INDITEX Y TENDAM SE REPLIEGAN DE RUSIA POR LA GUERRA
Ambos grupos siguen a otras multinacionales de nuestro país, como Iberia y Amadeus, que comienzan a activar sus planes de contingencia ante las sanciones al país ruso. Otras empresas como Gestamp se están pensando si continuar operando después de las sanciones internacionales
La guerra de Ucrania ha vuelto a poner a las empresas de todo el mundo en tensión. Después, algunas más que otras, de haber dejado atrás la crisis del coronavirus, sobrellevar la falta de materiales por los cuellos de botella generados en China y sufrir una inflación nunca vista en treinta años, la invasión rusa saca de nuevo a la palestra el fantasma de la crisis en la economía.
Las sanciones internacionales a Rusia no se han hecho esperar, dificultando la manera de operar financieramente después de que la banca rusa haya sido excluida del sistema Swift. Por eso, decenas de compañías internacionales han ido suspendiendo sus operaciones en el país. Lo mismo están empezando a hacer, aunque aún a cuentagotas, parte de las alrededor de 130 españolas que están establecidas en territorio ruso, según el Icex. Empresas turísticas (Iberia y Amadeus), del textil (Mango e Inditex) o de alimentación (Deoleo) empiezan a cortar relaciones con Rusia. Otras como la fabricante de componentes de automóviles Gestamp están planteándose cesar su actividad de manera provisional. En el caso de la actividad en Ucrania, prácticamente todas las empresas han detenido su actividad.
Mirando las exportaciones e importaciones, los datos del Ministerio de Comercio señalan que en 2021 España importó de Rusia por valor de 6.033 millones, mientras que las exportaciones alcanzaron los 2.213 millones de euros. En Ucrania se importó por valor de 1.547 millones de euros y se exportó por 681. Aunque ambos países no son de los que mayor dependencia tiene España en su balanza comercial –apenas suponen el 2,2% de las importaciones y el 1% de las exportaciones–, sí existen tensiones en algunos sectores. Según el observatorio DKB de Informa, petróleo y gas, transporte, alimentación, automoción, química y confección se encuentran entre las industrias más afectadas.
La automoción, en vilo
La preocupación entre los sectores industriales es máxima. No solo por las consecuencias futuras, sino por las que ya existen. Si bien es cierto que las exportaciones a Rusia no tienen un papel tan relevante respecto a otros países, el golpe a algunas empresas podría ser robusto. Desde la Asociación de Empresas Industriales
Internacionalizas, AMEC, relatan que a algunas compañías de bienes de equipo se les han quedado colgados pedidos ya preparados para mandar a Rusia. Mientras, otras directamente temen no cobrar los pagos pendientes de clientes rusos por el bloqueo financiero a los bancos del país eslavo. «No hay plan de contigencia posible para estos casos», asegura el director general de esta patronal, Joan Tristany.
Lo que más temen, avisa Tristany, es que los precios de las energías se disparen todavía más por la dependencia de Rusia, tras un año de récord para los precios de la luz, el petróleo y el gas. En los últimos doce meses, el oro negro ha subido un 88%, mientras que el gas se ha triplicado, empujando los precios de la electricidad más de un 500%. Desde el sector vuelven a lamentar que, como ya ocurrió en septiembre, el Gobierno haya tomado medidas para paliar el daño a las facturas de los hogares, volviendo a dejar de lado al tejido industrial, que incluso ha tenido que
Sectores más afectados
PETRÓLEO Y GAS, TRANSPORTE, ALIMENTACIÓN, AUTOMOCIÓN, QUÍMICA Y CONFECCIÓN SON LAS INDUSTRIAS MÁS EN RIESGO
parar fábricas por el alto precio de producir.
Por otra parte, las empresas también empiezan a protegerse ante una posible falta de suministros. Como ya venía ocurriendo con la escasez de materias primas, las compañías ya empiezan a ‘stockar’ productos, sobre todo los más expuestos a Rusia. Este es el caso de la fabricación de automóviles que ya viene sufriendo meses el desabastecimiento. La falta de chips obligó a parar la producción en muchas plantas de todo el mundo, también en España. El sector confiaba en una recuperación este mismo 2022, pero la guerra de Ucrania ha desinflado estas aspiraciones. Según la directora de comunicación de Ganvam, Tania Puche, «la invasión de Ucrania por parte de Rusia tumba las previsiones, teniendo en cuenta que ambos países abastecen de materias primas para la fabricación tanto de vehículos como de dispositivos tecnológicos».
