Ramón Tamames. «Los ministros de Podemos frenan la recuperación»
—Comunista.
—Carrillo dijo de nuestro grupo del 56: «estos no son comunistas. Son valiosos pero no están en la órbita comunista. Son liberales de izquierdas».
—Pero estuvo en Carabanchel.
—Fue nuestro bautizo de fuego, en el 56. Nos metieron unos meses en la 7ª galería de los políticos y fuguistas. Se suspendió el Fuero de los Españoles. Y se declaró el estado de excepción. Hubo muchas huelgas obreras.
—¿España tiene buenos gobiernos?
—Algunas veces los encuentra. En 1996 Aznar ganó muy justito pero económicamente lo hizo tan bien, que en el 2000 obtuvo la mayoría absoluta. Luego Irak cambió el ambiente.
—Luis María Anson dice que el gran hombre de Estado que ha dado nuestra democracia es Felipe González.
—Felipe tiene ya la leyenda y es muy difícil separarla de la realidad. Su mayor ejecutoria fue aumentar la presión fiscal del 27 al 38%. Con un Estado más fuerte pudo hacer más cosas, como el AVE, los Juegos o la Expo.
—Pero.
—Tuvo un serio problema con la cleptocracia de sus colaboradores, algunos de los cuales asaltaron el Estado.
—Usted fue antifranquista.
—Sí. Pero muchos necios no entienden que no fue lo mismo la autarquía que el desarrollo. Yo participé como Técnico Comercial del Estado del Plan de Estabilización de 1959, que cambió radicalmente la sociedad española; 13 años de crecimiento sostenido del 7,7%. Así se consolidó la clase media que luego facilitaría la Transición.
—Zapatero.
—Es un paréntesis entre gobernantes bastante razonables. Se metió en más problemas de los necesarios, sobre todo en lo autonómico, y así ha ido Cataluña y un poco el País Vasco.
—Gobierno Frankenstein.
—El bipartidismo empieza a volver, porque tener muchas opciones para juntarlas después se está viendo que es complicado.
—El modelo económico de la UE.
—No es el consenso de Washington; es más liberal y más abierto.
—Muy socialdemócrata.
—Un paraíso para los inmigrantes; para nosotros no lo parece tanto. Pero está muy consolidado y es difícil escapar de él con planteamientos pretendidamente revolucionarios.
—Revoluciones, nunca.
—La gente quiere vivir bien, aprovechar al máximo los recursos, llegar a la igualdad de oportunidades.
—El Reino Unido se ha ido.
—Son muy suyos: la Commonwealth, la libra esterlina, la serie ‘The Crown’.
—Se creen el centro del mundo.
—La sombra del Imperio está en todas las clases sociales. Boris Johnson es pernicioso y no aprecia para nada a Pedro Sánchez.
—Ni Johnson ni Biden.
—Tiene ministros pro-Putin que no gustan en Downing Street, ni en la Casa Blanca, ni en el Pentágono.
—Usted ha escrito «La mitad del mundo que fue España»
—Algunos llegan a pensar que reivindicar la Historia verdadera de España es supremacía blanca.
—La leyenda negra.
—Es envidia, ignorancia y complejo de inferioridad. España mantuvo durante cuatro siglos su Imperio, el segundo más longevo después de Roma.
Pero la Historia se estudia en cuatro libros de falsos hispanistas que generan baja autoestima y admiración paleta por lo importado.
—El genocidio es mentira.
—Hubo una invasión microbiana que colapsó la población indígena, como era inevitable que pasara en un continente aislado. Pero se hablan en Iberoamérica cientos de lenguas indígenas y persiste en parte la civilización originaria que fue erradicada entre los nativos de Estados Unidos. De las Indias de España, algunos mandatarios virreinales volvieron esposados porque habían maltratado a los indios. Había hasta juicios de residencia sobre si los virreyes habían robado o prevaricado.
—España hoy.
—Hay una mejoría, aunque más lenta de lo esperado porque en la coalición Frankenstein pesan demasiado los ministros de Podemos, que restan fuerza y frenan la recuperación.
—Cuando China despierte el mundo temblará.
—Es la segunda parte de una frase de Napoleón.
—¿Y la primera?
—Dice: «Dejad que China siga durmiendo». Pero nadie la cita porque el mundo ya está temblando y China no aceptará un segundo siglo de hegemonía norteamericana indiscutida.