13-F: Un viaje sin alforjas
Moreno lo advirtió allí donde le quisieron escuchar. No era tiempo para elecciones
El 13-F ha servido para que en ese pacto a la derecha se difumine la otra gran noticia de la jornada, el PSOE de Pedro Sánchez pierde claramente
LA temprana aparición de Maroto anoche marcando relato para resaltar que el PP había ganado las elecciones de Castilla y León desbancando al PSOE como fuerza más votada en la comunidad ya advertía de que esa victoria les iba a saber a muy poco.
La pregunta de la noche se antojaba obvia: ¿Era necesario adelantar unas elecciones que tocaban en mayo de 2023? El viaje sin alforjas del PP este 13-F no merece una fiesta como la que querían representar los populares después de que hablaran las urnas, porque su crecimiento electoral es discreto y porque las alforjas que se llenaron fueron las de Vox, empoderado en una inminente negociación para formar G obierno. Juanma Moreno lo advirtió allí donde le quisieron escuchar. No era tiempo para elecciones. El ansia que ha demostrado Vox por forzarlas en Andalucía da cuenta de sus expectativas. Sus votaciones a contramano, como ocurrió tras el bloqueo del presupuesto, le desgastan. Las andaluzas deberían haber sido las elecciones de 2022 y era tan innecesario como ruin romper un Gobierno cuya cohesión ha sido ejemplar.
Moreno fue inmune a las presiones internas que todos niegan y conocen y evitó someter a Andalucía a estrés electoral, aunque podría haberlo justificado el día que le bloquearon el presupuesto en el Parlamento. Ahora tendrá que incluir lo que ocurra en Castilla y León en el bombo de las variables que van a determinar cuándo serán las andaluzas y en las que, además del Covid, está la hipótesis de una guerra en Ucrania, la sequía y todo aquello que afecte a la política en su dimensión más artesana, la gestión de los estados de ánimo.
Esta pírrica victoria que ha supuesto para el PP el adelanto electoral en Castilla y León ha salido bastante cara al entorno de Pablo Casado –disculpen el eufemismo, pero está feo señalar–. Su liderazgo sufre por eso que llaman en tenis errores no forzados. La estrategia de desgastar a Ciudadanos ya tiene una consecuencia para Mañueco, un socio más incómodo o mayor inestabilidad.
Desde el sur del PP, en la confianza de Moreno como marca que supera a la del partido –ya ocurrió en Madrid con Ayuso–, la improductiva operación de Castilla y León se contempla al menos como una oportunidad para que Génova se convenza de que el que la lleva la entiende.
Las andaluzas pueden esperar. No parece, a priori, que la negociación que se abre ahora entre el PP y Vox al norte sea el detonante para dar otro mal paso. O sí, que diría Rajoy. La izquierda solo ganó ayer el relato del miedo.
El 13-F ha servido para que en ese pacto a la derecha se difumine la otra gran noticia de la jornada, el PSOE de Pedro Sánchez pierde claramente. Depende del PP y de lo que decida ser a partir de ahora que eso se olvide.