Una de las empresas españolas de la industria automovilística más afectadas por el vacío internacional a Rusia es Gestamp. La multinacional cuenta con cuatro fábricas en el país ruso y el fin de las relaciones de gran parte de las empresas con el país, sobre todo Volkswagen, suponen un problema calado. Aunque la compañía asegura que está monitorizando la situación, las opciones de cesar están encima de la mesa. Otra compañía fabricante de componentes para la automoción y que cuenta con una presencia en Rusia considerable es CIE Automotive. En este caso, ABC ha intentado contactar con la compañía pero sin éxito.
El textil dice adiós
El sector textil está muy presente tanto en Rusia como en Ucrania. En el segundo país, los tres grupos más grandes de nuestro país –Inditex, Mango y Tendam– cesaron su actividad. A mediados de semana Mango cerró sus tiendas. No fue hasta ayer cuando también dejaron de operar en Rusia. La primera fue Mango, que cerró sus tiendas propias, unas 65, y la venta online en el país. La multinacional tiene otras 55 tiendas con el modelo de franquicia y emplea a unas 800 personas.
Hasta ayer no se pronunciaron Inditex y Tendam. El grupo dueño de Zara notificó que debido a las «actuales circunstancias no puede garantizar la continuidad de las operaciones y de las condiciones comerciales en la Federación Rusa». Por ello, suspende temporalmente la actividad de las 502 tiendas que mantiene en el país (86 son Zara) y el canal online del país.
El compás de espera le estaba saliendo caro en los mercados, donde esta última semana las acciones se han desplomado más de un 16%. Rusia representa el 8,5% de sus beneficios antes de impuestos y es el segundo mercado, tras España, donde más establecimientos tiene y más personas emplea, más de 9.000.
Por su parte, Tendam también anunció ayer que cesaba las operaciones en Rusia. El grupo dueño de Cortefiel tiene con 80 tiendas y unos 400 empleados allí.
Bienes de equipo
ALGUNAS COMPAÑÍAS TIENEN PEDIDOS PENDIENTES PARA ENVIAR A RUSIA Y TEMEN QUE AL FINAL NO PUEDAN COBRARLOS
Deoleo deja de exportar
Por el conflicto, la industria agroalimentaria ve amenazada la producción de harina, panadería, bollería, pastas, malta y cerveza, bebidas espirituosas y piensos. Por eso, como informó ABC, el sector ya busca mercados alternativos. De momento, las sanciones a Rusia han obligado a Deoleo (Carbonell, entre otros) a «cancelar todos los pedidos pendientes de exportaciones que teníamos para Rusia», según fuentes de la compañía.
Por su parte, los supermercados explican a este periódico que están a la espera de ver cómo sigue evolucionando el proceso para iniciar los planes de contingencia. Las alarmas se empezaron a encender el viernes cuando algunas cadenas comenzaron a limitar la venta de aceite de girasol por la situación. Desde la patronal Asedas aseguran que «la demanda anómala afecta a un número muy limitadode productos relacionados con el aceite de girasol procedente de Ucrania y que existen alternativas tanto de origen como de producto».
El turismo sí ha plegado las alas en Rusia. En concreto, Amadeus anunció que no firmará ningún nuevo contrato en Rusia y que suspende la distribución de tarifas de la aerolínea Aeroflot en sus sistemas. Iberia, con el cierre del espacio aéreo, cancela todos sus vuelos hasta nueva orden.
Las empresas del sector energético no sufren variaciones. Para España, Rusia, con el 8,9% del total, es el cuarto país a la hora de importar gas natural, tras Argelia, Estados Unidos y Nigeria. Naturgy informa de que sigue manteniendo los contratos de llegada de gas ruso, mientras que Técnicas Reunidas se encuentra ampliando una refinería de Gazprom. Como curiosidad, Repsol salió del país en enero, vendiendo a Gazprom las participaciones que tenía en dos empresas conjuntas.