Una película para que se salgan los ojos de las órbitas
‘MOONFALL’
Director: Roland Emmerich.
Intérpretes: Halle Berry, Patrick Wilson, John Bradley, Michael Peña
«Todo lo que sabíamos sobre el Universo acaba de salir por la ventana», dice Halle Berry a las primeras de cambio. Roland Emmerich se lo toma al pie de la letra y va más allá: arroja cualquier certeza científica al retrete y luego tira de la cadena, varias veces. Eso es ‘Moonfall’. Pero no seamos tan catastrofistas como el cineasta alemán, el hombre que más atentados ha cometido contra el planeta. Si el espectador desconecta el cerebro y se deja llevar por la montaña rusa, puede salir incluso contento.
Ya hemos visto otros pedruscos voluminosos que se precipitan hacia la Tierra. Hace justo una década, Lars Von Trier contó en ‘Melancolía’, pero con ensimismamiento, qué pasaría si un planeta se estampa contra el nuestro. Aquí la Luna se sale de su órbita, en una película diseñada para que al espectador le ocurra lo mismo con sus ojos. El castañazo que se avecina es de los que marcan una era, por una vez de forma literal.
La nueva versión del Apocalipsis ha sido escrita por el propio Emmerich en compañía de Spenser Cohen y Harald Kloser, este último también compositor y uno de los secuaces habituales del director. Al lado de lo que ocurre en ‘Moonfall’, ‘Armageddon’ parece neorrealismo italiano. La carrera por no pasarse de las dos horas justas parece desesperada, aunque ese afán siempre se agradece.
Michael Bay envió al espacio a un petrolero para cambiar el rumbo de un meteorito del tamaño de Texas. Lo que se le ocurre a Emmerich y compañía no se queda atrás. La verosimilitud queda malherida. En condiciones normales, cabría refugiarse en los efectos especiales, pero muchos de ellos están demasiado vistos. Cantan y cansan. El recurso de poner el destino del planeta en unas pocas manos se puede perdonar, pero que todos ellos estén relacionados entre sí es un exceso de endogamia. El fondo filosófico, el debate sobre los peligros de la inteligencia artificial, pasa a la misma velocidad, sin dejar el mínimo poso y sin trasfondo ecológico ni gaitas.
El mejor personaje es el conspiranoico que interpreta John Bradley, hilo conductor de la historia. Kelly Reilly Michael Peña, dos talentos desaprovechados. Los otros protagonistas, Halle Berry y Patrick Wilson, pagan la cuota de la belleza. Incluso Donald Sutherland hace un papel que parece una parodia.
Más grave es la ausencia de emoción espacial. Puede que haya pasado de moda, pero las mejores películas del género destilaban ese sentimiento.
Al lado de lo que ocurre en ‘Moonfall’, ‘Armageddon’ parece neorrealismo italiano