El joven desconocido que tiene la llave del gobierno
No entraba en las quinielas, al menos, en las de quienes no tenían que designar candidato pero, de la noche a la mañana, este joven burgalés pasó de la discreción de un prestigioso despacho de abogados a conceder una treintena de entrevistas, firmar autógrafos, hacerse fotos en la calle y, sobre todo, codearse con los dirigentes nacionales de Vox.
Juan García-Gallardo cumplirá 31 años en pleno fragor constituyente de las Cortes autonómicas y de conformación de gobierno. Es, con diferencia, el más joven de todos los aspirantes a presidir la Junta y, también de lejos, el que menos experiencia política tiene, es decir, ninguna. Se estrenó, en precampaña, con su primer mitin ante Ortega Smith y el propio Abascal en la plaza de la Universidad de Valladolid donde para muchos no paso inadvertida su capacidad expresiva pero, al tiempo, ese estar pendiente de ‘si estoy gustando al jefe, que ha venido a presentarme’. Tal vez por eso, por su inexperiencia política, ha demostrado que sabe expresar a la perfección los postulados de Vox, aunque con un discurso muy constreñido, aprendido, de forma que sólo su futuro papel de portavoz parlamentario permitirá conocer sus verdaderas habilidades.
Con unas encuestas a favor y la incógnita, clave de estos comicios, sobre el tipo de apoyo o no apoyo que dará Vox al PP de Mañueco, García-Gallardo ha compensado su virginidad política con la fuerza de la marca nacional y de los mensajes de rostros conocidos (Olona, Espinosa de los Monteros, Buxadé) que le han arropado durante estas semanas.
Su inocencia política se reveló en los primeros días al no borrar unos tuits comprometedores hasta que las redes sociales le pusieron ante la realidad de lo que supone convertirse en político. Procede de una conocida familia burgalesa que regenta desde hace generaciones un gabinete jurídico por el que han pasado hechos relevantes en la vida política –relacionados con el PP– de la Comunidad de Castilla y León. Formado jurídicamente bajo el saber de su padre y su abuelo, cuenta a ABC con orgullo que su abuela es lectora incansable y diaria de este periódico y no tiene empacho en reconocer la «ilusión» que hace a la matriarca verle en una entrevista en estas páginas.
Estos días, ha pasado del despacho y los juzgados a recorrer las calles rodeado de un muy reducido equipo de asesores, al menos, en los pocos momentos en que le han dado un respiro los líderes nacionales de Vox, aún hoy mucho más conocidos que un candidato del que se sabe que es campeón de debate y aficionado a la hípica.
Ideas nacionales como la natalidad y la defensa de la identidad nacional han cohabitado con los problemas regionales, a saber, la despoblación y la desindustrialización, y advertencias, García-Gallardo y Abascal al unísono, al PP: «El apoyo de Vox no será gratis». Pero si algo traía también bien aprendido es que su formación tiene que ser decisiva en la conformación del gobierno, aunque nunca llegó a confesar si se veía como vicepresidente de la Junta.