ABC (Andalucía)

PUTIN DICE QUE LAS SANCIONES CONTRA RUSIA SON «COMO UNA DECLARACIÓ­N DE GUERRA»

- RAFAEL M. MAÑUECO Por Y DAVID ALANDETE

Fracasa el intento de ambas partes de crear corredores humanitari­os después de que el Ejército ruso tratara de tomar Mariúpol de nuevo. Zelenski se dirige al Capitolio y pide urgentemen­te más armamento, sobre todo aviones y drones, y que la OTAN declare una zona de exclusión aérea

Ha fracasado el único acuerdo alcanzado entre las delegacion­es rusa y ucraniana desde que comenzaron a tratar de negociar un alto el fuego y una salida al conflicto. El pasado jueves, en la localidad bielorrusa de Belovézhsk­aya Pusha, los negociador­es rusos y ucranianos acordaron crear corredores humanitari­os para evacuar a la población civil. Ayer estaba previsto haberlo hecho en Mariúpol, en la costa del mar de Azov, y en otras zonas de Ucrania, en donde la población quedó atrapada a causa de los combates. Pero la desconfian­za mutua frustró la operación.

La prueba de que no había demasiada voluntad de cumplir lo pactado es que el Ejército ruso reanudó sus intentos de tomar Mariúpol. «Debido a la reticencia de la parte ucraniana a influir en los nacionalis­tas o a prolongar el cese el fuego, las operacione­s ofensivas se han reanudado», manifestó ayer el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konáshenko­v.

Para garantizar la seguridad de los corredores humanitari­os en Mariúpol y en la vecina localidad de Volnóvaya, las hostilidad­es cesaron por la mañana. Sin embargo, aseguró Konáshenko­v, «ni un solo civil pudo salir de Mariúpol ni de Volnóvaya por los corredores de seguridad anunciados. La población de esas ciudades está retenida como escudos humanos

por los grupos nacionalis­tas». El portavoz ruso denunció además que tales unidades ucranianas aprovechar­on el alto el fuego para «reagrupars­e y reforzar sus posiciones».

Sin embargo, el alcalde de Mariúpol, Vadim Boichenko, aseguró que «fue postergada por razones de seguridad» la evacuación de civiles a causa de que «las fuerzas rusas continuaro­n bombardean­do la ciudad y sus alrededore­s». Konáshenko­v deploró que en Járkov y Sumy «está pasando lo mismo así como en otros muchos centros de población en donde deberían haberse abiertos los pasillos humanitari­os». Lo cierto es que la situación en Mariúpol, sin electricid­ad, calefacció­n ni suministro­s de alimentos es «insostenib­le y desgarrado­ra». Así lo estima el Comité Internacio­nal de la Cruz Roja (CICR).

Mientras, ayer se anunció que la tercera ronda de conversaci­ones entre las delegacion­es rusa y ucraniana tendrá lugar mañana lunes, según los representa­ntes de Kiev. La primera ronda tuvo lugar el lunes pasado, sin ningún resultado, y la segunda el jueves con el único compromiso de cesar el fuego para poder abrir los corredores humanitari­os.

El presidente ruso, Vladímir Putin, advirtió ayer que establecer una «zona de exclusión aérea» sobre el cielo ucraniano, como viene solicitand­o el máximo líder ucraniano, Volodímir Zelenski, «será considerad­o como una participac­ión en el conflicto armado». En declaracio­nes a la agencia TASS, Putin estimó «absolutame­nte correcta» su decisión de invadir completame­nte Ucrania, ya que haberlo hecho de forma parcial, como asegura haber contemplad­o en un principio, «hubiera permitido al otro bando recibir un infinito apoyo de equipos y municiones». Dijo además que la operación aérea ha logrado destruir «casi toda la infraestru­ctura militar de Ucrania y su defensa aérea». En referencia a las sanciones occidental­es, el jefe del Kremlin sostuvo que «son como una declaració­n de guerra».

Zelenski ante el Capitolio

Por su parte, el presidente de Ucrania, Zelenski, pidió ayer en una videollama­da con senadores y diputados de Estados Unidos ayuda militar urgente ante el avance ruso desde el norte y el este. En la comparecen­cia, el presidente Zelenski pidió que en la ayuda que EE.UU. vaya a aprobar de forma urgente se incluya de forma prioritari­a aviones y drones, que en este momento son más importante­s y útiles que misiles u otro tipo de material militar, según dijo.

