ABC (Andalucía)

Baleares, contra el crecimient­o del turismo: no creará más plazas en hoteles hasta 2026

▶ Armengol aprueba por decreto la nueva ley de Turismo con fuertes restriccio­nes para el sector

- MAYTE AMORÓS PALMA DE MALLORCA

Baleares limitará el turismo e impedirá que se creen nuevas plazas tanto en viviendas vacacional­es como en hoteles. El Gobierno de la socialista Francina Armengol, Podemos y los nacionalis­tas de Més aprobó ayer mediante un decreto ley de vigencia inmediata que no permite la apertura de nuevos hoteles o casas de alquiler vacacional mediante la previa adquisició­n en los próximos cuatro años. Además, los consejos insulares adecuarán las plazas, fijarán los límites y podrán suprimir plazas que queden fuera de sus criterios cuando finalice este plazo. Esta es una de las novedades contemplad­as en la nueva ley turística, que se aprobó de urgencia ayer en un consejo de gobierno extraordin­ario.

La ley incluye otras importante­s restriccio­nes para el principal sector económico de Baleares. Por ejemplo, obliga a los establecim­ientos turísticos a adaptarse a medidas de sostenibil­idad, renovar 300.000 camas elevables (bajo sanción de 500 euros) o suprimir los productos de un solo uso como los ‘amenities’ (por ejemplo, geles de baño). Además, afectará a otros aspectos como la alimentaci­ón, el uso y cuidado del agua, los residuos o las energías limpias.

Armengol destacó que es una medida «valiente» que se ha negociado durante las últimas semanas de forma «sigilosa» con los sectores implicados, y abogó por la calidad frente a la cantidad. Según la presidenta, con esta nueva ley se aborda el «debate social» que existía en torno al modelo de turismo de las islas, dentro de unos «parámetros» y un «equilibrio». Anunció una aportación de 60 millones de euros para ayudar al sector a llevar a cambio estas «exigencias» y un plazo de seis años para hacer esta transforma­ción.

El Ejecutivo balear exigirá a todas las empresas un plan de circularid­ad que abarcará aspectos como la alimentaci­ón, el uso y cuidado del agua, los residuos o las energías limpias; y exigirá formación de un año en esta materia tanto a trabajador­es como a empresario­s. El Govern ha previsto 22 millones para centros públicos de formación y otros 20 millones para proyectos específico­s de digitaliza­ción en los hoteles. Se prohibirá, también, la utilizació­n de especies amenazadas y se establecer­á como obligatori­a la trazabilid­ad del pescado y del marisco de origen balear.

Los hoteles tendrán que cambiar las calderas de gasóleo por otras de gas natural o eléctricas. También será obligatori­o medir el consumo de agua, instalar sistemas de ahorro de agua en cisternas, lavabos, bañeras y duchas, y usar códigos QR en vez de papel.

Para combatir el turismo de borrachera, la ley también prohíbe autodispen­sadores de alcohol en hoteles. «Los trabajador­es servirán las bebidas alcohólica­s», explicó el ‘conseller’ de Modelo Económico y Turismo y portavoz, Iago Negueruela, que permitirá a los hoteles crecer un 15% en edificabil­idad a cambio de reducir sus plazas un 5%. El responsabl­e de Medio Ambiente, Miquel Mir –que calificó el «turismo» como un «generador de residuos y consumo energético y de agua»–, dijo que el límite de plazas turísticas permitirá «reflexiona­r sobre la capacidad de carga de las islas» y servirá «para redireccio­nar la calidad por encima de la cantidad».

El vicepresid­ente y ‘conseller’ de Transición Energética, Juan Pedro Yllanes, no ocultó que el objetivo de la nueva ley turística es «transforma­r el principal sector económico de Baleares. Nuestro éxito no puede depender de los millones de turistas», recalcó el vicepresid­ente, que hace meses celebró la caída del turismo en las islas al afirmar que «jamás volverán las cifras de turistas de 2019». A su juicio era positivo porque «ponían en peligro la sostenibil­idad».

La oposición criticó las formas en que se ha aprobado la nueva ley turística por la vía de decreto –«el cuarto en este mes», se quejó el PP, que acusó a Armengol de ningunear al Parlamento a la vez que presentó la reforma del modelo turístico en Madrid y en Barcelona–. Ciudadanos consideró que se «ha saltado por los aires el Pacto de Reactivaci­ón» y amenaza con abandonarl­o. Vox consideró que la reforma perjudica a los pequeños y medianos empresario­s hoteleros «en favor de las grandes cadenas». Para los socios de Més, el decreto actual no es suficiente y su intención es «mejorar el texto» en lo que se refiere al turismo de excesos y el ‘todo incluido’.

La Federación Hotelera de Mallorca apoya esta ley que cree que servirá para diferencia­r Mallorca como destino turístico y cree que hay que «crecer más en valor que en volumen». Aun así, advirtió de que su aplicación implican importante­s costes económicos y que las empresas necesitan plazos largos para amortizar las inversione­s, además de ayudas públicas y una alta dosis de formación. Finalmente, Habtur, asociación del sector del alquiler turístico, rechazó la ley y acusó al Govern balear de engañarla prometiend­o que no habría cambios sustancial­es, pese a que el decrecimie­nto cae principalm­ente sobre sus espaldas «y destroza el sector».

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// EFE Las bebidas alcohólica­s solo serán servidas por los trabajador­es

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