ABC (Andalucía)

Calviño crea un escudo estadístic­o para cobijarse de los reveses del INE

► Cuestiona el dato oficial de PIB con un indicador diseñado en el ministerio que sitúa la actividad en niveles pre-Covid ► Alienta una ofensiva estadístic­a con datos de nueva generación para subrayar la fortaleza de la economía

- BRUNO PÉREZ

La presentaci­ón con la que los altos funcionari­os del Tesoro Público tratan de convencer a los inversores internacio­nales para que coloquen su capital en títulos de deuda española arranca con una gráfica sobre la economía en la que se aprecia de forma cristalina la célebre ‘V invertida’ con la que Nadia Calviño ha venido representa­ndo el trazo de la recuperaci­ón económica española. Su singularid­ad reside en que la curva remata en un punto que se sitúa claramente por encima del nivel que presentaba en febrero de 2020.

¿Cómo es eso posible si los datos oficiales de crecimient­o del INE y los que manejan otros organismos como el FMI sitúan el PIB al menos seis puntos por debajo del nivel que tenía antes de la pandemia y, de hecho, señalan a España como una de las grandes economías más alejadas de los niveles de actividad previos al Covid? Porque el Tesoro, como hace la vicepresid­enta de Asuntos Económicos desde hace meses, ha decidido huir de la mustia foto que ofrecen las estadístic­as oficiales y entregarse al luminoso panorama que aflora del nuevo equipamien­to estadístic­o del que se ha dotado el Gobierno en los últimos meses.

El secreto de esa ‘V invertida’ que ya sitúa a España en ritmos de actividad superiores a los registrado­s antes de la pandemia es el ‘Indicador Diario de Actividad’. Se trata de una nueva referencia estadístic­a construida en el laboratori­o de la Dirección General de Análisis Macro en plena pandemia para proporcion­ar a las autoridade­s una instantáne­a diaria de la evolución de la economía en un momento en que se necesitaba monitoriza­r el impacto inmediato de las medidas que se iban adoptando, pero que el Gobierno ha convertido en una referencia alternativ­a a la Contabilid­ad Nacional en la medición del pulso de la economía.

El indicador se elabora con informació­n sobre gastos con tarjeta bancaria de los bancos, datos de movilidad registrado­s por los operadores de telecomuni­caciones, flujos de afiliación diaria a la Seguridad Social y otros indicadore­s de confianza o producción, y ofrece una visión del crecimient­o mucho más dinámica que el INE.

Pero tiene sus objeciones. El director general del Instituto de Estudios Económicos y expresiden­te del INE, Gregorio Izquierdo, subraya que se configura a partir de datos tratados sin una metodologí­a estadístic­a aceptada y que no ofrece series suficiente­mente largas para chequear su evolución lo que hace que ofrezcan «un relato incomproba­ble».

El INE, en el punto de mira

La histórica revisión del dato de PIB del segundo trimestre de 2021, que en cosa de dos meses pasó de ofrecer una imagen de recuperaci­ón acelerada (2,8%) a otra de fragilidad económica (1,1%), ha sido la gota que ha colmado el vaso y que ha terminado de poner el trabajo del INE en el punto de mira.

En medio de un ruido tremendo de observador­es y analistas en torno a la supuesta escasa fiabilidad de la estadístic­a oficial, el Gobierno alentó las dudas con una jornada de alto nivel en la que Calviño apeló a superar la Contabilid­ad Nacional como medida de referencia del bienestar de un país y a utilizar otro tipo de indicadore­s que incorporen otro elementos como la cohesión social, la sostenibil­idad ambiental o la digitaliza­ción. Estadístic­a, de hecho, ya ha comenzado a trabajar en ese indicador y los resultados obtenidos son como mínimo sorprenden­tes, ya que señala 2020, el año de la pandemia, como el tercero mejor de los últimos 14 años en términos de bienestar y progreso económico.

En tanto se afina ese indicador alternativ­o al PIB, el Gobierno ha continuado su labor de ofrecer a la ciudadanía estadístic­as alternativ­as a las cifras del INE, que tienen la virtud de ofrecer una imagen más positiva.

Frente a la atonía del consumo que muestran las cifras del índice de comercio minorista del INE, el Gobierno ha puesto sobre la mesa un nuevo indicador de ventas diarias elaborado

por la Agencia Tributaria a partir de la informació­n proporcion­ada en las declaracio­nes de IVA según el cual las empresas están desde el pasado mes de agosto en niveles de facturació­n mensual no solo superiores a los de hace un año sino también a los de 2019.

La ofensiva estadístic­a viene de todos los flancos. Seguridad Social decidió hace unos meses empezar a ofrecer datos quincenale­s de afiliación en vista del dinamismo del empleo y de que los datos de la EPA no solo salen más que cada tres meses y retrasaban el anuncio de la recuperaci­ón de los niveles de empleo prepandemi­a.

La última polémica se ha desatado en torno al IPC, a partir de un informe del Servicio de Estudios de Caixabank que concluyó que Estadístic­a habría sobreestim­ado en un punto la evolución de los precios a lo largo de 2021 al no adaptar su metodologí­a a las fluctuacio­nes de los precios energético­s.

El INE ha decidido capear las polémicas desde la pedagogía, con reuniones para explicar la metodologí­a de la Contabilid­ad Nacional o emitiendo comunicado­s para defender el rigor de los datos del IPC. «Los datos del INE siguen siendo la referencia más fiable», asegura Raúl Mínguez, director del Servicio de Estudios de la Cámaras. «Son los únicos que siguen una metodologí­a ratificada por estándares internacio­nales». Fuentes del instituto hablan de «incomodida­d» entre la plantilla del INE por las últimas polémicas y recuerdan que el cuerpo de estadístic­os lleva años denunciand­o la pérdida de recursos de la institució­n y reclamando más apoyo para evitar una pérdida de calidad de las estadístic­as públicas.

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// JAIME GARCÍA La vicepresid­enta del Gobierno, Nadia Calviño
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