ABC (Andalucía)

Una foto con Feijóo

Los peperos que aún no han publicado un retrato suyo con el próximo líder no son nadie

- ALBERTO GARCÍA REYES

ESTIMADO militante del PP: si usted no ha subido ya una foto a las redes sociales con Alberto Núñez Feijóo, no es nadie. Para mantener el pedigrí en una formación política de tan acendrada trayectori­a es requisito ‘sine qua non’ tener reflejos para cambiarse la chaqueta y, sobre todo, haberse preocupado de colecciona­r retratos con amigos y enemigos para poder tirar de archivo ahora. Como usted bien sabe, la política moderna está basada en la intriga, la deslealtad y la capacidad para adular o machacar a una misma persona según convenga. Es absolutame­nte impresenta­ble que, por ejemplo, Pablo Montesinos haya podido dedicarse a esto. ¿Qué locura es esa de ser leal, asumir las consecuenc­ias de las decisiones tomadas y mantenerse al lado del líder caído? Vivimos unos tiempos en los que más que nunca hay que aplicar la teoría del tiovivo que me explicó hace unos años un inmarcesib­le cargo del partido. La reproduzco con literalida­d: «La política consiste en ir montado siempre en el tiovivo. Unas veces te tocará ir en el caballito principal saludando al público y otras veces irás en el asiento de atrás del carruaje sin que nadie pueda distinguir­te, pero no te puedes bajar nunca porque en cuanto pierdas el turno ya no vuelves a subirte».

Use el Photoshop sin rubor si es necesario, pero suba inmediatam­ente a las redes un retrato suyo a solas con el nuevo jefe si quiere prosperar en esto. Sea usted de Feijóo de toda la vida, desde chiquitito, no se corte en comentar lo bien que lo pasaron en su boda. En unos días nadie recordará que usted ha sido un casadista de los pies a la cabeza ni las veces que ha presumido de que Teodoro lo recibía en su despacho de la planta séptima. Usted publique la foto y, si puede ser, humille un poco a Casado así de remanguill­é para que no le muevan la silla. En esta época de moral líquida, los valores no están de moda. No se avergüence de su volatilida­d. Conserve el sueldo.

No importa que Feijóo haya cambiado el paso con su serena reflexión sobre la actual clase pública. Da igual que se haya postulado como un ‘contrapolí­tico’ sin asesores, sin frases de 140 caracteres y sin insultos. Lo de menos es que el gallego se haya distanciad­o de los profesiona­les de los partidos que enlazan cargos en las institucio­nes desde antes de matricular­se en la Universida­d. Usted elimine rápido todas las fotos que tiene con Casado y saque cuanto antes las imágenes que se haya hecho con Feijóo, demuestre que está siempre con el que manda, que no tiene más criterio en la vida que la superviven­cia, arrástrese sin pudor porque en unas semanas no habrá nadie más ‘albertista’ en el mundo. Repase su ‘timeline’ en Twitter y quite cualquier rastro del pasado. Borre el teléfono de Teo de la agenda para que nadie vea que lo tiene registrado y consiga el de González Pons como sea. Porque cuando se produzca la catarsis y el PP sea una alternativ­a solvente al peor Gobierno de la historia democrátic­a, usted podrá progresar muchísimo si ha publicado a tiempo una foto con Feijóo. Valen incluso las de corta y pega.

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