La autopsia preliminar sí encuentra signos de violencia en el cuerpo de Esther López
Pudo morir lejos de donde fue hallada, aunque extraña que alguien se arriesgara a trasladar el cadáver
Aunque inicialmente no se apreciaron signos evidentes de violencia, la autopsia de la joven desaparecida en Traspinedo ha confirmado traumatismos sufridos antes de su fallecimiento, que se sitúa en torno al día de su desaparición, el pasado 12 de enero. Una fecha en la que se duda que el cadáver de Esther López ya estuviera en el lugar en el que fue hallado, según informa ‘El Norte de Castilla’. Así, el análisis forense preliminar estima que el cuerpo no atestigua haber estado tantos días a la intemperie en este enclave bajo gélidas temperaturas que se alcanzaban por la noche y con la presencia de animales por la zona, de manera que la hipótesis que se maneja es que pudo morir en otro punto y fue trasladada hasta este lugar horas antes de ser encontrado.
Desde el primer momento el hallazgo en el paraje de la Carrascosa había despertado el desconcierto. Cientos de personas buscándola sin descanso, con helicópteros, drones, perros...
¿Y había estado allí todo este tiempo? En la Guardia Civil y en la localidad vallisoletana creen que no. Un error humano «puede darse», pero no haber encontrado el cuerpo en dos semanas a menos de 800 meros del lugar en el que se le pierde la pista requería de «muchos» fallos, muchas inoportunas miradas en otra dirección de todos aquellos que aseguran que pasaron por la zona, explican fuentes de la investigación. Y es que, aunque el punto exacto no está en los planos oficiales de batidas, se trata de una cuneta ubicada junto a una carretera con bastante trasiego y es una zona de paso de vecinos que salen en bici o a pasear, explicaba ayer el alcalde, Javier Fernández, quien apuntaba que era «sorprendente» que nadie se percatara porque «consta que hay gente que ha pasado» por la zona.
Entre las personas que insistían en ello estaba el propio senderista que dio con Esther. Ese frío sábado en el que vio algo extraño entre la maleza no era ni el primer ni el segundo día que transitaba por ese mismo punto desde que la joven desapareciera y declaró ante los encargados de la investigación que creía «practicante imposible» no encontrarla de haber estado allí, a la vista, con ese abrigo de borreguillo y pantalones negros que durante semanas los oriundos de Traspinedo buscaban sin descanso en cada recoveco.
La autopsia presumiblemente se prolongará hasta el día de hoy en el Instituto Anatómico Forense de Valladolid. El análisis forense definitivo podría demorarse hasta una semana a la espera de las muestras toxicológicas y biológicas remitidas a Madrid. Será este informe el que arroje certeza sobre la causa de la muerte de la joven mientras siguen en el aire todos los interrogantes que desde el primer momento han rodeado su desaparición. Qué le paso, quién o quiénes serían los responsables (si es que los hay) y por qué arriesgarse a mover el cadáver, como parece indicar ese examen preliminar. Y aún más: a dejar el móvil, junto al cuerpo. La investigación se afana en visualizar horas de grabaciones de seguridad del restaurante La Maña, donde a Esther se le pierde la pista y también de otras cámaras de la Dirección General de Tráfico.
Confusión
Todo por arrojar luz a la muerte de la joven envuelta no sólo en incertidumbre, sino también en confusión ante pronunciamientos públicos que apuntaban a una muerte violenta antes de que la autopsia revelara esos traumatismos en el cuerpo de la víctima, que se deberá determinar si confirman un homicidio o una muerte accidental que le provocó esos signos de violencia, que tampoco se han concretado. La Guardia Civil pide prudencia y paciencia. Si el cadáver estuvo allí desde el principio, los errores en la búsqueda serían evidentes. Si la causa de la muerte fue violenta (lo que incluye que Esther sufriera un accidente) y no de etiología homicida, también saldrá a relucir la detención y prórroga de 72 horas del primer sospechoso. Y los señalamientos de otros hombres del pueblo, incluidos los dos amigos con los que la mujer vio en un bar del pueblo el partido de la Supercopa entre el Barcelona y el Real Madrid y con los que luego continuó la fiesta. Se subiría después al coche con dos de ellos y, estando ya a solas con uno, se detuvo ante el restaurante La Maña, se bajó del vehículo y se esfumó su rastro.
De momento, la Guardia Civil no habla de más sospechosos después de que Ramón, alias ‘El Manitas’, fuera puesto en libertad provisional tras no hallarse ningún indicio contra él ni en su casa ni en su coche –analizados durante los seis días que estuvo detenido–. También ha estado en el punto de mira el joven que la vio por última vez con vida. Todo en Traspinedo es susceptible de ser sospechoso, como el BMW que en la tarde del domingo analizó la Policía Científica en busca de cualquier rastro tras haber despertado desconfianza por llevar tres semanas aparcado en el mismo lugar. Se sabe ahora que había sido robado.