«La Universidad no puede vivir de espaldas al mercado laboral»
► Resonsable del primer centro de enseñanza superior online de Andalucía prevé su apertura en 2023-24
El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía acaba de aprobar la tramitación del anteproyecto para autorizar la Universidad Tecnológica del AtlánticoMediterráneo (Utamed), la primera de carácter online en la región, con un catálogo inicial de titulaciones basado en la digitalización y el humanismo. Francisco Ávila, presidente de esta nueva institución, que aterriza de la mano de la multinacional especializada en fondos de inversión KKR, considera que el proyecto «eliminará las barreras» del sistema educativo clásico, lastrado por «no optimizar» las posibilidades tecnológicas y vivir «de espaldas al mercado laboral».
–¿Por qué pone en marcha una universidad online ahora?
–En Andalucía necesitamos una universidad online desde hace 25 años, cuando aprobaron, por ejemplo, la Oberta de Catalunya. Hay un porcentaje alto de población que, por tiempo, condiciones laborales o personales o distancia, no puede acceder a la educación superior presencial. Son personas que están trabajando, que viven en el interior o que por diferentes circunstancias no pueden acudir a diario a una facultad.
También hay alumnos que prefieren estudiar en línea y mantener una formación continua más personalizada y adaptada a sus necesidades. Y hay un problema: la legislación permite estudiar a distancia pero no examinarse, aunque con la pandemia se haya acelerado la implantación de exámenes online. Hay andaluces matriculados en la Oberta que tienen que viajar a Cataluña cada trimestre para examinarse. Por eso no creo que la pertinencia de una universidad online sea cuestionable. Me parece algo fundamental para el desarrollo de cualquier región. Llegamos un poco tarde, pero al menos llegamos.
–¿Tuvo claro que debía ser online?
–Sí, porque nuestro principal objetivo consiste en facilitar el acceso al conocimiento y transformar el capital humano a nivel global, aunque estemos orgullosos de ser andaluces y españoles. Para alcanzar ese objetivo hay que mejorar la accesibilidad y romper barreras de entrada como el precio y la distancia. Y la aplicación de la tecnología que ya tenemos desarrollada nos permitirá alcanzar esos objetivos.
–La Utamed se presenta como «asequible». ¿No contradice eso su naturaleza privada?
–La educación mantiene un modelo tradicional que es muy costoso. No ha aprovechado la optimización que permite la tecnología. Nuestra intención es que quienes no tengan ingresos puedan pagar la matrícula con una beca.
–El catálogo de titulaciones rompe con la oferta tradicional. ¿Habrá demanda suficiente?
–No creo que sea tan rupturista. Está a mitad de un catálogo convencional, analógico, y de uno puramente tecnológico. Hay profesiones tradicionales que tienen poca formación en tecnología. Impartiremos disciplinas como periodismo, economía y derecho pero desde enfoques digitales. La revolución tecnológica ha provocado que también la educación se quede obsoleta: lo que aprendes a menudo no sirve en cuatro, cinco o seis años.
–¿Era necesaria una nueva universidad en el sistema educativo andaluz?
–En Andalucía hay una universidad por cada 770.000 habitantes mientras la media nacional es de una por cada 570.000. Cuantas más universidades tengamos, mayor capacidad habrá de formar o reorientar a nuestro capital humano y atraer talento. Sólo así podremos aumentar la calidad y la accesibilidad al conocimiento. Porque además Andalucía está a la cola en número de universidades respecto a otras regiones, a pesar de lo cual su nivel de desarrollo de proyectos de I+D+i es muy alta en relación con la financiación. Eso habla muy bien de la universidad pública andaluza, que no ha competido históricamente en igualdad de condiciones. Yo vengo de la universidad pública, primero como alumno y luego como profesor. Estudié con una beca. Soy un convencido del potencial de las universidades públicas, que están llenas de talento. No queremos vivir de espaldas a eso.
–¿Qué expectativas de cifras manejan?
❝ «Nuestra intención es que quienes no tengan ingresos puedan pagar la matrícula con una beca»
–En los primeros cuatro años aspiramos a tener 10.000 alumnos y 400 profesionales, aunque habrá que ajustar los números.