El precio de la libertad
Muchas veces en las sociedades desarrolladas, y en concreto en España, la función de los militares ha sido menospreciada. Frases como ‘los militares no hacen nada’, ‘van a pasar el día a los cuarteles’, ‘viven muy bien’, etcétera, se han oído en todos los rincones del suelo patrio. Muchas veces hablo en familia de lo que cuesta la libertad y lo privilegiados que somos de poder disfrutarla. Los estadounidenses son muy conscientes del valor de la libertad y de que ésta está garantizada por el esfuerzo que realizan los militares; de ahí lo bien considerado que está el Ejército en ese país. Podemos ver cómo no existe libertad en los países con regímenes comunistas como Rusia, China, Cuba, Corea de Norte, Venezuela, etcétera. Repito, hay que tener en alta estima a nuestros militares, que son los encargados de garantizar nuestra libertad aun a riesgo de su propia vida.
Llevamos años en los que se ha puesto de manifiesto el valor y la necesidad de contar con unas Fuerzas Armadas bien preparadas: la invasión rusa, la pandemia, la tormenta Filomena, la operación Balmis, incendios, inundaciones, rescates, el volcán de la Palma y el despliegue por distintos países, sobre todo en la actualidad, ponen de manifiesto la importancia de los militares, que, aun siendo los peor pagados de todas las administraciones, se juegan la vida al servicio de la sociedad y en aras de esa libertad. Pese a que en su momento el presidente del Gobierno considerara que los presupuestos destinados a Defensa eran un gasto superfluo, el tiempo le está demostrando que hacer demagogia con ciertas cosas resulta frívolo. La libertad no tiene precio.
AGUSTÍN AZNAR
ZARAGOZA