Molinos o gigantes en el horizonte del Cabo de Gata
El proyecto de un gran parque eólico marino flotante frente a la costa almeriense divide a los agentes sociales. Traerá empleo y energía limpia, pero se cuestiona el impacto
El Gobierno central tendrá la última palabra para decidir si el lugar escogido es compatible con la protección natural
Veinte molinos de 261 metros de altura conforman el futuro Parque Eólico Marino ‘Mar de Ágata’, una infraestructura que la empresa BlueFloat Energy y Sener prevén desarrollar en el Levante de Almería, entre los municipios de Níjar y Carboneras, frente al parque natural. Los aerogeneradores flotantes, con una potencia instalada de 300 MW, se localizarán a más de 15 kilómetros de los principales miradores como La Amatista y La Isleta del Moro, pero a 6,5 de la Punta de los Muertos y casi a 12 del núcleo de Las Negras.
La instalación, en fase inicial y de diálogo en el que se trabaja con administraciones y comunidades locales para conseguir consenso, se presenta como la mejor alternativa a la reconversión de la central térmica de Carboneras, además de que generaría unos 2.000 puestos de trabajo. Javier Monfort, directivo de BlueFloat Energy insistió en una reciente reunión con el presidente de la Cámara de Comercio de Almería, Jerónimo Parra, que «la ubicación del parque eólico marino se encuentra fuera del parque natural tanto en su limitación terrestre como en la marina».
Parra destacó la necesidad de respetar el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, señalado como ‘la joya de Almería’, aunque valoró la iniciativa como una oportunidad de futuro para el desarrollo provincial. En términos económicos, el efecto positivo sobre el PIB nacional se estima en 630 millones de euros, lo que representaría el 0,28% del total andaluz.
Detractores
Pero el estudio paisajístico de los veinte autogeneradores dista de convencer a todo el mundo: sus detractores consideran que se altera el paisaje virgen del entorno que genera la atracción de turismo y que afectará a la flora y fauna. El propio Ayuntamiento de Níjar se posiciona con el argumento de que los molinos «serán visibles desde puntos como la Amatista, la Isleta del Moro y desde todas las playas desde San José hasta Aguamarga».
Entre los contrarios al parque eólico se encuentra la Asociación de Hosteleros Almerienses, que no comprenden que «se permita colocar aerogeneradores en el mar, mientras se prohíben actividades náuticas con menor impacto». Para emprender un frente común nace la plataforma ‘Stop Parque Eólico Mar de Ágata’ que agrupa a mas de 120 colectivos sociales y empresariales, entre los que no solo hay ecologistas también se incorpora el sector pesquero.
Vecinos de la zona, asociaciones, movimientos conservacionistas y amantes del parque suscriben la petición en un portal de Internet para que el Ministerio para la Transición Ecológica emita una declaración desfavorable. Más de 13.000 firmas hasta el momento, en un manifiesto que señala que «resultaría inadmisible, ya que será visible durante el día y durante la noche las luces intermitentes irrumpirán en el cielo». Juan Gisbert, miembro de la directiva de la asociación vecinal de Las Negras, afirmó que, aunque no todos están en contra, sí se cuestiona la capacidad de generación energética. «Esto mismo se podría poner en otros lugares como el puerto de Motril o si se quiere aprovechar la planta de Carboneras, desplazar la ubicación hacia el norte y evitar el espacio frente al parque natural», matizó.
Los promotores de esta infraestructura eólica marina son responsables de una iniciativa similar en el Ampurdán catalán, el Parc Tramuntana, que fue respaldado por el Parlament en enero. El proyecto diseñado frente a Cabo de Gata-Níjar seguirá su ronda de presentaciones, aunque la última palabra la tendrá el Gobierno para determinar si su ubicación es compatible con la protección de la biodiversidad.