Un petróleo a 100 dólares el barril, la puntilla para la recuperación
► Se dispararían los carburantes, los costes de las empresas y de los autónomos y el IPC
Los precios del petróleo han comenzado este año con una tendencia al alza que ha situado el tipo Brent en 88 dólares el barril y el Texas en 85 dólares. En ambos casos, supone una subida del 13% respecto al cierre de 2021. El incremento es del 60% respecto a las mismas fechas del año pasado.
Estas subidas hacen temer a los analistas que el crudo alcance la cota psicológica de los 100 dólares el barril, nivel que no se daba desde septiembre de 2014.
Si se llegara a esa situación, se dispararían los precios de los carburantes –que ya han subido un 25% en los últimos doce meses–, lo que ocasionaría un fuerte incremento de los costes de las empresas y de los autónomos, así como de la inflación, que cerró 2021 en el 6,5%.
Los incrementos responden fundamentalmente a tres factores: por un lado, los recientes ataques con misiles de los rebeldes de Yemen a Emiratos Árabes Unidos, uno de los mayores productores de crudo del mundo. Por otro, las posibles sanciones económicas de la UE a Rusia si invade Ucrania, que incluirían la prohibición de comprar petróleo a aquel país. Al margen de estas cuestiones geopolíticas, también está tirando de los precios hacia arriba el hecho de que la variante Ómicron esté afectando a la economía mucho menos de lo que se temía al principio, por lo que la demanda mundial de crudo sigue creciendo.
Elena Días, profesora de Gestión Financiera de Comillas ICADE, afirma a
ABC que «la demanda del crudo, movida por la recuperación económica y los grandes estímulos fiscales y monetarios implementados durante la pandemia, crece con mucha mayor rapidez que su producción. Los productores de petróleo se ven reacios a incrementar la oferta a los mismos niveles de la demanda por el miedo a la aparición de nuevas variantes del Covid-19. A su vez, la inversión en la capacidad de producción se ve mermada por las implicaciones que los esfuerzos relativos a la transición energética tienen para el mercado petrolero. Esto, aunado a la esperada subida de intereses por parte de los bancos centrales, que subirá los costes de financiación, desincentiva la ampliación de oferta del crudo».
Añade que «bajo las actuales condiciones de mercado, se espera que el precio del crudo continúe creciendo, posiblemente rebasando los 100 dólares el barril. De particular interés será observar las medidas de política monetaria de los bancos centrales y las decisiones tomadas por la OPEC+ para evitar esta subida de precios. Precios de energía tan altos serán un seguro obstáculo para la recuperación económica, promoviendo aún más la precariedad y la desigualdad resultantes de la pandemia».
José Manuel Corrales, profesor de Economía y Empresa de la Universidad Europea, subraya que «esta subida del petróleo, junto al incremento general de la factura de la luz y del resto de productos energéticos, puede tener una repercusión negativa en la recuperación económica y de esta forma lastrar el crecimiento del PIB de los países desarrollados (incluida España)».
Previsiblemente, coyuntural
Pero este incremento del precio del petróleo «previsiblemente será coyuntural y se produce en un contexto con situaciones muy particulares: el creciente optimismo sobre la recuperación económica mundial anticipa un aumento de la demanda en todos los países (esto ya es realidad en China e India) y los recortes sustanciales de oferta de los países productores porque la oferta decrece entre otras cuestiones por el trasvase de inversiones al modelo verde y por el largo periodo de precios bajos». Por tanto, «estamos ante una subida que previsiblemente será coyuntural y no estructural, salvo que existan fuertes tensiones geopolíticas que favorezcan estos incrementos de precios».
Gonzalo Escribano, que dirige el programa de Energía y Clima del Real Instituto Elcano, explica que «existe bastante volatilidad en los precios en un rango cada vez más alto» y que hasta el tercer trimestre del año no empezarán a «flexionar». No descarta que puedan superar los 100 dólares el barril, aunque dependerá de factores geopolíticos «complicados», como Oriente Medio y Ucrania.