ABC (Andalucía)

Casado reivindica su programa ‘de investidur­a’ tras las críticas de Aznar a su liderazgo

► El presidente del PP carga contra Vox por sus alianzas con líderes radicales

- MARIANO CALLEJA

En Génova conocen bien a José María Aznar y ayer quisieron quitar hierro a sus pullas, o dardos envenenado­s que lanzó contra Pablo Casado en el mitin de Valladolid el sábado por la tarde, y que incomodaro­n a más de uno de los asistentes. Eso sí, fuentes populares reconocen que las críticas del expresiden­te afectan al que fuera su asesor y pupilo en sus inicios políticos, aunque las considere injustas, como en este caso. En Ávila, donde cerró el mitin central de la campaña, el líder del PP evitó comentar las palabras de su antiguo mentor, pero en su intervenci­ón respondió a su manera al reivindica­r su alternativ­a y el plan reformista que plasmó en la convención nacional de Valencia.

Aznar había advertido de que no se trata de querer llegar a La Moncloa porque sí, sino que hay que ganar para construir desde un liderazgo fuerte. «Construir para sumar, no para restar, para integrar, no para dividir», subrayó. Avisó además de que el auge de los populismos tiene mucho que ver con la falta de referentes fuertes para la gente. Y aseguró que un gran líder se rodea de los mejores, y no prescinde de ellos. Todo sonó a regañina monumental contra el que fuera su ‘alumno’. Fuentes de Génova enmarcaron esas declaracio­nes, hechas en el calor de un mitin, en la normalidad. «En el PP todas las voces se escuchan, suman y cuentan», aseguraron. Estas mismas fuentes señalaron que el liderazgo de Casado «es incuestion­able, y todo el mundo lo apoya». «La alternativ­a se vio perfectame­nte en la convención nacional», recordaron.

Ejes programáti­cos

Casado aprovechó su intervenci­ón en el mitin de Ávila, ante 400 personas que acudieron al Centro de Exposicion­es Lienzo Norte, para recordar los tres ejes de su programa reformista: el económico, el de fortalecim­iento institucio­nal y el social, con la maternidad y la educación en primer término. Recordó que su discurso de Valencia fue de hecho un «programa de investidur­a», que está listo para ser aplicado mañana mismo si llegara a La Moncloa. «Ahí está todo lo que necesita España», advirtió.

El presidente nacional del PP no mencionó expresamen­te a Aznar. Este tampoco habló de Casado en Valladolid, o casi, porque solo al final pronunció de pasada el nombre del líder de su partido. La relación entre ambos se ha enfriado en los últimos tiempos, sobre todo a raíz de la guerra del PP de Madrid, que Aznar ha criticado con rotundidad. Incluso llegó a decir que Ayuso es el referente del centro-derecha en España. En estas circunstan­cias, a nadie extraña que Casado se sienta más cómodo ahora con Rajoy, que acudirá el día 10 a León para participar en la campaña.

Pactos de Estado

Casado reivindicó su programa, pero también su propuesta de pactos de Estado, así como su defensa de principios claros como el de la independen­cia judicial, con una advertenci­a añadida: «He demostrado que a mí presiones, ni una», y un comentario: «A ver quién ha aguantado las campañas que hemos aguantado nosotros durante tres años sin movernos de nuestros principios». Al final de su intervenci­ón, dejó otro comentario: «Somos un partido moderado. La arrogancia y la estridenci­a no pone un plato en la mesa, ni paga a un autónomo».

Más allá de este ‘ajuste de cuentas’ interno, Casado se volcó en apoyar a Alfonso Fernández Mañueco como candidato a la reelección en Castilla y León, un barón que se ha ganado la estima de Génova por ser un hombre de partido leal, sin ningún ánimo de torpedear la acción de la dirección nacional. Casado cargó contra Sánchez, que para el PP es el auténtico rival de Mañueco. De hecho, en los mitines populares ni siquiera se pronuncia el nombre del candidato del PSOE en esta región, Luis Tudanca. Casado lo planteó desde la pegada de carteles: «Mañueco o sanchismo», que suena, con toda intención, al «socialismo o libertad» de Ayuso en Madrid. Casado está convencido de que Sänchez acabará con el PSOE si continúa «abrazado» a quienes quieren destruir, dijo, la Nación española.

Pero el líder del PP fue especialme­nte crítico sobre todo con Vox, partido del que cuestionó incluso su participac­ión en unas elecciones autonómica­s como estas del 13 de febrero porque no cree, dijo, en el Estado de las Autonomías. También se refirió a Vox como un partido escéptico con la Unión Europea, pero sus mayores críticas se las dirigió por la cumbre de este fin de semana en Madrid de partidos radicales en la derecha de varios países europeos, como los de Hungría, Polonia o Francia. En ese sentido, acusó a Vox de aliarse con líderes de formacione­s políticas que han asegurado que «entienden» la independen­cia de Cataluña y han votado junto a Puigdemont en Bruselas y Estrasburg­o. «No hay alternativ­a al PP en estas elecciones. Todo lo que no es el PP beneficia a Sánchez», sentenció.

«He demostrado que a mí presiones, ni una», advirtió Casado, que reivindicó la moderación del PP frente a la arrogancia

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// HERAS Casado, ayer con Fernández Mañueco durante un mitin en Ávila

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