EL KREMLIN INTENSIFICA LA REPRESIÓN AL OPOSITOR Y LA CENSURA A LA PRENSA
La persecución a los medios lleva a TVE y EFE a suspender también su actividad en Rusia
El presidente Vladímir Putin ha decidido acallar cualquier atisbo de protesta contra su política y contra la guerra desatada contra Ucrania. Acaba de promulgar nuevas medidas legales contra quienes pretenden informar a la opinión pública de lo que está sucediendo en el país vecino. Desde ayer sábado, entraron en vigor una serie de enmiendas al Código Penal ruso que castigará la difusión de «informaciones falsas» o «desinformación», los llamamientos a la aplicación de sanciones contra Rusia o cualquier referencia al Ejército ruso en términos «denigrantes».
Las penas por incumplir la nueva normativa, que fue aprobada de urgencia por el Parlamento ruso y firmada el viernes 4 de marzo por Putin, puede llegar a los 15 años de cárcel y afectarán, no solo a medios informativos, sino también a particulares que utilicen blogs, redes sociales o cualquier otro soporte. Las autoridades rusas refuerzan así su arsenal en la guerra que tienen declarada a la información libre.
El resultado es que numerosos medios informativos extranjeros con corresponsalías en Moscú, tales como la CNN, CBS News, la BBC, ABC News y Bloomberg, han decidido suspender temporalmente su actividad en Rusia. Lo han hecho también los medios públicos españoles RTVE y EFE, que seguirán cubriendo los sucesos en el país eslavo, pero desde fuera.
«Esta legislación parece criminalizar el proceso del periodismo independiente. No nos deja otra opción que suspender temporalmente el trabajo de todos los periodistas de BBC News y su personal de apoyo dentro de Rusia mientras evaluamos todas las implicaciones de este fenómeno no deseado», anunció el director general de BBC, Tim Davie, en un comunicado difundido por la cadena. El presidente del comité parlamentario de Información de la Duma (Cámara Baja del Parlamento ruso), Alexánder Jínshtein, advirtió el pasado viernes de que «esta ley se aplica a todos los ciudadanos, no solo a los de Rusia».
Bloqueo a las redes
Rusia ha bloqueado, además, Facebook y ralentizado el acceso a Twitter a fin de evitar que la población esté al corriente de lo que realmente está sucediendo en Ucrania, país invadido por las tropas rusas con el objetivo declarado de evitar un «genocidio» de los habitantes de Donbass. La medida se encuadra en la dinámica represiva que el Kremlin viene aplicando con especial saña desde el año 2020.
La BBC ya empezó a tener problemas de acceso esta semana igual que la Deutsche Welle (DW), la web independiente en lengua rusa Meduza, con sede en Letonia, Radio Svoboda y Voice of América. La cadena de televisión rusa por internet Dozhd ya anunció el jueves la suspensión de su actividad, y la carismática emisora Eco de Moscú fue disuelta tras ser prohibidas sus emisiones y la información de su web.
A la actual situación se llega tras meses especialmente duros para los medios independientes, la oposición en su conjunto y la sociedad civil. Muchas publicaciones y periodistas han sido tachados de «agentes extranjeros», lo que complica considerablemente su actividad. El principal opositor del Kremlin, Alexéi Navalni, que ha pedido desde la cárcel a la ciudadanía manifestarse en contra de la guerra, afronta un nuevo juicio. Su organización, el Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK) fue disuelta y catalogada como «extremista». Lo mismo ha sucedido con Memorial, defensora de los Derechos Humanos y de la memoria de los represaliados por Stalin.
Hoy hay convocada en varias ciudades rusas concentraciones contra la guerra. En las protestas llevadas a cabo en los últimos días, según el observatorio de Derechos Humanos OVD-Info, han sido detenidas más de 8.000 personas, incluida Elena Ósipova, una anciana que vivió el terrible Sitio de Leningrado durante la II Guerra Mundial y que se manifestó en San Petersburgo contra la decisión de Putin de enviar tropas a Ucrania. Pero el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo: «No es el momento de dividirnos, es el momento de unirnos. Y unirnos en torno a nuestro presidente».