«Un torero en la universidad debe ser algo normal, no estamos en el siglo XIX»
Jorge Isiegas, matador de toros y economista, presenta su tesis sobre el impacto de la Fiesta
Una aproximación a la tauromaquia desde el punto de vista solidario, ecológico y humano define la tesis fin de grado del joven matador de toros Jorge Isiegas. «La tauromaquia es, por encima de todo, un ejemplo de solidaridad y sostenibilidad», apunta el diestro zaragozano, que cursó sus estudios en la Facultad de Económicas y Empresariales de la Universidad San Pablo CEU de Madrid, y que no dudó en aunar sus dos pasiones, el mundo empresarial y el del toro, en el trabajo fin de carrera.
«Tuve la suerte de que mi tutora es muy taurina y me animó a plasmar, como torero, argumentos que reforzaran la defensa del toreo», señala Isiegas. Reconoce que, «a veces, puede parecer que los que nos vestimos de luces vivimos alejados de la sociedad, pero de ninguna manera, y la prueba está en que en cuanto existe una necesidad ahí estamos. Otra cosa es que nuestro ritmo de vida, que exige disciplina y concentración, nos pueda restar conexión».
Trabaja en un despacho en el centro financiero de Madrid, y lo compagina con el entrenamiento diario y las salidas al campo, siempre «con la cabeza puesta en conseguir un contrato para una corrida de toros, una oportunidad para cumplir mi sueño». Jorge Isiegas tomó una feliz alternativa en Zaragoza en la Feria del Pilar de 2019 de manos de El Juli y tras el parón por la pandemia mantiene intactas sus ilusiones de triunfar en los ruedos.
No se considera un bicho raro por haber pasado por la facultad y vestir a la vez el traje de luces: «No soy el único, hay otros compañeros que también han cursado sus carreras, pero no es algo generalizado entre quienes quieren ser toreros, aunque en la sociedad actual un torero en la universidad debería ser algo normal, que ya no estamos en el siglo XIX». Y añade que «cuanto más formación, mejor; los estudios son compatibles y necesarios, y más en una profesión tan difícil y con tantas incertidumbres como el toreo hay que tener resortes porque las cosas no siempre salen bien».
Ejemplo de sostenibilidad
‘Implicación de la tauromaquia en la Responsabilidad Social Corporativa’ es el título bajo el que se desarrolla la tesis dirigida por la doctora Cristina Isabel Dopacio, del departamento de Economía de la Empresa. «Las empresas socialmente responsables tienen como objetivo contribuir al bienestar social, y de ahí las consecuencias y el alcance que ha tenido la Fiesta desde sus orígenes para ayudar en la mejora de la sociedad, la sostenibilidad y la economía de España», y es quizás por eso «por lo que se ha mantenido el interés por este espectáculo durante siglos y ha conmovido a tantas personas, siendo fuente de inspiración para tantos artistas e intelectuales».
El trabajo, calificado con un sobresaliente por el tribunal, describe la Responsabilidad Civil Corporativa (RSC) y los beneficios que suponen para una empresa socialmente responsable. Y encuadra la tauromaquia y a todos sus actores en el entramado de acciones encaminadas a lograr unos beneficios como corporación o sector plenamente implicado socialmente.
Generadora de riqueza
«Si analizamos lo que significa la RSC, se puede decir que la tauromaquia es pionera en este campo, puesto que desde sus comienzos siempre estuvo ligada a fines sociales y benéficos con las Casas de Misericordia, iniciando un camino al que más tarde se incorporaron las empresas», destaca. Una de las conclusiones del trabajo señala que la Fiesta «es también una fuente generadora de riqueza económica, puesto que crea puestos de trabajo dignos y aporta al Estado un importante volumen de recursos financieros vía impuestos y Seguridad Social». Además, el torero explica que esta riqueza se crea «respetando el medio ambiente y generando una mínima huella ecológica».
Otra de las reflexiones de la tesis de Isiegas hace referencia al «incalculable contenido cultural que ha aportado y aporta la tauromaquia, y a pesar de ello es el sector que menos ayudas y subvenciones recibe por parte del Estado». También hace un recorrido sobre multitud de casos en los que el mundo del toro se vuelca con la sociedad para ayudar y colaborar con infinidad de asociaciones y entidades benéficas. «En este sentido los festivales para conseguir dinero para cualquier causa o colectivo necesitado han sido una constante en la historia del toreo, con las principales figuras siempre a la cabeza».
En una reflexión final, el joven diestro expone su esperanza de haber «reflejado el respeto y el amor con el que se trata al toro, que no se debe olvidar que es el eje de la Fiesta. Ese mismo respeto hacia el animal es que el existe hacia las personas, de cualquier edad, sexo, posición social o ideología, sin hacer distinciones a nadie. Los toros han sido pioneros en esa Responsabilidad Social Corporativa que ahora buscan tanto las empresas, y en los tres ámbitos posibles: el social, el medioambiental y el económico».
«Puede parecer que los que nos vestimos de luces vivimos alejados de la sociedad, pero no es así. En cuanto existe una necesidad, ahí estamos»