Blanca Portillo: «Nunca he tenido prisa para casi nada»
La actriz madrileña obtuvo su primer Goya tras una trayectoria de cuarenta años
Aunque era consciente de que tenía entre manos un personaje «muy potente y muy bello», Blanca Portillo no se esperaba que el Goya a la mejor interpretación femenina protagonista de 2022 –el primero de su carrera tras cuatro nominaciones– fuera para ella por encarnar a la viuda de Juan Mari Jáuregui en ‘Maixabel’. «Me ha sorprendido y me ha hecho enormemente feliz. Me hace mucha ilusión por la película que es, por la historia que se cuenta. Me siento muy recompensada por la vida», contaba la actriz muy emocionada tras concluir la gala en el Palau de les Arts de Valencia. A punto de empezar la gira de ‘Silencio’, el monólogo teatral de Juan Mayorga, Portillo tiene todavía proyectos cinematográficos por estrenar y el próximo verano rodará un largometraje con Paula Ortiz. Ese es su «mayor premio».
«Nunca he tenido prisa para casi nada –dijo–. Lo que tenga que llegar, llegará. Cuando llegue, bien. Y si no llega, no pasa nada, mientras pueda seguir trabajando. De repente, he cumplido cuarenta años dedicándome a lo mismo. Empecé muy joven y nunca me ha faltado el trabajo. Esa es la mayor felicidad que puedes tener. No trabajas para que estas cosas pasen; trabajas porque te gusta, porque deseas contar historias y luego, a veces vienen estas cosas y a veces no, pero no pasa nada. Solo tengo prisa en la vida por hacer cosas antes de que se me acabe».
La película de Icíar Bollaín consiguió tres de los catorce ‘cabezones’ a los que optaba. A Portillo se le sumaron los galardones a María Cerezuela y Urko Olazabal como intérpretes revelación y de reparto, respectivamente. «Nos ha faltado Luis Tosar», lamentó sonriente, «con todo el respeto a mi adorado y nunca bien ponderado Javier», en referencia a Bardem.
«Icíar hace un trabajo con los actores muy especial y descubre siempre a gente distinta, nueva –alabó–. Tiene un olfato maravilloso para los actores y las actrices, y maneja muy bien el material emocional. Es muy inteligente. Es actriz, nos entiende muy bien y consigue cosas muy especiales».
Cuando Juan Diego Botto y Paco León pronunciaron su nombre, Portillo se fundió en un abrazo con Maixabel Lasa porque su presencia en la ceremonia «es casi de justicia poética». «La película ha conseguido que lo que ella hizo y hace en la vida trascienda y llegue a más gente. No es un personaje, es un ser humano, algo que es mucho más importante y mucho más complejo que interpretarla», explicó Blanca Portillo.
«Que esté ahí sentada con nosotros, tenerla al lado, verla emocionarse y disfrutar como los demás cuando la película se lleva premios es muy bello. Me hace muy feliz tenerla ahí. Se lo dedico siempre. Somos una especie de hermanas muy raras», agregó.
Amor incondicional
En su aplaudido discurso de agradecimiento, la actriz habló de «amor incondicional» por la emoción que le produjo «reencontrarse con los amigos del cole» y «disfrutar de las cosas sin sensación de competencia, sino de cariño, de afecto y de respeto» en tiempos difíciles.
Horas antes, durante la alfombra roja, la Maixabel real mostró su satisfacción por el «trabajo estupendo» del equipo de la película porque «refleja bastante bien lo que sucedió» y celebró los «más de medio millón» de espectadores «con distintos modos de ver las cosas» que ha tenido. La viuda del político vasco asesinado por ETA en 2000 aseveró que la cinta, que ahonda en el proceso de diálogo entre los terroristas y sus víctimas, «demuestra que se puede hablar de muchos temas diferentes y que es posible la convivencia entre distintos».