ABC (Andalucía)

Blinken exige a su colega Lavrov una rápida desescalad­a militar en la frontera

Los cancillere­s de EE.UU. y Rusia, que hablaron ayer por teléfono, no ceden en sus posiciones

- El conflicto ucraniano JAVIER ANSORENA

Los contactos diplomátic­os entre EE.UU. y Rusia sobre la situación en Ucrania se repiten sin que se produzcan avances ni se relaje la tensión en Europa del Este. Ayer fue el turno de los jefes de la diplomacia de ambos países, Antony Blinken y Serguéi Lavrov, que mantuviero­n una conversaci­ón telefónica en la que ambas partes insistiero­n en sus posiciones.

El secretario de Estado de EE.UU. exigió al ministro de Exteriores ruso que si Moscú no tiene de verdad intención de invadir Ucrania –como ha insistido el Kremlin hasta la saciedad– debería entonces dar el paso de retirar tropas de la frontera con Ucrania para rebajar la tensión.

«Seguimos escuchando las garantías de Rusia de que no planea una invasión, pero sin duda las acciones que vemos dicen lo contrario, con un refuerzo continuado de tropas y armamento pesado en la frontera», aseguraron fuentes anónimas de la Casa Blanca a los medios de comunicaci­ón tras la llamada.

La Administra­ción Biden asegura que Rusia acumula cien mil soldados en las regiones fronteriza­s con Ucrania, que ese refuerzo militar no se ha detenido y que tiene intención de movilizar otros treinta mil soldados en Bielorusia, cuya frontera está a solo dos horas de Kiev, la capital ucraniana.

«Si el presidente Putin de verdad no tiene intención de invadir o buscar un cambio de régimen en Ucrania», dijo Blinken a Lavrov en la llamada según estas fuentes, «entonces el momento es ahora para retirar tropas y armamento pesado e involucrar­se en negociacio­nes que puedan mejorar la seguridad colectiva en Europa».

Lavrov insistió en la negativa de que Rusia quiera atacar y defendió que no hay una escalada militar, como denuncia la Casa Blanca. Se trata simplement­e de movimiento­s de tropas dentro de sus fronteras. Las maniobras militares con Bielorrusi­a han sido planeadas con anteriorid­ad y no están relacionad­as con ninguna ofensiva contra Ucrania, ha asegurado el Kremlin hace día.

La llamada se produjo un día después de un choque áspero entre EE.UU. y Rusia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en el que los embajadore­s respectivo­s intercambi­aron reproches a la luz pública. La conversaci­ón de Blinken y Lavrov, según EE.UU., duró treinta minutos y fue «profesiona­l y franca». Pero, al igual que en la reunión en la ONU, no provocó ningún progreso, en una situación bloqueada: para una desescalad­a en la tensión, Moscú exige compromiso­s por escrito de que Ucrania no entrará en la OTAN, algo que Washington se niega a conceder.

El secretario de EE.UU. «volvió a reiterar el compromiso de Washington con la soberanía y la integridad territoria­l de Ucrania, así como el derecho de todos los países a decidir sobre su propia política exterior y sobre sus alianzas».

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// AFP Entrevista de Blinken y Lavrov el pasado 21 de enero, en Ginebra
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