ABC (Andalucía)

Al borde de la muerte por la embestida de los narcos

Manu, agente de la Udyco, acabó con la cabeza abierta en la UCI después de una persecució­n que acabó con su coche dando vueltas de campana tras ser arrollado

- J.J. MADUEÑO

Por culpa del ataque en la provincia de Córdoba, al policía tuvieron que ponerle 15 grapas en la cabeza; aún tiene secuelas

Manu comenzó su carrera en la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de Torremolin­os en 2012. A sus espaldas tiene cientos de investigac­iones, pero la última casi le cuesta la vida el pasado octubre. Meses después sigue de baja, tiene cefaleas, vértigos y no ha recuperado la movilidad total de un dedo, ni tampoco el oído izquierdo al completo. Son las secuelas de un terrible accidente tras ser embestido por una pareja de narcos, cuando perseguía una furgoneta cargada de hachís que trataba de llevar un cargamento de hachís desde la Costa del Sol hasta Francia. Es víctima de la violencia desmedida de los narcos en Andalucía, donde no dudan en arremeter contra las autoridade­s antes de perder la carga.

La noche comenzó en una vigilancia en un domicilio en el que la banda, que se dedicaba a mover droga por el método ‘Go Fast’. Estaban preparando un cargamento con destino al país galo. «Salieron las lanzaderas y luego la furgoneta: una ‘Jumpy’. Decidimos que era el vehículo que había que seguir», afirma el agente, quien señala que los siguió con un Peugeot 307 y su compañero en un Volkswagen Golf hasta el peaje de la AP-7 de Las Pedrizas sobre las 20.00 horas. «Pensamos en ponernos uno delante y otro detrás para poder pararlo, pero los peajes estaban todos libres y no fue posible», recuerda Manu.

Así, el agente se situó con su coche detrás, se pusieron los chalecos y se fueron a darle el alto. En ese momento, el conductor aceleró, rompió la barrera y se dio a la fuga. «Salimos en persecució­n, tratamos de cortar la autovía en Antequera, pero cuando se estaba preparando ya habíamos pasado», relata el policía, quien explica que la ‘Jumpy’ circulaba a 180 kilómetros por hora, para luego quedarse clavada en la carreta y volver a acelerar. «Intentaba que nos estrellára­mos», asegura.

Tratando de detenerlo, vieron como un coche, que iba muy despacio, se incorporó en la bajada de Antequera. «Era el coche lanzadera, que se metió entre la furgoneta y la Policía. «Trataba que la furgoneta se fuera. Ocupaba los dos carriles, nos frenaba, intentaba que paráramos o, cuando coincidía con otro coche, intentaba aguantar para que no avanzáramo­s», explica el policía, que aguantó ese juego con el Citroën DS de los narcos hasta Monturque (Córdoba).

Disparos

El compañero que iba con el Golf avisó por radio a Manu de que había recibido un impacto por detrás del coche de los narcos. «Entonces los vi venir. Me golpearon por detrás y se pusieron a mi altura, les disparé para intentar dar en una rueda o en el radiador. A ver si se paraba el coche», narra el agente, que dice que el coche se quedó rezagado y avisó al compañero por si se habían quedado averiados.

Sin embargo, volvieron a la carga. «Pusieron las luces largas para cegarme, volví a disparar al radiador del coche por la ventana, pero fallé. El impacto de su coche contra el mío fue en la parte trasera izquierda. Eso me hizo dar un trompo», señala el policía, que estuvo consciente en todo momento, hasta el punto de ver cómo el coche de los dos narcos le volvía a pegar en el lateral. «Me agarré al volante con fuerza. Desde ese momento sólo recuerdo golpes y cristales», afirma el policía, cuyo coche dio vueltas de campana durante más de 150 metros, saltó la mediana de la autovía y quedó de lado sobre el quitamiedo­s. «El cinturón no se soltaba: cuando lo conseguí, salí por la puerta del copiloto. Lo sé porque manché el airbag de sangre del acompañant­e con la brecha de la cabeza», explica.

Salió mareado. «El WhatsApp del grupo había estado muy activo y, de repente, se quedó en silencio. Sabía que algo pasaba. Le mandé un mensaje y le dije si iba a venir a cenar», explica su mujer, que también es agente en la Udyco de Torremolin­os. «Supo que algo no iba bien cuando la subinspect­ora la llamó dos veces. Al conocer la noticia, se desplazó hasta el lugar del accidente, desde donde llevaron a Manu al hospital Infanta Margarita de Cabra. «Me hicieron un TAC y vieron que tenía afectada una arteria en el cerebro. Así que me trasladaro­n al Reina Sofía», afirma.

Una quincena de grapas en la cabeza, medicación y tres días en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). No salió del hospital hasta el 26 de octubre. «Ya no tengo medicación, pero todavía combato con las secuelas. Me han dicho muchas cosas que puedo tener en el futuro o no, pero que van desde un dolor de cabeza a ataques epiléptico­s», asevera, mientras desea volver a su trabajo. «Quiero regresar a hacer lo mismo que antes. Lo mismo hubiera parado de saber que todo acabaría así, pero mi misión no era dejarlos escapar», señala el policía.

El agente es otra víctima de los narcos en Andalucía, que se han vuelto más violentos en los últimos años. «Ya no paran. Ahora embisten porque les sale rentable en el juzgado», asevera, mientras cuenta como otro dejó ir su furgoneta contra los clientes del McDonalds de Mijas para huir. A lo largo de sus años de servicio nunca estuvo en peligro como aquella noche, ni cuando investigó los lazos de la ‘Ndrangheta con Los Castañas en el norte de Italia, ni cuando intervino más de 6.000 kilos de cocaína. «Es la primera vez. En el 99% de los casos salimos ganando», afirma el agente de la Udyco.

Los que lo mandaron al hospital tampoco salieron indemnes. El coche que los embistió fue descubiert­o abandonado por los narcos de una segunda lanzadera de esa carga, que iba más adelante. Finalmente, se detuvo a cinco personas por un delito de tentativa de homicidio. El conductor que llevó a cabo aquellas maniobras, que pudieron acabar con la vida del agente, está en prisión.

 ?? // ABC ?? El agente posa para ABC varios meses después del incidente del que aún se está recuperand­o
// ABC El agente posa para ABC varios meses después del incidente del que aún se está recuperand­o

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain