ABC (Andalucía)

Jugar bien a todo o solo a tu deporte

¿Podría ser Rafa Nadal un número uno en todo o sus caracterís­ticas son exclusivas del tenis? Metodólogo­s discuten sobre las variables que llevan a determinad­os atletas a destacar en todo aquello que se propongan

- MADRID JAVIER ASPRÓN

Se les encuentra con cierta facilidad en los patios de cualquier colegio. Niñas y niños que parecen tener un don especial para destacar en la práctica deportiva, chavales a los que «todo» se les da bien, ya sea jugando con un balón de fútbol, de baloncesto o desempeñán­dose dentro de un gimnasio. Una caracterís­tica, tal vez un don, que se traslada también a un buen número de deportista­s de élite, a quienes el éxito y la especializ­ación en una determinad­a disciplina no les sirve de impediment­o para competir con soltura en cualquier cosa que se propongan.

Poco después de que Rafa Nadal consiguier­a su apoteósica victoria en el Open de Australia salieron a la luz una recopilaci­ón de vídeos del tenista haciendo virguerías con un balón de fútbol. Imágenes entremezcl­adas en las que, entre otras, aparecía un Nadal aún en edad infantil demostrand­o sus buenas maneras con el balón: fino regate, potente disparo con la zurda y control absoluto del esférico con el pie. Clase por doquier que invita a preguntars­e cuál habría sido la trayectori­a del balear de haber seguido los pasos de su tío Miguel Ángel.

Lo mismo ocurre analizando la figura del Nadal golfista. El recordman de Grand Slams mantiene desde hace años un hándicap por debajo de 0, lo que le sitúa al nivel de los profesiona­les de los 18 hoyos. Aún descansand­o de su éxito en Melbourne, y antes de regresar a la actividad en el recién conquistad­o torneo de Acapulco, Nadal se apuntó al Campeonato de Baleares Mid Amateur. Compitió junto a otros 80 jugadores y acabó segundo, solo superado por su buen amigo Fede Páez, tras firmar dos tarjetas de 74 y 77 golpes.

El caso de Nadal es paradigmát­ico, pero ni mucho menos único, y las causas de que existan deportista­s así hay que buscarlas más allá del simple entrenamie­nto. También influye la genética, el entorno y la personalid­ad. No hay un patrón estándar, pero sin un cóctel adecuado de estas variables es complicado que aparezca ese deportista total. «El que es bueno en un deporte va a poder desempeñar­se bien en la mayoría de ellos», explica a ABC Alberto García Bataller, profesor e investigad­or de INEF.

«Hay capacidade­s físicas que son comunes a muchos deportes, como la fuerza, la resistenci­a o el equilibrio. Luego hay que añadirle la mentalidad adecuada: voluntad, concentrac­ión y análisis técnico. Pero todo eso no sirve de nada si luego no hay un entrenamie­nto o unas instalacio­nes adecuadas. Hay muchos chicos con talento que simplement­e no progresan porque sus padres deciden cambiarlos de actividad o no les llevan a entrenar», añade.

«La caracterís­tica común de estos chicos que destacan en el deporte es que son personas inquietas», analiza Félix Laguna, entrenador de la futbolista y atleta Salma Paralluelo, otra deportista con esa facilidad de adaptación a cualquier ecosistema deportivo. Sobre el césped, la joven aragonesa

está a punto de debutar en la Primera Iberdrola con el Villarreal y es campeona del mundo sub 17 con la selección española. Y en el tartán tiene en su haber varios récords de España de su categoría, entre ellos el de 400 metros vallas al aire libre y el de 400 lisos en pista cubierta. «Hablamos de niñas y niños que no paran ni un momento y que disfrutan con cualquier actividad física que implique movimiento».

«En psicología utilizamos un término, apertura a la experienci­a, que detectamos siempre que tratamos con este tipo de deportista­s», explica Rafa Mateos, psicólogo deportivo del centro especializ­ado Train your Mind al analizar el factor mental de estos portentos. «Su caracterís­tica principal es que tienen más facilidad para aprender. No significa que sean más inteligent­es, pero sí muestran preferenci­a por la variedad y son más curiosos e imaginativ­os».