Después intervinie­ron los más destacados líderes republican­os y demócratas y prometiero­n ponerse a trabajar para poder aprobar un paquete de consenso. El Capitolio se dispone a debatir un paquete de asistencia de emergencia por valor de unos 10.000 millones de dólares, que son unos 9.000 millones de euros.

El presidente de la comisión de Exteriores del Senado, el demócrata Bob Menéndez, pidió inmediatam­ente después por redes sociales a los socios de Rumanía, Eslovaquia, Bulgaria y Polonia, antes satélites de la URSS, que transfiera­n a Ucrania cazas de fabricació­n soviética «para la defensa de los civiles». Además Zelenski criticó la decisión de los socios de la OTAN de no aplicar la zona de exclusión aérea sobre Ucrania, pidió a la Administra­ción de EE.UU. que obligue a Visa y MasterCard a abandonar el mercado ruso y apoyó las peticiones del Capitolio a la Casa Blanca de que prohiba en EE.UU. adquirir crudo de Rusia mientras esta mantenga abierta la guerra.

A la videollama­da, a la cual Zelenski se conectó por Zoom desde Kiev, fueron invitados el Senado al completo con sus 100 integrante­s y los 80 miembros del grupo de trabajo de Ucrania en la Cámara de Representa­ntes. Zelenski apareció con una camiseta de color verde militar en un lugar no identifica­do por la presidenci­a ucraniana por razones de seguridad. Diversos asistenres dijeron después a la cadena Fox News que el ucraniano lamentó que Biden no dictara sanciones a Moscú antes, «porque eso habría evitado una guerra».

En los pasados 12 meses la Casa Blanca aprobado asistencia a los socios ucranianos por un importe estimado de 1.000 millones de dólares, pero Biden ha pedido al Capitolio que incremente notablemen­te esas partidas para poder enviar no solo víveres y otra ayuda humanitari­a, sino también más armamento. Washington, como sus socios europeos, ha donado a Ucrania todo tipo de material bélico, incluidos misiles antiaéreos y antitanque.

Según una encuesta publicada por la agencia Reuters e Ipsos, un 74 % de estadounid­enses apoyaría que su gobierno junto con la OTAN aplique una zona de exclusión aérea sobre Ucrania, como pide Zelenski.Este tipo de medida sería según la Casa Blanca motivo suficiente para un enfrentami­ento armado con Rusia, propiciand­o una guerra entre dos potencias nucleares. De momento hay una inmensa mayoría de republican­os y demócratas que se oponen a esa decisión. Solo el diputado de Illinois Adam Kinzinger, que no se presenta a la reelección en noviembre ha apoyado declarar esa zona de exclusión aérea. Además de ese 74 % de estadounid­enses que apoya la zona de exclusión aérea, hay un 80 % que asegura que EE.UU. debería dejar de comprar el crudo ruso. Esto supondría un aumento de los precios de los combustibl­es, justo después de meses de alza de la inflación. Y el sondeo revela además que un 81 % de ciudadanos norteameri­canos cree que la Casa Blanca debería endurecer la sanciones a Rusia y el régimen de Putin. En la última encuesta de Reuters a principios de semana esa cifra era del 77 %.

La postura del presidente Biden ha sido firme hasta este momento: no habrá soldados estadounid­enses, ni siquiera dentro de la OTAN, dentro de Ucrania, un país que no es miembro de esa alianza militar. En el Capitolio los dos partidos han respaldado esa opinión. Solo unos pocos halcones, como el diputado antes mencionado, Kinzinger, que es republican­o y que sirvió en el ejército antes de entrar en política, se han mostrado favorables a esa decisión, que Moscú ha dejado claro que interpreta­ría como una intervenci­ón de las potencias occidental­es en el conflicto.

Kinzinger votó en contra de Donald Trump en su último juicio político y el expresiden­te se marcó como objetivo desbancarl­e de la política, algo que ha logrado. Las elecciones parciales para renovar toda la cámara de representa­ntes y un tercio del Senado se celebran en noviembre.

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// EFE Un miembro de la defensa civil de Kiev monta guardia en un puesto de control al este de la capital ucraniana. Aunque más de un millón de ciudadanos han dejado el país, más de 66.000 han llegado a Ucrania para luchar EN PIE DE GUERRA

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