La familia de la víctima denuncia que el piloto «cometió una imprudencia grave»
Afirma que la empresa que operaba el aparato no tenía el preceptivo manual de operaciones
La familia del observador del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) José Luis Domínguez Iborra, que perdió la vida la noche del 11 de julio pasado al caer al mar, frente a las costas de Sotogrande (Cádiz), el helicóptero en el que trabajaba durante una persecución a un velero sospechoso de narcotráfico, ha pedido al juzgado de San Roque encargado del caso que declare como investigado el piloto de la aeronave, A. O., al que creen responsable de un delito de imprudencia grave que habría provocado la tragedia. A. O., como comandante del aparato, era el responsable de la seguridad en vuelo.
La familia, además, no descarta emprender otras acciones legales: contra la empresa adjudicataria de la operatividad de la flota, Eliance, y contra la propia Agencia Tributaria, de la que depende ese servicio. Para los familiares de Domínguez Iborra se produjo una «negligencia inexcusable» del piloto, un profesional que, según afirman, asumía demasiados riesgos en las operaciones. Según los allegados a la víctima, esta circunstancia era «plenamente conocida» por la citada compañía y la propia administración, además de por compañeros de trabajo y operadores aéreos.
Un funcionario, ya jubilado, que hasta hace unos meses hacía el mismo trabajo que Domínguez Iborra, asegura a ABC que «en alguna ocasión yo mismo le dije que no tenía ni idea de volar, que quería aparentar ser un ‘súperpiloto’; además le advertí de que como me pasase algo mi familia tenía instrucciones de actuar legalmente contra él». Esta fuente añade que «le gustaba el protagonismo y hasta grababa con el móvil las persecuciones para colgar las imágenes en internet. En alguna ocasión difundió esas imágenes por Whatsapp incluso antes de que el helicóptero llegara a su base».
Móviles a bordo
«Debido a esta situación –añade la misma fuente– los responsables de Aduanas dictaron una instrucción por la cual se prohibía subir a bordo otros móviles que no fueran estrictamente los oficiales de los funcionarios de Aduanas que iban a bordo». Siempre según estos medios consultados por ABC, esa norma sigue en vigor pero no se respeta; el día del suceso el piloto perdió su aparato en el siniestro.
Según este testimonio, también el funcionario fallecido advirtió a sus superiores sobre la forma de pilotar de A.O. y de la conveniencia de apartarlo del servicio porque un día podía haber una tragedia. Igualmente los compañeros del piloto del helicóptero siniestrado alertaron a los responsables del SVA de que «arriesgaba demasiado y algunos fueron relevados de su actividad por ponerlo de manifiesto». Estas fuentes explican que la administración tiene una cláusula por la que puede exigir a la compañía adjudicataria la sustitución de cualquier piloto sin tener que justificar los motivos.
Sobre el accidente, la familia tiene claro que fue por una maniobra imprudente de A.O., «que descendió a un ritmo demasiado rápido y no pudo estabilizar la aeronave. En ese momento la cola tocó con el agua». Pero pretende ir más allá. Según explican las fuentes consultadas, Eliance no contaba con el preceptivo manual de operaciones, en el que se debe recoger lo que hay que hacer en cada circunstancia, porque en aviación no se deja nada a la improvisación: «Hay procedimientos para todo, pero Eliance no tenía ese manual, al menos no completo; utilizaban los de la anterior adjudicataria, Backock, y es ahora cuando el jefe de los pilotos de Aduanas lo está haciendo, o ya lo ha hecho. La Subdirección de Logística de Vigilancia Aduanera se lo debía haber exigido».
De hecho, ese manual de operaciones es uno de los requisitos del pliego de condiciones para la adjudicación del contrato de mantenimiento y operatividad de la flota. Tampoco entiende la familia que se diera el contrato a una empresa «que ha tenido problemas importantes con otras administraciones».
Incompleto
La familia, en su escrito de petición de diligencias, ha aportado al juzgado el manual de operaciones de Eliance, que estaría incompleto al faltar la parte de ‘Instrucciones e Información de Áreas de Operaciones y Tareas’ y la de ‘Entrenamiento’; también la ficha informativa de prevención de riesgos laborales del SVA, de abril de 2021, en la que se lee: «Deberán haberse superado los cursos de supervivencia en el mar para operadores aéreos, actualizándose al menos cada tres años», algo que no sucedía en el caso de Domínguez Iborra. Tras el siniestro, ya se hacen.
En cuanto al aparato accidentado, la familia explica que tiene tres puertas, la segunda de imposible acceso para el observador, que debe salir por la tercera, dado que va sentado a su lado, es corredera y tiene un sistema de apertura tanto por dentro como por fuera. «Al no tener este helicóptero el sistema de iluminación de enmarcado de emergencia –explica– cuando el helicóptero cae de noche y vuelca, llenándose la cabina de agua, el observador se desorienta y no ve las puertas de salida al estar todo oscuro». Lo que se aprende en las prácticas de supervivencia es, precisamente, a salir del aparato en esas condiciones. «Incluso tras haber entrenado, no es fácil de conseguir, pero se convierte en imposible si no se ha hecho antes».
Informes de AESA
El observador muerto en julio no tenía los cursos de supervivencia para siniestros en el mar, obligatorios cada tres años
Los allegados atribuyen la responsabilidad al piloto y no descartan la del SVA y la empresa que opera la flota
Fuentes de Eliance consultadas por ABC aseguran que «todas las actividades relacionadas con la operación de Vigilancia Aduanera han sido controladas desde el primer momento aplicando los estándares más estrictos de seguridad. El accidente, según nuestra investigación interna, en ningún caso se debió a problemas técnicos de la aeronave o a errores humanos de ningún tipo durante el vuelo». Además, defiende tanto la seguridad de las aeronaves como la pericia de sus pilotos. Ahora bien, si no hubo fallo humano, ni tampoco técnico, resulta difícil explicar el siniestro.
La abogada de la familia ha solicitado al juez que pida una serie de informes y documentación a Eliance, a Vigilancia Aduanera y a la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA), que debe garantizar el cumplimiento en esta materia de la flota del SVA. Su oficina de Seguridad en Vuelo 6, en el aeródromo de Cuatrovientos, vigila el mantenimiento de los helicópteros que hace Eliance y la idoneidad de las instalaciones para hacer esos trabajos.