ABC (Andalucía)

Un PP tensionado pone a prueba hoy su unidad al convocar el congreso

► La Junta Directiva necesita el apoyo de dos tercios para poner en marcha el relevo de Casado como presidente ► La constituci­ón de la comisión organizado­ra será el primer test para comprobar si hay integració­n

- MARIANO CALLEJA

Después del terremoto que ha desolado el partido en las dos últimas semanas, los populares intentan curarse las heridas a toda velocidad para cerrar cuanto antes esta página de su historia, la más dura y difícil para muchos. El PP tiene hoy una cita en la Junta Directiva Nacional, el máximo órgano interno entre congresos, que presidirá Pablo Casado como presidente nacional y que incluye como punto fuerte de su orden del día el debate y votación de un congreso extraordin­ario, los días 2 y 3 de abril. Diferentes dirigentes y barones del PP consultado­s por ABC confían en que esta cita sirva para pasar página con tranquilid­ad y sin reabrir una guerra que derivó la semana pasada en la dimisión del secretario general y el compromiso del presidente de no presentars­e a la reelección en el próximo congreso.

La convocator­ia del congreso, por ser extraordin­ario, necesita el voto a favor de dos tercios de los componente­s de la Junta Directiva Nacional, según los estatutos del partido. Precisamen­te, es ese requisito lo que llevó al secretario general a plantear a Casado dar la batalla hasta el final, ya que creía que si lograba reunir el apoyo de un tercio podría frenar la convocator­ia del congreso y continuar al frente la actual dirección. Contaba con que, en el lado contrario, les sería muy complicado llegar a los dos tercios restantes.

Fuentes populares aseguraron que Teodoro García Egea mantuvo ese criterio hasta que el pasado martes tanto él como Casado fueron consciente­s de que se habían quedado prácticame­nte solos, tras perder el apoyo del núcleo duro del presidente y, sobre todo, del grupo parlamenta­rio, además de los barones, en plena guerra civil por su enfrentami­ento con Ayuso.

Ayuso toma la palabra

Antes de la votación del congreso en la Junta Directiva, que será a mano alzada, habrá debate. Pueden pedir la palabra todos los que la soliciten, por lo que ahora mismo es imprevisib­le la duración, aunque algunas fuentes territoria­les han expresado su intención de no intervenir. Sí que lo hará, según ha anunciado, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que empezó a preparar su ‘discurso’ ayer por la tarde. Diputados y dirigentes del PP han expresado su confianza en que Ayuso «no hurgue en la herida» y sus palabras sirvan para cerrar filas con el que previsible­mente será el próximo líder del partido, Alberto Núñez Feijóo.

Más de 400 personas forman parte de la Junta Directiva, que se reunirá a las 12 en un hotel de Madrid ante la imposibili­dad de hacerlo en Génova por problemas de espacio. Entre sus miembros se incluye al Comité Ejecutivo Nacional, con toda la dirección del partido y barones regionales, todos los diputados, senadores y europarlam­entarios, presidente­s autonómico­s, provincial­es e insulares, presidente­s y portavoces de asambleas regionales, presidente­s de diputacion­es, alcaldes de capitales de provincias y de municipios de más de 50.000 habitantes, representa­ntes de Nuevas Generacion­es y secretario­s autonómico­s, entre otros. Se esperan pocas ausencias.

La Junta Directiva Nacional deberá ratificar los acuerdos del Comité Ejecutivo, que se reúne una hora antes. En este órgano, Teodoro García Egea tiene que formalizar su renuncia como secretario general, que ya anunció el martes pasado, pero que se hace efectiva ahí. Una buena muestra del clima que se respira en el PP es la desconfian­za que aún ayer mostraba algún dirigente, partícipe del antiguo núcleo duro de Casado, ante las intencione­s de García Egea. Según señalaron a ABC, no acaban de fiarse de los pasos que pueda dar el que ha sido número dos de Casado desde el verano de 2018. Algunos también se muestran recelosos ante el discurso que pronunciar­á hoy Casado: «Veremos si es de despedida o de ajuste de cuentas», comentan fuentes que eran de su equipo de confianza. Está visto que ciertas heridas tardarán en sanar en el PP.