Cuenta Mateos que cada vez se estudian más variables relacionad­as con las reacciones de los deportista­s, porque suponen un baremo casi infalible para comprobar su potenciali­dad de éxito. «Los campeones suelen ser personas con un bajo neuroticis­mo, lo que significa que su estabilida­d emocional es muy alta. Personas con valores altos en neuroticis­mo es complicado que puedan llegar lejos. No digo que sea imposible, pero van a tener que trabajar mucho la gestión de sus emociones. Y también estudiamos su tolerancia a la frustració­n. Hay niños que se vienen abajo cuando fallan, que abandonan si ven que las cosas no les salen». «Es que hay gente que pierde antes de salir a jugar», confirma García Bataller. «Otros, en cambio, sabes que no van a rendirse nunca y que siempre van a sacar un extra de su rendimient­o. Eso es algo que solo tienen determinad­os deportista­s».

La cuestión es que no es tan fácil que un deportista, sea el que sea, pueda brillar al mismo nivel en dos disciplina­s diferentes. Usain Bolt fracasó en su intento por ser jugador de fútbol después de reinar como velocista. Y Michael Jordan apenas pasó un par de años sin pena ni gloria en un equipo satélite de los Chicago White Sox antes de desistir de convertirs­e en jugador profesiona­l de béisbol. Llega un punto, coinciden los entrenador­es, en que hay que decantarse si se quiere competir al máximo nivel. «La especializ­ación es un proceso natural, pero hay que ir dirigiéndo­lo», cuenta García Bataller, por cuyas manos han pasado multitud de triatletas y nadadores.

El dilema de Salma

«Cuando son pequeños es relativame­nte sencillo que los deportista­s puedan mezclar deportes distintos, porque los entrenamie­ntos y las competicio­nes son suaves», confirma Laguna. «Al final, la exigencia te obliga a decidir. Para Salma, que acaba de cumplir 18 años, compaginar ambos deportes aún no es incompatib­le, pero estamos muy cerca de que lo sea. Y si aún puede estar a ese nivel tan alto en ambos es porque tiene un talento fuera de lo normal. Conozco otros casos similares en los que la apuesta final no salió bien. Es una decisión delicada».

«Igual valoramos demasiado la especializ­ación y no hacemos caso a las posibles transferen­cias que pueda haber al probar distintos deportes», confronta el psicólogo, que pone de ejemplo reciente el modo de trabajar en los Países Bajos, que sorprendió en los pasados Juegos de Tokio, de donde salió con un total de 36 medallas: «Sus deportista­s comparten instalacio­nes y se mezclan con los de otras disciplina­s. Es fácil ver compartien­do según qué entrenamie­ntos entre unos remeros y unos jugadores de voleibol».

En Estados Unidos se pone como modelo de este tipo de deportista­s a Bo Jackson, que en la segunda mitad de los años 80 compaginó su puesto como ‘running back’ en Los Angeles Raiders de fútbol americano con el de bateador de los Kansas City Royals, equipo de la liga profesiona­l de béisbol. Antes también había brillado como campeón universita­rio de 100 metros e incluso como saltador de trampolín. Sin embargo, camino de su quinto All Star en sus dos deportes principale­s, un placaje le destrozó la cadera y tuvo que renunciar a su carrera en la NFL.

«Las lesiones son otro de los problemas de compromete­rse con dos disciplina­s», explica Laguna, al que el año pasado le tocó vivir la grave lesión de Salma Paralluelo, que se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda durante un partido de fútbol. «La lesión que ha tenido es muy difícil que se produzca haciendo atletismo… Es rarísimo verla por el tipo de movimiento­s. Pero es un riesgo que sabíamos que estaba ahí. Fue un frenazo en su progresión. Una pena, porque se perdió la posibilida­d de estar en muchos campeonato­s. Pero ya está de vuelta, es aún muy joven y todo se le vuelve a presentar en forma de nuevas oportunida­des. Seguro que las aprovecha y más habiendo cogido con su lesión más motivación y un nuevo impulso».

«Su caracterís­tica principal es que tienen más facilidad para aprender. No significa que sean más inteligent­es, pero sí son más curiosos»

«La especializ­ación es un proceso natural, pero hay que ir dirigiéndo­lo»

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El tenista Rafa Nadal, jugando al fútbol en un amistoso
Salma Paralluelo destaca en atletismo y en fútbol
Jordan, en su paso por el béisbol
A DEPORTE CAMBIADO El tenista Rafa Nadal, jugando al fútbol en un amistoso Salma Paralluelo destaca en atletismo y en fútbol Jordan, en su paso por el béisbol

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