Denuncia que el instituto balear IMAS le ocultó los abusos a su hija tutelada
► Ana reprocha que han apartado a la menor de ella para intentar tapar el escándalo
«No confío en el Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales. Tengo miedo de que a mis hijos les pase algo». Ana C. ya no sabe qué hacer. Le quitaron la tutela por desamparo y desde entonces sus niños han estado «desprotegidos». El Instituto IMAS, la institución que gestiona la atención de los niños apartados de sus familias en Mallorca, los dio en acogida a sendas familias. Tiempo después, el colegio alertó de que había indicios de maltrato por esos padres no biológicos. «Los dejaban solos en casa, apenas les daban comida, los castigaban en la escalera casi desnudos». Cuando Ana pidió explicaciones, le quitaron las visitas durante un año. «No quieren rendir cuentas ni que sepamos las barbaridades que hay dentro», denuncia sobre la gestión del IMAS, que está en el punto de mira desde que en 2020 trascendió que tenía 16 casos de explotación sexual de menores tutelados. La institución está gobernada por PSOE, Podemos e independentistas. Desde entonces, sigue el goteo de denuncias por abusos dentro y fuera de los centros.
Ana es una de las afectadas por el descontrol del IMAS. Hace seis años pidió una guarda por «problemas familiares». Al principio todo fue bien. Cuenta que era como una custodia compartida entre la institución pública y los progenitores. Ella llevaba a sus hijos al médico e iba a las reuniones del colegio aunque los niños vivían con una familia de acogida. Un día, el centro educativo notificó que había indicios de maltrato por el acogedor. «El IMAS ingresó a los dos niños en un centro y me quitó las visitas, como si yo tuviera la culpa. Los padres de acogida no tuvieron represalias y se quedaron objetos personales como el reloj de la comunión, ropa, zapatos y el material escolar», se queja sobre la forma de proceder del Gobierno insular.
Las alarmas sobre la atención de sus hijos volvieron a saltar en octubre de 2021 cuando se enteró de que su hija –ahora de 15 años– fue presuntamente abusada. «La técnica me citó y me dijo a bocajarro: ‘Tu hija no es virgen, hay una investigación abierta’». Desde entonces, Ana llama cada día al centro para preguntar cualquier dato que aclare este escabroso tema, pero reprueba que le ocultan información y la mantienen al margen. «Lo único
que me dijeron fue que no preguntara a la niña, porque estaba en proceso para que la trate Yolanda, la psicóloga. Cada vez que llamo me responden que estos temas llevan su curso y que ya me citarán, pero todavía no me han dicho nada y la niña sigue esperando el tratamiento».
Durante estos meses no ha podido ver ningún parte médico ni un documento que acredite que existe una investigación. La única señal ha sido una notificación de que la niña no podrá dormir en su casa. «De nuevo como si yo tuviera la culpa de la mala gestión del IMAS», critica la progenitora, que pese a todo, indaga por su cuenta.
La niña tenía 12 años
Hace poco, Ana averiguó que la investigación por presuntos abusos a su hija se remonta a cuando la menor tenía 12 años. Un trabajador interno corroboró que el IMAS está investigando un abuso sexual –no una violación, le aclaró– «y que no venía de ahora, sino de tiempo atrás». En el ataque estarían implicados varios menores del mismo centro, aunque actualmente ya no viven allí. «Es la única persona que se sinceró conmigo», agradece. La institución le negado cualquier explicación: «Ahora se contradicen y me quieren dejar como mentirosa», critica esta madre, que aporta pruebas a ABC y advierte de que las usará si el IMAS no llega al fondo del asunto.
La asociación Ardip alerta de que ya son más de 20 los casos de menores tuteladas prostituidas e incontables niñas abusadas. Su presidente, Antonio Estela, advierte al IMAS que no consentirá que «aparten a una niña de Ana para tapar este escándalo o que le quiten las visitas como represalia». «Quiero que se haga justicia», concluye Ana, que lamenta que su hija no quiera contar nada: «No sé a qué tiene miedo».