Mayores de edad
«Es necesario que un adulto tome las riendas; pasó el momento de la asamblea universitaria»
CUANDO Mariano Rajoy presentó su último libro, ya aplaudimos lo oportuno de su título. Llevábamos tiempo añorando una ‘Política para adultos’. Pero entonces no podíamos siquiera imaginar lo perentorio que sería hacernos mayores unos meses después. Para que siempre digáis que el gallego prefería dejar dormir los problemas mientras leía el ‘Marca’ y nunca se anticipaba a ellos. Ingratos. Encabezaba su obra, presentada en plan estrella por toda España (ahora os ponéis nostálgicos), una cita del filósofo Gregorio Luri: «Para que una familia o una escuela o la misma sociedad funcione, es imprescindible que alguien se resigne a hacer de adulto».
Por si alguien no lo tenía claro, qué más evidencias necesita. Ha llegado el momento de la resignación. Los tiempos críticos que vivimos hacen más que necesario no sólo que haya adultos que tomen las riendas, sino que el resto comprendamos que ha pasado el momento (si es que alguna vez fue buena idea) de que la política española se conduzca con modos y maneras de asamblea universitaria.
El Partido Popular, gracias a una inusitada y pueril batalla interna, lo ha comprendido. Sevilla entronizará en solo unas semanas al líder que buena parte de esa formación política ya quiso hace cuatro años. Pero que no lo fue porque él mismo no se resignó a hacer de adulto. Era más fácil seguir de paseo por Galicia, sitio distinto.
La propia izquierda dirigente, o al menos una facción de ella, también está viendo que no cabe otra. Ahí tienen a Pedro Sánchez rectificándose a sí mismo sobre el envío de armas a Ucrania. O a la vicepresidenta Díaz, que no quiere ver el camino de su fulgurante estrella política cercenado por los residuos que dejan las achicharradas pancartas de sus colegas podemitas.
La juventud se cura con la edad, dice el refrán. Y yo no sé cómo ni cuándo saldremos de esta crisis de la que seguro somos ahora mismo incapaces de vislumbrar sus consecuencias. Pero desde luego que no será a base de tuits, eslóganes vacíos, tuerkas, fórmulas mágicas y otros crecepelos a los que nos han acostumbrado: populismo. Ojalá que no sea demasiado tarde. Mejor adultos que muertos.