ABC (Andalucía)

La sexta ola dobla los muertos por gripe de antes de la pandemia

▶ Omicron suma más de 11.000 muertos y más de la mitad de los contagios desde que el virus llegó a España ▶ La onda actual aporta seis de cada diez contagios desde 2020 y uno de cada diez fallecidos por Covid

- LUIS CANO / ANDREA MUÑOZ

La mortalidad por coronaviru­s se aproxima a las 100.000 defuncione­s en España, según los datos recopilado­s por el Ministerio de Sanidad –que, sin actualizar desde el viernes por problemas técnicos, sitúa en 99.410 los muertos–. La sexta ola ha sumado hasta ahora otras once mil muertes más, con un trágico mes de enero con más de cinco mil fallecimie­ntos, una cifra no vista desde la letal tercera onda del invierno del pasado año. En estos tres meses, no obstante, ha habido más contagios que en todo el resto de la pandemia. El virus ha golpeado más fuerte pero ha hecho menos daño a una población mayoritari­amente vacunada.

El menor número de muertes esta ola en comparació­n con otras anteriores, a pesar de la muy superior cifra de contagios, ha animado al Gobierno a anunciar la próxima ‘gripalizac­ión’ del coronaviru­s; es decir, la convivenci­a con el Covid-19 como un virus respirator­io más. La cifra de decesos en la sexta ola, sin embargo, está todavía muy por encima de una gripe común. Los hasta ahora diez mil muertos en menos de tres meses superan a los de las temporadas de gripe completas de los años previos a la pandemia. En la de 2019-20 se calculan 3.900 muertes atribuible­s a la gripe; y en la 2018-19, 6.300, según las estadístic­as del Centro Nacional de Epidemiolo­gía (CNE) y el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).

La sexta onda ha sumado ya tantas defuncione­s como la cuarta y la quinta juntas, en la primavera y verano del año pasado respectiva­mente. En los tres últimos meses ha habido tantos muertos como en los ocho anteriores, entre abril y noviembre, según los datos del ISCIII. La ola actual no ha cerrado todavía el balance, ya que las notificaci­ones se registran con retraso, especialme­nte las fechas recientes, y hay jornadas con más de 200 decesos.

Pese a todo, el número de fallecidos por Covid en España es mucho mayor al que marcan las cifras oficiales del ministerio. Según la informació­n actualizad­a del Instituto Nacional de Estadístic­a (INE) sobre decesos, en 2020 y 2021 el exceso de mortalidad en España superó los 122.000 fallecimie­ntos frente a los 89.412 muertos que notificaba Sanidad cuando terminó el año.

Si los datos de muertes son ahora más parecidos a los reales que en las primeras oleadas del virus, lo que ha dejado de serlo es el número de contagios. De hecho, los expertos advierten de la falta de datos reales de contagiado­s para tomar decisiones correctas y avanzar hacia la ansiada ‘gripalizac­ión’. Para ello proponen actualizar los estudios de seropreval­encia abandonado­s por Sanidad tras la irrupción de Ómicron.

«Fallamos en la última fase»

«Durante las pasadas cinco olas lo que nos ha fallado ha sido la última fase, solo nos hemos fijado en desescalar medidas: mascarilla­s, aforos… Sin embargo, ahora que tenemos menos presión sanitaria, deberíamos pensar qué hacer en el futuro», explica el doctor José Luis del Pozo, director del servicio de Enfermedad­es Infecciosa­s y Microbiolo­gía de la Clínica Universida­d de Navarra, a este periódico. A su parecer, en el final de la sexta ola «estamos cayendo otra vez en el mismo error», ya que con Ómicron no existe informació­n «rigurosa» de quiénes han pasado el virus.

Esta situación es fruto del alto porcentaje de personas que se han contagiado en los últimos meses, se han diagnostic­ado mediante un autotest de antígenos que no se ha notificado a Sanidad o han cursado la infección de manera asintomáti­ca, según expresa el microbiólo­go de la misma clínica, Gabriel Reina. Además, recalca que el mejor momento para realizar este tipo de estudios –como el ENE-Covid impulsado por Sanidad– es ahora, «una vez superado el pico de contagios, porque permite sacar una foto menos cambiante y más real de la pandemia».

Durante el verano pasado, la quinta ola, llamada ‘ola joven’, afectó principalm­ente a la población todavía sin vacu

nar, mientras que la población mayor, con más riesgo de complicaci­ones derivadas de la infección, ya estaba inmunizada. Aun así dejó más de 6.000 muertos a su paso. La cuarta ola, en primavera, de menor intensidad, segó la vida de 4.000 personas.

Tercera dosis

La comparació­n de la sexta ola con el invierno anterior, todavía sin vacunas, es diferencia­l. Aquella tercera ola dejó 30.000 muertos, 25.000 de ellos entre diciembre y febrero, frente a los 10.000 de la sexta esos fríos meses, con la población ampliament­e inmunizada y los mayores con la tercera dosis. La primera ola, cortada abruptamen­te por el confinamie­nto, dejó 30.000 muertes; mientras que la segunda, el verano-otoño de 2020, sumó 20.000.

A pesar de la alta mortalidad, no obstante, en esta ola, con la variante Ómicron, también se han registrado en España más de la mitad de los contagios desde la llegada del virus. De los 11 millones de casos detectados desde febrero de 2020, seis millones han dado positivo en los últimos tres meses, desde diciembre del pasado año, frente a los cinco millones de positivos en los 22 meses anteriores. Es decir, la sexta ola ha aportado seis de cada diez contagios, pero solo uno de cada diez muertos de la pandemia.

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// MIKEL PONCE Traslado en Valencia de un fallecido por Covid

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