El entrenador ejerce de mánager y el club le utiliza para negociar con los jugadores que quiere incorporar
Cuando Joan Laporta decidió contratar a Xavi Hernández no solo le daba la responsabilidad del vestuario del Barcelona a uno de los pocos garantes que quedan del ADN azulgrana, sino que fichaba a un hombre de club, ávido por controlar todos los aspectos y dispuesto a comprometerse en el diseño deportivo del primer equipo. Más allá de imponer un sistema, proponer un dibujo táctico o marcar las pautas de comportamiento de la plantilla con un régimen interno, Xavi se ha implicado personalmente en su proyecto hasta el punto de adoptar un rol negociador para hacerse con las piezas que considera imprescindibles en su libreto.
Más allá de llegar al Camp Nou con su equipo de confianza como condición innegociable para firmar su contrato o exigir la completa remodelación de los servicios médicos, Xavi ha adoptado un rol intervencionista en las conversaciones del club con los futbolistas que quiere tener a sus órdenes. Cuando Mateu Alemany fue a Mánchester para fichar a Ferran Torres argumentó el deseo del delantero de vestirse de azulgrana. Xavi le había convencido en una conversación previa. También llamó personalmente a Morata para explicarle su proyecto, provocando que el delantero le pidiera a la Juventus que negociara su salida. Fue el avalador de Dani Alves tras una charla personal con el brasileño e incluso se reunió con los agentes de Dembélé para desatascar, infructuosamente, la renovación del francés.
El último movimiento del técnico catalán ha sido desplazarse a Múnich el pasado martes para reunirse con Erling Haaland y explicarle su proyecto. El técnico estuvo respaldado por una propuesta de Laporta al agente del noruego, Mino Raiola, al que le ofreció 195 millones de euros a percibir durante cinco años en un contrato ascendente. «No puedo dar detalles. Trabajamos para el presente y el futuro del club», se limitó a responder Xavi, que confirmó de esta manera la reunión con el delantero.
El barcelonismo y la implicación del técnico están fuera de dudas. Quiere triunfar y no piensa escatimar esfuerzos para lograrlo. «Igual es una ventaja que esté yo, pero es más explicar el proyecto. Y ser honesto con el jugador que queremos fichar. Explicarle el modelo, el estilo, el club, la ciudad... suman muchas cosas. No he visto a ninguno que diga ‘no’ al Barça, otra cosas son las cláusulas o situaciones personales», explicaba Xavi, al que no le molesta adoptar este papel de negociador. «Somos un equipo, con el presidente al mando, Mateu, Jordi Cruyff... la comunicación es fluida. Esto es un grupo. No decido yo solo. Soy de consenso, de hacer grupo, de preguntar. Mi rol es decisivo, pero no estoy solo», apunta.
Hoy asumirá su trabajo de entrenador ante el Elche (16.15 horas, Movistar LaLiga) en el Martínez Valero, donde necesita una victoria para asegurarse la cuarta plaza y buscar el asalto a la tercera.