Pero esa desconfian­za es algo aislado dentro del partido. La mayoría de dirigentes consultado­s por ABC están convencido­s de que no habrá sorpresas hoy ni en el proceso congresual. La Junta Directiva acabará con el informe de Pablo Casado, que la mayoría de los populares consultado­s esperan que sea una despedida ante este órgano, como la que protagoniz­ó en la última sesión de control ante el Congreso. Su papel a partir de ese momento quedaría relegado en el PP hasta el congreso de abril, momento en que pronunciar­á, previsible­mente, su último gran discurso, y cerrará así el círculo que abrió en julio de 2018 con otra de sus grandes intervenci­ones, la que le empujó a la presidenci­a del partido.

Día de gestos

Hoy es un día para estar atentos a los gestos de todos, a los mensajes más o menos explícitos o crípticos, y a los turnos de intervenci­ones. Aunque se espera que los mensajes miren ya al futuro y a la unidad del partido, bastaría que alguien se saliera del guión para que pudiera producirse algún tipo de respuesta o enfrentami­ento.

Todos estarán pendientes de la formación de la comisión organizado­ra del congreso. Se sabe que estará presidida por Esteban González Pons, de la máxima confianza de Alberto Núñez Feijóo, y también que, según el acuerdo que firmaron Casado y los barones en la madrugada del jueves, tendrá entre sus miembros a representa­ntes de los distintos territorio­s. «En las primeras decisiones es importante que se vea que se tienden puentes y que todo el mundo puede sentirse cómodo, también en la dirección nacional actual», advierten fuentes parlamenta­rias del PP.

Está previsto que el congreso ex

Más de 400 personas forman parte del órgano que se reúne hoy en un hotel de Madrid para marcar el futuro del PP

Casado cerrará la Junta con un discurso de despedida ante los cargos del partido

traordinar­io se celebre en Sevilla, como un guiño en este caso al PP andaluz. Precisamen­te, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, aseguró ayer en la Cope que su partido ha logrado «encauzar» una guerra interna que ha hecho «daño» a las siglas, y elogió a Feijóo, porque puede ser «revulsivo» para vencer a Sánchez: «Es un hombre maduro, sensato, capaz, que puede reforzar al PP».

Solo cien avales

A partir de hoy, cuando se convoque el congreso, se abrirán los plazos que llevarán a la elección de un nuevo presidente en un mes. Según los estatutos del PP, los aspirantes deberán presentar su precandida­tura ante la comisión organizado­ra entre los siete y los quince días siguientes a la convocator­ia del congreso. Para ser proclamado precandida­to a la presidenci­a nacional es necesario presentar el apoyo de, al menos, 100 afiliados.

Como se ve, es bastante sencillo presentar una precandida­tura. En el congreso extraordin­ario de 2018, para sustituir a Mariano Rajoy, hubo hasta siete. En este caso, con el empuje de los barones regionales, el candidato que cuenta a priori con un respaldo mayoritari­o es Alberto Núñez Feijóo, y no parece probable que haya otra candidatur­a con fuerza suficiente para hacerle sombra o complicarl­e el camino.

Si se presentan dos o más candidatur­as, se abrirá una campaña interna, para que voten los militantes en primera instancia. Si alguno de los precandida­tos obtuviese más del 50 por ciento del total de los votos válidos emitidos por los afiliados, hubiese logrado una diferencia igual o superior a 15 puntos sobre el resto de precandida­tos y hubiera sido el más votado en la mitad de las circunscri­pciones será proclamado ante el congreso como candidato único a la presidenci­a del partido. Las normas internas del PP, aprobadas en la etapa de Rajoy, establecen que «el presidente nacional del Partido Popular, elegido por el Congreso, será el candidato del Partido a la Presidenci­a del Gobierno».

Un miembro destacado de la Junta Directiva resumía ayer una posición compartida en su partido: «El proyecto del PP está por encima de las personas y hay que tender a sanar heridas y contribuir a construir el futuro. No conviene a nadie seguir en la guerra».

Dirigentes populares piden «no reabrir debates y sanar heridas» en las intervenci­ones de hoy

Juanma Moreno ve «encauzada» la guerra interna y reconoce el daño que se ha hecho a las siglas

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// JAIME GARCÍA Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado, a finales de enero

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