120 años en 120 nombres
▶ El Real Madrid está de aniversario. Un repaso rápido por la senda del equipo de fútbol más laureado de la historia
El ‘foot-ball’ llegó a Madrid a finales del siglo XIX, importado de Inglaterra por estudiantes y docentes de la Institución Libre de Enseñanza, la edad de piedra del fútbol madrileño. Eran más los escépticos que los convencidos. Los aficionados primero se asombraban y luego se indignaban… «Con unas reglas que se confunden con las del rugby», decía la revista Blanco y Negro. Los precursores cargaban con las porterías y se vestían y desvestían «allí mismo». Fueron varios los equipos que se formaron, pero muchos se quedaron en el empeño. Y el 6 de marzo de 1902 quedó clavada la bandera del fútbol en la capital. Desde aquellas primeras patadas, hasta la victoria de anoche contra la Real Sociedad, este es un rápido repaso de la historia del club, 120 años resumidos en 120 nombres. Con Julián Palacios como primera piedra, un primer presidente de un club antes de su fundación.
Las primeras victorias
La explanada de la plaza de toros, el estadio de O’Donnell, la concesión del título ‘Real’ por el Rey Alfonso XIII figuran en las primeras páginas de las glorias deportivas del Real Madrid, constituido en 1902, con la presidencia de Juan Padrós, y sus primeros futbolistas en calzones cortos, goles y carreras: Bernabéu, Monjardín, René Petit, Félix Pérez o Quesada; enemigo en la contienda entre copas regionales y de España (el Madrid ganó seis Copas antes de la creación de la Liga en 1929). Pero fue en los años 30 cuando Ricardo Zamora, Ciriaco y Quincoces se juntaron en un gran equipo, que ganó dos Ligas consecutivas (una sin perder un solo partido) y se proclamó campeón de España en 1934 y 1936. La guerra civil destrozó el plantel y la posguerra encarnó su etapa más dura, con días brillantes como la remontada al Barcelona en Copa (11-1, en 1943) y goleadores memorables como Pruden, Alday, Barinaga, Luis Regueiro o Pahíño, junto a las apariciones de Molowny y de Ipiña. El Madrid de las cinco Copas de Europa La figura de Santiago Bernabéu, exjugador y entrenador, y su llegada a la presidencia, impulsó el rumbo del Real Madrid con la construcción del estadio de Chamartín, su inauguración en 1947 y su posterior ampliación para un aforo de 100.000 espectadores. Permitió al club incorporar a grandes jugadores del exterior, con Alfredo Di Stéfano como máxima figura, que en su estreno (también el de Gento) contribuyó al logro del título de Liga después de 20 años. Sobre este equipo se edificó la leyenda, con Raimundo Saporta como gran dirigente, con las cinco Copas de Europa consecutivas, origen de la admiración internacional. Con Kopa, Rial, Di Stéfano, Puskas y Gento coincidieron futbolistas carismáticos como Muñoz, Navarro, Lesmes, Juanito Alonso, Zárraga, Marquitos, Olsen, Santamaría o Santisteban.
El Madrid yeyé
Con Miguel Muñoz de entrenador el Real Madrid conquistó ocho Ligas de nueve en la década de los 60, más la sexta Copa de Europa lograda con once españoles. Gento es el único jugador con seis títulos. Cuando La Saeta Rubia se marchó (1964, con las cuatro últimas ligas ganadas), el Real Madrid continuó además ganando otras cuatro de cinco. Jugadores como Betancort, Sanchís, De Felipe, Zoco, Pirri, Amancio, Velázquez y Grosso dominaron el panorama nacional como nadie lo ha hecho en la historia. Otra década posterior de éxitos abrió el mercado a los extranjeros: Óscar Mas y Netzer; y después Breitner, Jensen, Stielike y Cunningham. Con momentos como las paradas felinas de Miguel Ángel, la contundencia de Benito, la garra de Camacho o ‘el Madrid de los García’: García Remón, Pérez García, García Cortés, García Navajas, García Hernández… El filial Castilla, en una hazaña colosal, con Agustín, Gallego y Pineda, llegó a la final de la Copa contra su patrocinador. La Quinta del Buitre En la presidencia de Luis de Carlos, un grupo de jugadores procedentes del Castilla saltó al primer equipo con una propuesta colosal de fútbol: Sanchis, Martín Vázquez, Butragueño, Míchel y Pardeza. Se conquistaron cinco Ligas seguidas, después de cinco anteriores sin hacerlo, sequía que no se había dado desde 1953. Con un recuerdo especial en el aficionado por las grandes remontadas, que culminaron con dos títulos de la Copa de la UEFA, y con momentos inolvidables ante los mejores equipos de la época: Juventus de Platini, el marcaje de Chendo a Maradona contra el Nápoles, las internadas de Paco Llorente ante el Oporto, y las victorias y amargas derrotas ante Bayern de Múnich e Eindhoven. La Quinta se unió a un grupo de los mejores jugadores nacionales que fichó Ramón Mendoza: Buyo,
Maceda y Gordillo; al mejor rematador de todos, Hugo Sánchez; y a los veteranos Juanito y Santillana, dúo partícipe en las remontadas, cuando se empezaron a mirar los laureles por Cibeles. Valdano, futbolista de este ciclo, regresó como técnico para devol
verle al club lo que le había quitado tras Tenerife, y que terminaría como directivo en la etapa siguiente.
