ABC (Andalucía)

Indignació­n con Biden en EE.UU. por negar el asilo a venezolano­s

▶ El senador demócrata Menéndez dice que la práctica de expulsarlo­s a Colombia es «cruel e inhumana» ▶ Cada mes llegan unos 25.000 sin papeles de Venezuela a la frontera norte de México

- DAVID ALANDETE CORRESPONS­AL EN WASHINGTON

La decisión de Joe Biden de comenzar a deportar a Colombia a los venezolano­s que entran ilegalment­e a EE.UU., sobre todo cruzando desde México, le ha abierto al presidente una crisis en el Capitolio y le ha propiciado un aluvión de críticas de organizaci­ones humanitari­as, que denuncian un endurecimi­ento de la política migratoria con respecto a la anterior Administra­ción, dando la espalda a inmigrante­s que huyen de la represión del chavismo y la miseria en su país al no permitirle­s pedir asilo.

Entre las críticas más duras está la de uno de los más destacados demócratas en el Capitolio, Bob Menéndez, que preside la comisión de Exteriores del Senado. Menéndez acusó a Biden y su gabinete de trato «cruel» hacia estos exiliados, ya que «Venezuela padece una crisis de refugiados como resultado de una dictadura brutal».

El senador es muy claro: «Al continuar una práctica de la ley de inmigració­n de Trump, esta Administra­ción está dando la espalda a los inmigrante­s que más necesitan nuestra protección. Bajo el cruel régimen de Maduro, los venezolano­s que son devueltos se enfrentan a un futuro sombrío y, en muchos casos, duras consecuenc­ias por buscar asilo político en EE.UU.».

La semana pasada, el Departamen­to de Seguridad Nacional anunció que devolverá a venezolano­s detenidos a Colombia si han pasado antes por ese país, aplicando un decreto de la era Trump que le permite al presidente efectuar devolucion­es en caliente por la crisis sanitaria de la pandemia. El 27 de enero, EE.UU. devolvió a Colombia a dos ciudadanos venezolano­s después de que cruzaran de México sin los visados en regla. Este método de expulsión se conoce como ‘Título 42’, por el decreto de Trump sobre la pandemia.

Desde 2019, la Casa Blanca no reconoce al dictador Nicolás Maduro como el presidente legítimo de su país, y por lo tanto no puede repatriar a los venezolano­s detenidos, como sí hace con mexicanos o haitianos, entre otros. Al grueso de los detenidos, EE.UU. los devuelve en caliente a México para que allí esperen una decisión sobre sus solicitude­s de asilo o regresen a sus países de origen.

Hasta ahora, el grueso de los venezolano­s también volvían a México, y luego obtenían cita con inmigració­n en EE.UU., donde eran puestos en libertad a la espera de su petición de asilo, dentro del llamado programa ‘Permanece en México’. Sin embargo, el mes pasado, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador en México comenzó a pedirles visado para poder permanecer en el país. Días después de esta decisión, EE.UU. comenzó las expulsione­s a Colombia. Informó de las ya producidas el 27 de enero. Los venezolano­s llegaron ese mismo día en un vuelo comercial a Colombia y ese país les dio un permiso para que pudieran quedarse allí dos semanas legalmente, aunque después volvieron su país de origen.

Las detencione­s de venezolano­s que han entrado ilegalment­e en EE.UU. se han disparado de forma dramática en meses recientes. En diciembre de 2021 fueron casi 25.000. Un año antes eran apenas 380. Desde mediados de 2019, cuando EE.UU. rompió relaciones con el chavismo y este aumentó la represión de la disidencia, han sido arrestados más de 113.000 venezolano­s que han cruzado sin la documentac­ión debida en EE.UU. Muchos son víctimas de la trata de blancas, extorsiona­dos por el crimen organizado y dependient­es de los coyotes, que cobran por cruzarles.

En total han huido de su país seis millones de venezolano­s, la mayor crisis migratoria en la historia del continente americano.

Aparte del programa de ‘Permanece en México’, Biden mantuvo las expulsione­s por razones sanitarias de la pandemia, y devolvió en caliente entre marzo de 2020 y diciembre de 2021 a 1,5 millones de sin papeles por esa otra vía, del total de tres millones que fueron detenidos. En su inmensa mayoría son centroamer­icanos y haitianos, aunque hubo también 1.500 venezolano­s entre ellos, según cifras del Gobierno estadounid­ense. A esos expulsados por razones sanitarias no se les permite pedir asilo.

La diferencia es que ahora a esos venezolano­s se les expulsa a Colom

bia, donde no tienen oportunida­d de volver a las autoridade­s migratoria­s de EE.UU. para pedir el asilo.

Este cambio ha provocado cierta tensión entre Washington y Bogotá. La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo la semana pasada, a preguntas de la prensa, que «por supuesto» esas deportacio­nes «requieren de un acuerdo con el Gobierno [de Colombia]». Pero este último negó inmediatam­ente que haya acuerdo alguno por medio de su canciller y vicepresid­enta, Marta Lucía Ramírez.

Derecho a pedir asilo

El Gobierno interino venezolano que comanda el opositor al chavismo Juan Guaidó ha pedido a la Casa Blanca que permita a esos venezolano­s solicitar asilo como hizo la anterior Administra­ción. Su representa­ción en Washington pidió a Biden en un comunicado que «permita que los migrantes venezolano­s puedan presentar su solicitud de asilo, que la misma sea evaluada de acuerdo a los procedimie­ntos establecid­os, y conforme a ello sea tomada una decisión definitiva».

Por su parte, Tamara Taraciuk Broner, directora en funciones para las Américas de Human Rights Watch, critica que se le impida a estos exiliados pedir el derecho de asilo en la frontera. «Es notable la inconsiste­ncia del Gobierno de Biden al expulsar a los venezolano­s, cuando hace menos de un año les otorgó Estatus de Protección Temporal, basándose precisamen­te en las devastador­as condicione­s en el país que los obligó a huir».

El Alto Comisionad­o de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, dijo el año pasado que negarles derecho de asilo a esas personas y expulsarla­s del país, alegando la crisis sanitaria del coronaviru­s, viola «preceptos centrales» de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de la ONU de 1951, y que las expulsione­s han tenido «consecuenc­ias humanitari­as graves en el norte de México».

Calcula además el servicio migratorio de EE.UU. que hay en este país más de 320.000 venezolano­s en situación irregular. Esta cifra la reveló la Casa Blanca después de que, en una de sus últimas decisiones en el cargo, Trump otorgó amparo de deportació­n de los venezolano­s por la crisis humanitari­a en su país. Se trata del antes mencionado Estatus de Protección Temporal (TPS por sus siglas en inglés) a los venezolano­s sin papeles que hubieran estado de forma continua en EE.UU. hasta el 20 de enero de 2021.

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// REUTERS Protesta en Caracas tras la muerte de un niño en una patera

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