La isla de las Serpientes
Necesitábamos un trallazo heroico para nutrir nuestros estómagos de espectadores
PARECERÍA pura imaginación de Julio Verne la que bautizó con el nombre de ‘isla de las Serpientes’ a ese islote perdido, estratégico, allá en el mar Negro. Isla de las Serpientes suena a peñasco rodeado por farallones afilados donde un pirata con faz de Wallace Beery escondió un tesoro protegido por venenosos crótalos. Nuestros sueños se disparan con un nombre así, mucho más si encima hemos asistido a uno de esos episodios guerreros donde la ficción y la realidad se machihembran porque, ya sabemos, la verdad es la primera víctima de cualquier conflicto.
Necesitábamos un trallazo heroico para nutrir nuestros estómagos de espectadores de plataforma audiovisual y por fin lo hemos conseguido. Si la nueva política, en vías de extinción, basó su modelo gracias a teleseries como ‘House of Cards’, se precisaba ahora un relámpago de gloria dispuesto a conquistar nuestros corazones manipulados por los guiones que nos tragamos. El buque ruso ordenó la rendición al puñado de soldados ucranianos que se plantificaban en la isla de las Serpientes y estos contestaron un tarantiniano «fuck you», o sea un «que os jodan», y la respuesta nos encantó porque una chulería de ese calibre se aprecia y porque siempre nos gusta cuando el débil sale respondón y humilla al fuerte mediante la réplica farruca. Cayó sobre el islote una tempestad de acero que vapuleó a los ucranianos. Las primeras informaciones aseguraban que murieron con las botas puestas, pero luego cuentan que se rindieron. Poco importa si se sacrificaron o no. Tenemos una historia que se recordará, y aunque no esté entre nosotros la pluma de un Ernst Jünger para añadir épica a la barbarie, ni la cámara de un Sam Peckinpah para retratar a esos perdedores que nos conmueven, queda la desfachatez sublime de ese «fuck you» que huele a victoria como si fuese la colina rociada de napalm del coronel Kilgore. Y mientras ahí al lado mueren, el ‘influencer’ de la esquina levanta miles de euros ventilando en las redes la foto del meñique de su pie.