La Séptima y los galácticos
La llegada de Raúl con 17 años a la titularidad fue el anunció de un cambio de época, con el fin de la supremacía del ‘Barça de Cruyff’. Con la ley Bosman, los europeos dejaron de ser extranjeros y el presidente Lorenzo Sanz aprovechó para formar un equipo de ensueño, entrenado por Fabio Capello: con Illgner, Panucci, Roberto Carlos, Seedorf, Suker
y Mijatovic. Aquel Madrid, con Karembeu al año siguiente, ganó la Champions después de una sequía de 32 años. Los aficionados que lo recuerdan son unánimes: no habrá nunca nada como La Séptima. En cinco años se ganaron tres títulos (solo Raúl, Roberto Carlos y Morientes fueron titulares en las tres finales, con un Fernando Hierro, también, como líder, y en dos de ellas un imperial Redondo, los méritos indiscutibles de Míchel Salgado y Helguera, más el del técnico Del Bosque en dos de ellas). En la última, Florentino Pérez había puesto los cimientos de los galácticos.
Figo y Zidane fueron campeones de Europa. Pero Ronaldo, Beckham y Owen no pudieron sostener el nivel. Entre esta época y la siguiente hizo historia en la portería Iker Casillas, valorado además por todos los aficionados rivales por su carisma e influencia en los éxitos de la Selección, con un Mundial de fútbol y dos Eurocopas. La FIFA coronó al club como el mejor del siglo XX.
Cristiano y las últimas Champions
Cristiano Ronaldo alcanzó el puesto de máximo goleador de entre todos. La BBC (Bale y Benzema) formó la tripleta de ataque más goleadora, jugando juntos, como la de Di Stéfano, Puskas y Gento; y más que la de Butragueño, Míchel y Hugo Sánchez. El ‘Madrid de Cristiano’ legó una Liga con récord de 121 goles marcados, con
Mourinho de entrenador; las dos finales de Copa ante el Barça de Messi, futbolistas guerreros como Pepe y Arbeloa, y jugadas deliciosas, como las que elaboraba Xabi Alonso, o como aquel taconazo de
Guti en Riazor. No sabemos qué hubiera pasado de no marcar Sergio Ramos el empate de Lisboa en la final ante el Atlético de Madrid. Sabemos que entonces el Real Madrid ganó cuatro Champions de cinco, tres consecutivas, cuando ningún equipo había logrado revalidar un título en ese nuevo formato. Una misma alineación jugó y ganó dos finales, a Juventus y Liverpool, haciéndose la foto en las mismas posiciones: Keylor Navas, Sergio Ramos, Kroos, Varane, Benzema, Cristiano;
Casemiro, Marcelo, Carvajal, Isco y Modric. Busquen las fotos si no me creen. Igual que Florentino regresó tras un mandato de Ramón Calderón, también regresaron al banquillo Zidane y Ancelotti. Como lo hicieron en su día Molowny,
Del Bosque, Beenhakker, Toshack o Capello. Hasta la fecha, nadie ha marcado tantos goles en el equipo femenino como Asllani, ni atajó tantos disparos como Misa. Y Vinicius por fin marcó un gol a la derecha del punto de penalti.
Con veteranos y noveles, el futuro del Real Madrid se edificará con la gran remodelación del estadio, no solo como campo de fútbol moderno sino como fuente extraordinaria de ingresos; un nuevo concepto y modelo de empresa deportiva. Nada del futuro será ajeno a ello, incluidos los anhelados fichajes de Mbappé o Haaland, por los que sus aficionados suspiran.