Neil Young promociona a Amazon, que acoge contenido antivacunas
► El músico, en guerra con Spotify, ofrece cuatro meses de suscripción gratis a los seguidores que se abonen a la plataforma de ‘streaming’ de Jeff Bezos
Neil Young no solo ha dado un portazo a Spotify en su disputa sobre la desinformación sobre Covid-19 de su estrella de los ‘podcast’, Joe Rogan. También ha buscado hacer pupa a la plataforma de ‘streaming’ con la promoción de uno de sus principales competidores: el veterano músico de folk y rock ha instruido a sus seguidores a que se suscriban a Amazon Music, la plataforma de ’streaming’ de música del gigante tecnológico fundado por Jeff Bezos. «Todos los amigos que busquen mi música pueden sencillamente ir a Amazon Music y hacer clic aquí», escribía en un mensaje en sus redes sociales Young, en las que añadía un enlace a la plataforma y con un caramelo para quienes le sigan lejos de Spotify: cuatro meses de suscripción gratis a Amazon Music. Lo habitual es que Amazon ofrezca un periodo prueba de 30 días sin pago a sus nuevos suscriptores. Con la ‘oferta especial Neil Young’ podrá cazar nuevos clientes.
Quizá Young no se ha dado cuenta de que la pureza de contenido no existe ni en el ‘podcast’ de Rogan, ni en Spotify ni, tampoco, en Amazon. De hecho, la compañía de Bezos ha protagonizado polémicas furiosas por contenidos de sus diversas plataformas. En marzo de 2019, una denuncia de la CNN mostró que Amazon Prime Video –su servicio de vídeo bajo demanda– ofrecía documentales antivacunas sin sustancia científica, como ‘Vaxxed’ o ‘We Don’t Vaccinate!’. Un legislador demócrata, Adam Schiff, protestó a Amazon, que acabó por eliminarlas de su catálogo.
Con la pandemia, los problemas crecieron. A finales del verano pasado, un grupo de legisladores demócratas –entre ellos, de nuevo, Schiff– acusó a Amazon de que su algoritmo promociona desinformación sobre el Covid-19 y sus tratamientos en su venta de libros (el negocio original de Amazon). «Amazon se beneficia del sensacionalismo de la desinformación sobre vacunas, mientras esas teorías conspiradoras contribuyen de forma directa al aumento de muertes por Covid», denunciaron. Hasta ese momento, Amazon se había librado del marcaje férreo que otras plataformas –Facebook, YouTube o Twitter– habían sufrido sobre su contenido cuestionable sobre la pandemia. En su denuncia, los legisladores aseguraban que si un usuario buscaba en Amazon un libro con las palabras clave ‘Covid-19’ y ‘vacuna’, el primer resultado era un libro de Joseph Mercola, un médico de Florida que defiende teorías sin base científica. La personalidad más prominente en el panorama antivacunas de EE.UU., Robert F. Kennedy Jr. –hijo del que fuera fiscal general y hermano de John Fitzgerald Kennedy– ha colocado su libro contra Anthony Fauci –asesor del presidente Joe Biden sobre la pandemia– en la lista de los libros más comprados en Amazon. Kennedy, que organizó hace unos días una mar
cha multitudinaria en Washington contra las vacunas, llegó al número 2 del ranking de Amazon (ahora está el 18).
El episodio Rogan-Young-Spotify no es nuevo. En los últimos años, los gigantes tecnológicos se han visto forzados a delimitar las fronteras de qué se puede verter en sus plataformas. Los límites entre el contenido ilegal, indeseable, cuestionable e incómodo no están siempre claros y van pintándolos a golpes. Las polémicas sobre la presencia del activista de extrema derecha Alex Jones en Facebook, la incitación a la violencia de Donald Trump en Twitter, los comentarios antisemitas de PewDiePie en YouTube o los chistes antitransgénero del cómico David Chappelle en su último especial de Netflix han provocado debates agitados sobre la relación de las plataformas con sus contenidos.
Spotify se defiende
El caso de Rogan y Spotify es algo especial. Primero, porque les une un contrato de cien millones de dólares, firmado el año pasado, que otorga una capa de responsabilidad a la plataforma sobre lo que dice su estrella. En segundo lugar, porque el problema no es tanto lo que dice Rogan. El conductor, que presenta el ‘podcast’ más popular de EE.UU., es sobre todo un entrevistador. «Solo hablo con gente y busco conversaciones interesantes», dijo esta semana para tratar de calmar los ánimos. «Trataré de traer a gente con opiniones diferentes, intentaré equilibrar los puntos de vista más controvertidos», dijo con cierto tono de disculpa. Pero defendió que lleva a su programa a gente «muy relevante e inteligente, con muchos logros», que pueden tener «opiniones diferentes a la narrativa convencional».
Spotify defendió que no puede convertirse en un «censor de contenido», pero publicó sus políticas sobre desinformación sobre Covid –que Rogan pareció no cumplir con alguno de sus invitados– y se comprometió a incluir advertencias en contenidos similares y enlaces a información acreditada de autoridades médicas. En esencia, algo similar a lo que hace Amazon. Ahora falta que Young descubra que los contenidos por los que ha huido de Spotify no faltarán en su nueva casa.