«Mi mujer recibió quimio y no tuvo la misma suerte que yo»
Alberto es un abogado sevillano de 77 años que lleva seis meses recibiendo una terapia de «anticuerpos conjugados». «Me encuentro muy bien y fue una enorme alegría que me dijeran hace una semana que ya no queda nada del bicho en mi vejiga. El tumor ha desaparecido». Alberto no quiere lanzar las campanas al vuelo porque sabe que el cáncer es traicionero (su tratamiento, con pocos efectos secundarios, va a continuar al menos un año más), pero no puede evitar acordarse de su mujer, diez años más joven, que falleció hace dos años por la misma enfermedad que él, cáncer de vejiga. «A mí me la detectaron un año y medio después que a ella pero mi mujer no tuvo la misma suerte que yo porque aún no existía este nuevo tratamiento cuando diagnosticaron su tumor y recibió mucha quimioterapia, que la dejó deteriorada y no le salvó finalmente la vida», recuerda este abogado que ha estado asesorando a muchas empresas durante su dilatada vida profesional.
El calvario médico de Alberto empezó con un tumor en el riñón, órgano que perdió, y luego otro en la próstata, por el que también le operaron. «Desde el mes de septiembre me trato de mi cáncer de vejiga con este nuevo tratamiento, que forma parte de un ensayo clínico del Virgen del Rocío», cuenta a ABC.
A Alberto lo acompaña su hijo mayor al hospital sevillano para recibir estos anticuerpos dos veces al mes. «El tratamiento me ha ido bien y no tiene los efectos secundarios de la quimioterapia. Lo sé muy bien por mi mujer», recuerda.
Este abogado ha visto desaparecer el mismo tumor que se llevó a su esposa hace dos años