Abascal abre la puerta ya a «entenderse» con el PP tras el 13-F
Deja en el aire la posibilidad de entrar en un Gobierno de coalición: «Lo veremos» Tudanca, «con cara de presidente» para los socialistas
Nueva jornada de campaña y otro desembarco de políticos en Castilla y León de todos los colores. Entre lo más llamativo, el primer acercamiento claro de Vox con el PP —que no al revés—. Y es que su presidente, Santiago Abascal, que mostró su enfado al señalar el supuesto interés de un sector de los populares por repetir las elecciones de Castilla y León de no darse una mayoría absoluta, dejó claro que si esta región no da ese poder a un partido concreto, tendrán la «obligación» de entenderse. «Si Vox queda por delante del PP, tendremos que entendernos con ellos y no con el PSOE, y si el PP queda por delante de Vox, también tendremos que hablar», afirmó antes de matizar que su partido no es el «coche escoba» del Partido Popular para «recoger sus votos y devolvérselos».
Abascal, que lleva tres días seguidos en Castilla y León y hoy repetirá, arropó a su candidato, Juan GarcíaGallardo, en un acto que se celebró en su ciudad natal, Burgos, donde también estuvo presente el exfuncionario de prisiones secuestrado por ETA, José Antonio Ortega Lara. Allí advirtió a los asistentes que de no votar «correctamente», igual les hacen «votar otra vez», criticando la «falta de respeto a la decisión de los votantes». «Es intolerable decir: usted ha votado mal, vote otra vez hasta que vote correctamente. Para eso que suspendan las elecciones y hagan como en Venezuela», añadió.
«Lo que votéis servirá en función de las fuerzas que obtengamos para ese programa. No digo que no nos interese estar en el Gobierno, lo veremos, pero no queremos sillones ni cargos. Estamos hablando de un cambio de rumbo a favor de los intereses de España», afirmó.
Todos contra el PP
Mitin central de Ciudadanos, que reunió a su cúspide en Valladolid, donde el aspirante, Francisco Igea, que reaparecía tras superar el Covid, aseguraba que huele, «a kilómetros de distancia», el miedo que sienten los «irresponsables» que han convocado las elecciones autonómicas del 13 de febrero de forma «inesperada» y con «deshonestidad» dejando en suspenso el mejor presupuesto de la historia de la Comunidad, con más de 12.000 millones euros, informó Ical.
En una línea similar, Inés Arrimadas consideró que Mañueco se arrepiente de la «puñalada» a la Comunidad por órdenes a Pablo Casado y, quizás, por miedo a los jueces. «Alguien, está sudando de nervios y pidiendo refuerzos porque se está arrepintiendo», aseguró. En este sentido, apostó por «castigar» a los políticos profesionales, que solo pulsan un botón y destruyen un Gobierno, a quienes les importa un «pepino» la vida de los ciudadanos.
También volvía a la actividad pública el ministro de Consumo, Alberto Garzón. Sin ningún ánimo de rectificar sus polémicas palabras sobre la calidad de la carne que se exporta al exterior, optó por arremeter contra el candidato popular, Alfonso Fernández Mañueco, sobre el que dijo que «comenzó la campaña siendo el candidato de las macrogranjas y ahora es el candidato investigado por la Fiscalía por financiación irregular; quizá eso explique las prisas».
Compartiendo cartel con el candidato de Unidas Podemos, Pablo Fernández, también intervino la ministra de Igualdad, Irene Montero, que llamó «a echar de la Junta» al Partido Popular por «reventar los servicios sociales».