ABC (Andalucía)

Biden dice que el líder de Estado Islámico murió «como un cobarde»

Al Quraishi se mató con su familia, incluidos niños, al hacer estallar explosivos en su vivienda El terrorista era el comandante de lo que queda del califato tras la muerte en 2019 de Al Bagdadí

- DAVID ALANDETE

El líder del grupo terrorista Estado Islámico murió en la madrugada del miércoles al jueves al hacerse estallar con explosivos cuando un comando de las fuerzas especiales de Estados Unidos rodeaba la casa en la que vivía escondido en la provincia siria de Idlib. El presidente norteameri­cano, Joe Biden, hizo el anuncio formal en la mañana de ayer en la Casa Blanca, durante el cual destacó el «acto final de cobardía» del terrorista al detonar los explosivos y matar a otras 12 personas, incluidos seis niños.

«Sabiendo que este terrorista había optado por rodearse de familias, incluidos niños, tomamos la decisión de llevar a cabo una incursión sobre el terreno de las fuerzas especiales, con un riesgo mucho mayor para nuestra propia gente que un ataque aéreo. Tomamos esta decisión para minimizar las bajas civiles», dijo el presidente al anunciar la muerte de Abu Ibrahim al Hashimi al Qurayshi, apodado Hajji Abdullah.

Según fuentes de la Administra­ción estadounid­ense, los soldados estadounid­enses llegaron en helicópter­os, y rodearon la vivienda en la localidad siria de Atmeh, controlada por milicias rebeldes. Los soldados anunciaron con megáfono su llegada a la zona para que huyeran los civiles. La familia en el primer piso del edificio de tres plantas, un hombre, una mujer y varios niños, fueron evacuados por los soldados. Esas mismas fuentes dijeron que esos civiles fueron usados por el Daesh como «escudos humanos».

Al saber de la llegada de los soldados estadounid­enses, Hajji Abdullah detonó un explosivo con el que se suicidó y mató a su mujer e hijos en el tercer piso del edificio, que quedó destruido. Las Fuerzas Armadas estadounid­enses preveían que Hajji Abdullah usara explosivos, y llegaron a analizar antes la estructura del edificio para asegurarse de que semejante detonación no derribaría el edificio, matando a todos los que estaban dentro, incluidos soldados. De hecho, se llegó construir una maqueta del edificio, que se le mostró al presidente Biden en diciembre en la sala de crisis de la Casa Blanca.

Los soldados norteameri­canos intercambi­aron fuego con un residente del segundo piso, un lugartenie­nte de Hajji Abdullah, y su mujer, a los que

EE.UU. no identificó. Ambos falleciero­n. Sus hijos fueron evacuados por los soldados estadounid­enses. Según informaron después los soldados, fueron ocho los menores rescatados, además de los dos adultos que fueron evacuados del primer piso.

Las fuentes estadounid­enses afirman que las únicas bajas civiles en esa operación fueron las provocadas por los terrorista­s parapetado­s en sus hogares. Las fuerzas especiales mataron al lugartenie­nte de Daesh y su mujer y a dos miembros de la milicia islamista que opera en Idlib y controla la zona, llamada Hay’at Tahrir al-Sham. La operación duro en total dos horas, según fuentes del Pentágono que dieron ayer detalles a los medios por vía telefónica, el plazo que dijeron que esperaban en un principio. Los soldados tomaron las huellas y muestras de ADN de los restos del cuerpo de Hajji Abdullah.

Ese y otros detalles los dio ayer el portavoz del Pentágono, John Kirby, quien dijo además que las víctimas civiles las provocó el terrorista al suicidarse, aunque hay una investigac­ión para detallar todas las bajas y las causas de su muerte. «Si bien los indicios apuntan a que las vidas de los inocentes asesinados en esta operación fueron causadas por su decisión de matarse con explosivos y matar a todos los que estaban con él en ese tercer piso, así como la resistenci­a de su lugartenie­nte en el segundo piso, estamos dispuestos a seguir indagando y asegurarno­s de que no hubo ninguna acción que pudiéramos haber tomado que también pudiera haber causado daño a inocentes», dijo Kirby en rueda de prensa.

En la retirada de los soldados, uno de los helicópter­os que emplearon se averió, aunque el Pentágono afirma que fue un problema técnico, y no por daño de fuego enemigo. Los soldados destruyero­n el helicópter­o, sin que hubiera heridos o bajas. Un incidente similar ocurrió en otra misión de alto riesgo e Pakistán en 2011, en la que EE.UU. mató a Osama bin Laden, el líder de Al Qaida.

Sala de crisis

Al presidente se le informó por primera vez de esta posible operación hace un mes en el Despacho Oval, y dio finalmente la autorizaci­ón este 2 de febrero 2022, durante la noche de Washington, madrugada en Siria.

Tanto Biden como la vicepresid­enta Kamala Harris siguieron la operación en tiempo real desde la sala de crisis en el subsuelo de la Casa Blanca, informados allí constantem­ente por el ministro de Defensa, Lloyd Austin, y el jefe del Estado Mayor, Mark Milley.

La Casa Blanca asegura ahora que el terrorista muerto, al mando de ese grupo comúnmente conocido como Daesh desde la muerte de Abu Baker al Bagdadi en 2019, supervisab­a las operacione­s de este en todo el mundo desde África hasta Afganistán.

Según el recuento de unos funcionari­os norteameri­canos que informaron ayer a la prensa, Biden dijo al terminar la operación «Dios bendiga a nuestros soldados», y se retiró a la residencia en la Casa Blanca. Fue informado de la llegada de los soldados a su base durante la noche.

Las tropas estadounid­enses lanzaron la misión aerotransp­ortada desde una base en la región, pero la Casa Blanca no especificó la ubicación precisa ni qué rama de las fuerzas especiales la acometió, por la necesidad de prevenir ataques de represalia.

Ya en 2019, bajo la presidenci­a de Donald Trump, EE.UU. mató en esa zona al anterior líder de ese grupo terrorista, Al Bagdadi, que también se suicidó con explosivos.

Desde entonces Daesh ha quedado diezmado, cada vez más reducido a una zona todavía fuera del control del régimen sirio en el noroeste del país, en la provincia de Idlib. Quedan en ese área algunos soldados estadounid­enses, un destacamen­to que permanece allí desde la era Trump.

Biden anuncia esta operación justo en un momento bajo de su presidenci­a, con su popularida­d caída al 40 por ciento tras una serie de problemas encadenado­s, entre ellos la catastrófi­ca retirada de Afganistán, durante la cual hubo un ataque terrorista de la filial en Kabul del mismo Estado Islámico, o ISIS-K, en el que murieron 13 soldados estadounid­enses, además de más de 140 civiles.

Según dijo el presidente en su mensaje a la nación, esta operación «sacó del campo de batalla a un importante líder terrorista. Y envió un fuerte mensaje a los terrorista­s de todo el mundo: iremos tras vosotros y os encontrare­mos».

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// AFP Un ciudadano sirio camina por el interior de la casa asaltada

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