Macron y la Europa ignorada
La crisis de Ucrania ilustra las carencias de la UE
AHenry Kissinger se le atribuye la advertencia de que incluso un paranoico puede tener enemigos reales. El cinismo de Big K parece aplicarse a la perfección al papel de la Unión Europea en la crisis de Ucrania. A las carencias de interlocución internacional que arrastra Bruselas se ha sumado la insistencia por parte de Rusia en ignorar a los socios europeos como interlocutor colectivo, llegando a exigir respuestas individuales a los 27 miembros de la UE sobre el futuro de la arquitectura de seguridad en el Viejo Continente.
Con una mesa de seis metros de por medio, el presidente Macron ha sido el único capaz de asumir el liderazgo europeo en la mediación con Putin. Lo cual supone una arriesgada apuesta a tan solo ocho semanas de las elecciones presidenciales en Francia. Ya que Macron tiene que convencer a Putin de buscar una salida negociada y persuadir a sus votantes para que aprecien su perfil internacional e ignoren su falta de atención doméstica.
Tal y como ha demostrado la investigación doctoral del diplomático español Álvaro Renedo –la primera tesis doctoral en la historia en ser defendida en la sede de las Instituciones de la UE– el perfil político, la calidad personal y el prestigio internacional de los representantes europeos inciden de manera decisiva en su capacidad de interacción y representación internacionales. Una desventaja que se extiende de Moscú a Washington.
En el caso de las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Europea, la tesis del embajador Renedo demuestra que los titulares de las principales instituciones de política exterior de la UE posteriores al Tratado de Lisboa no han conseguido, en términos generales, el respeto de Washington, con el agravante de que ninguno de ellos ha demostrado hasta ahora ‘auctoritas’ suficiente como para conseguir unidad estratégica a nivel europeo.
Según Renedo, «de la eficacia de estas instituciones dependerá, en gran medida, nuestra capacidad de competir eficazmente en la sociedad internacional del siglo XXI y evitar la irrelevancia».