El presidente de México aboga por «una pausa» diplomática con España
∑ Albares aclara que «el Gobierno no ha hecho ninguna acción» que justifique la propuesta de López Obrador
La relación con España vuelve a sufrir un vuelco dramático tras las palabras de ayer del presidente de México, López Obrador, en su discurso diario de ‘Las mañaneras’: «Me gustaría que no tardáramos en que se normalizara para hacer una pausa en las relaciones que yo creo que nos va convenir tanto a los mexicanos como a los españoles». El político de izquierdas también señaló al empresariado de nuestro país, que se posicionó el año pasado como el segundo mayor inversor, tras los Estados Unidos: «Era un contubernio arriba. Nos saqueaban. Vale más darnos un tiempo, una pausa».
El presidente, a la mitad de su único sexenio por ley, se ha atrevido a poner fecha para que las relaciones se restablezcan entre las administraciones del país mesoamericano y España: «Cuando cambie el Gobierno. Cuando yo ya no esté aquí».
AMLO llevaba unos cuantos meses sin ni siquiera nombrar a España y su reiterada obsesión por tildarnos de conquistadores sanguinarios y abusadores. Pero ayer la afrenta se volvió más cruda: «No somos tierra de conquista», sentenciaba pleno de ingratitud y resentimiento tras más de 500 años. Olvidándose que los Reyes Católicos fueron los primeros en legislar la protección de los indígenas con ‘Las Leyes de Burgos’, por lo que se les considera precursores de la Declaración de los Derechos Humanos, o que el arzobispo Alonso de Montúfar y el virrey Luis de Velasco combatieron la esclavitud indígena.
A última hora de la tarde de ayer, desde Lyon (Francia), el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, afirmó que estaba «verificando las declaraciones» de López Obrador e insistió en que no tienen «traducción oficial».
«La relación entre España y México es una asociación estratégica, que va más allá de declaraciones verbales súbitas o de palabras puntuales», manifestó Albares. En este sentido, quiso «dejar claro» que «el Gobierno de España no ha hecho ninguna acción que pueda justificar una declaración de este tipo».
Lo que demuestran estas buenas relaciones es que «desde hace años los flujos de inversión en ambas direcciones no hacen mas que incrementarse». «Lejos de la pausa, estamos hablando de un incremento en nuestras relaciones empresariales, que ambos gobiernos debemos acompañar», concluyó Albares.