron 948 compañías (349 a Madrid) y en 2020, año del estallido de la pandemia, 666 (309 a la capital). Aunque cabe destacar que muchas de estas mudanzas entre comunidades se frenaron durante ese año por el parón administrativo de la crisis sanitaria. En 2021, con la relajación de restricciones y la reactivación de la economía, de Cataluña se fueron 935 empresas, por las 609 que llegaron, que dejaron una pérdida de 326 firmas, la región que más empresas cedió. Mientras, en el último año Madrid ha ganado 388, convirtiéndose un año más en la que más empresas atrajo desde otras regiones de España.
En 2021, además de la región capitalina, Baleares (83), Comunidad Valenciana (78), Galicia (68), Andalucía (29), Aragón (11), Canarias (10), Cantabria (8), Navarra (6) y Asturias (1) recibieron más empresas desde otros puntos de la geografía española, respecto a las que se fueron. Las que siguieron a Cataluña en pérdida neta de mudanzas fueron Castilla y León (-60), Murcia (-49), País Vasco (-27), La Rioja (-13), Extremadura (-8), Castilla y La Mancha (-5) y Ceuta y Melilla (-1).
Polo de atracción
Pero lo cierto es que el éxito de Madrid no solo se debe a la debacle del ‘procés’. Así las cosas, la comunidad madrileña también se ha convertido en un polo de atracción de empresas desde todas las comunidades por sus políticas de bajos impuestos y de libertad económica. En los últimos cinco años, cerca de 10.000 firmas se han instalado en la capital procedentes de otras comunidades. O lo que es lo mismo, Madrid ha registrado a su favor más de un tercio de los 27.238 traslados de sede entre comunidades desde 2017.
Por contra, 6.791 firmas han abandonado Madrid desde 2017. Por lo que, en términos netos, la capital ha ganado 2.916 compañías en el último lustro. Con estos números, economistas y empresarios han coincidido en múltiples ocasiones en halagar la gestión económica de la comunidad. Particularmente orgullosos se muestran los gestores madrileños, que creen que los logros de la región se deben a algo más que a su laxitud fiscal. «Madrid es un lugar con magníficas infraestructuras, además de tener una gran concentración de talento, en un contexto donde hay escasez de recursos humanos cualificados para las
tecnológicas» relata a este periódico el presidente de la Confederación Empresarial de Madrid-CEOE (CEIM), Miguel Garrido. Aunque admite que es la presión fiscal «no abusiva» el principal factor de atracción para Madrid.
Pero el Gobierno tiene un plan para «igualar el tablero del juego». Los expertos de Hacienda ultiman en estos momentos su propuesta de reforma fiscal, que incluirá la armonización de los impuestos estatales cedidos a las comunidades autónomas, como son los de Patrimonio, Sucesiones y Donaciones.
«Espero que eso no ocurra. Son políticas que chocan con la realidad y el sentido común, cuando precisamente se está avanzando hacia una mayor transferencia de determinadas competencias a las comunidades autónomas. De repente dar el paso contrario y reducir la autonomía fiscal de las comunidades parece un contrasentido», lamenta Garrido, que cree que el cambio normativo podría traer perjuicios para el conjunto de la economía española. «Hará menos atractivo a España, porque hoy en día la competenciapara atraer empresas no es entre regiones, sino entre países» apostilla.