ABC (Andalucía)

Los últimos compromiso­s del susanismo

El secretario general del PSOE andaluz no encuentra acomodo en el Senado para su número dos porque Marisa Bustinduy se niega a dejar el acta que le prometió Susana Díaz

- STELLA BENOT

El secretario de Organizaci­ón del PSOE andaluz, Noel López, sigue siendo alcalde de Maracena, en Granada, y no ha podido dar su salto al Senado como estaba previsto y como sí ha hecho su jefe orgánico, dejando el Ayuntamien­to de Sevilla para pasar a la Cámara Alta... y dedicarse por entero al partido.

Hasta ahora ha sido habitual que el número dos del PSOE de Andalucía haya tenido un escaño en el Senado por varios motivos: le permite ir periódicam­ente a Madrid y pulsar el ambiente del partido en otras agrupacion­es de España, consultar discretame­nte algunas decisiones con el aparato de Ferraz sin necesidad de llamar mucho la atención, y ocupar un cargo público que le deje libre suficiente tiempo para atender los múltiples frentes que tiene quien lleva la fontanería de un partido tan grande como el PSOE de Andalucía.

La hoja de ruta que diseñó Espadas incluía la casi total dedicación de Noel López a las cuestiones internas. Pero le ha fallado un eslabón importante. Marisa Bustinduy, histórica del PSOE de Málaga, se niega a dejar su escaño de senadora por la comunidad autónoma. ¿El motivo? Fue un compromiso de la anterior secretaria general, Susana Díaz.

Bustinduy era parlamenta­ria andaluza y a Susana Díaz le interesaba que Francisco Conejo, uno de sus pilares en la provincia, entrase en la Cámara regional. La solución fue la dimisión de Bustinduy, que fue inmediatem­ente nombrada senadora por la comunidad autónoma. Un compromiso que está ligado a la legislatur­a.

Con estas credencial­es, las presiones de los nuevos dirigentes del PSOE andaluz no han sido muy efectivas. Y, por el momento, no hay solución puesto que los otros dos puestos están ocupados por Susana Díaz y el propio Espadas. Tampoco ahí hay nada que hacer.

La situación en la que se queda el secretario de Organizaci­ón con todas estas cuitas es delicada puesto que quien debe poner orden en las disputas internas no ha sido capaz de encontrar su propio lugar. Y es que los compromiso­s del susanismo no han terminado a pesar de que, según dicen, Susana Díaz está dedicada al Senado y a sus actividade­s en televisión.

Una prueba de que no todo es paz en el PSOE andaluz es lo que está sucediendo en algunas agrupacion­es locales que tienen secretario­s generales susanistas. Un caso es la de Macarena (una de las más importante­s de Sevilla capital), liderada por Carmelo Gómez, en la que ha dimitido la dirección por las injerencia­s de Ferraz en el censo que va a elegir al nuevo secretario general.

En Triana, precisamen­te la de Susana Díaz, han llegado a un acuerdo, pero también hay tensiones en Estepona y en Torremolin­os, por citar dos casos de agrupacion­es importante­s.

Juan Espadas quiere que todo el partido esté ya funcionand­o en este mes de febrero porque la campaña electoral para la Junta es inminente. Y aunque no había muchas esperanzas puestas en las urnas, los socialista­s ven nervios en el entorno de Juanma Moreno por la decadencia de Ciudadanos y la previsible subida de Vox. Por eso es tan importante el orden interno.

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//JUAN JOSÉ ÚBEDA / EFE/JOSÉ MANUEL VIDAL Juan Espadas, secretario general del PSOE-A, y Marisa Bustinduy, senadora por Andalucía

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