ABC (Andalucía)

«Iba todo tan bien que me aburría»

Tras el incendio del local en el que Montia logró la estrella, el chef Daniel Ochoa lo ha relanzado en solitario en un nuevo espacio de San Lorenzo de El Escorial

- ADRIÁN DELGADO

La vida a veces pone una zancadilla, cuando lo que realmente se necesita es un empujón. Daniel Ochoa sabe, a toro –realmente a fuego– pasado, que es así. Sentado en la sala del nuevo Montia, de piedra, madera y el cristal necesario para ensalzar la transparen­cia de este flamante espacio, el chef confiesa: «En Montia hubo un momento en el que iba todo tan bien que me aburría». Llegar a esa conclusión le ha llevado a entrampars­e hasta los dientes para transitar un nuevo camino, más incómodo, tan cuesta arriba como ese monte Abantos que recorre en busca de todo aquello que le resulte interesant­e llevarse a la boca.

«Me faltaba emoción», dice sin tapujos ahora que camina en solitario, sin Luis Moreno, el que fuera su compañero durante una década en el Montia que quedó reducido, al menos metafórica­mente, a cenizas tras el incendio de sus cocinas en mayo del año pasado. La emoción la puso el destino, en pleno desarrollo de un nuevo local que iba a convivir con ese Montia y que finalmente se ha convertido en el único.

Moreno no quiso seguir y Ochoa lo comprende con la serenidad de quien cierra un capítulo feliz, que no perfecto.

Pero es que Ochoa vibra con las imperfecci­ones que le da la naturaleza de las cosas, bien sea una seta, una trucha, un vino natural –ahora fermenta el suyo propio– o los mismos hombres. Su filosofía tiene más que ver con encontrar una manera de mejorar esos elementos poniéndolo­s en rara armonía. Por eso, quien forma parte del equipo de Montia sabe que antes que con un maletín de los mejores cuchillos en este restaurant­e se valora más que «vengan equipados con unas buenas botas» para buscarla.

Salir al monte a recolectar puede dibujar una imagen ciertament­e bucólica de la cocina que Ochoa quiso

y aún quiere para Montia. Negar el idealismo con el que este cocinero plantea sus platos es negar una evidencia, porque la naturaleza cercana que rodea San Lorenzo del Escorial no es capaz de proveer todo lo que la creativida­d del chef aliña.

Pero no hay radicalism­os en su propuesta, aunque el ‘foraging’ –el termino inglés con el que se definió hace tiempo la corriente de recolectar, pescar o cazar aquello que se sirve al comensal y de la que Montia fue pionera en España– sea un acto casi de fe para llevar un restaurant­e. «A veces vuelves del monte con cuatro cosas y es un fastidio. Otras te llevas una sorpresa», cuenta. Aunque en unas semanas la primavera obrará el milagro con flores, hojas y aromáticas que el chef lleva años empollando del Dioscóride­s de Pío Font Quer –1200 páginas–. El resto llega de Miraflores de la Sierra, Colmenar, Cercedilla y otros rincones de la Sierra Norte de Madrid.

 ?? // ABC ?? Una de las salas de Montia, en su nuevo emplazamie­nto en San Lorenzo de El Escorial
// ABC Una de las salas de Montia, en su nuevo emplazamie­nto en San Lorenzo de El Escorial
 ?? ??
 ?? ??
 ?? ?? Lee el reportaje completo, este viernes, en ABC.es
Lee el reportaje completo, este viernes, en ABC.es

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain