Entre los principales objetivos de la ‘Estrategia Nacional de Gestión Cinegética’, «la mejora de la imagen social de la caza»
El Ministerio de Agricultura destaca el rol del ‘turismo cinegético’ para combatir la despoblación en el mundo rural
radio de acción de la Política Agraria Común (PAC) y del Plan Estratégico español, con el fin de mejorar los hábitats a través de los instrumentos dispuestos por esta política comunitaria como los ’ecoesquemas’. El documento, que será aprobado hoy, también contempla otras cuatro metas: «Defensa de un modelo de caza sostenible integrado en el desarrollo rural», «Establecimiento de directrices de gestión de la actividad cinegética, que permitan el ejercido ordenado y sostenible», «Puesta en marcha de sistemas de información y monitorización de la caza interoperables y basados en el mejor conocimiento científico disponible» y el «Fomento de la coordinación interadministrativa e intersectorial, e integración de las demandas medioambientales, sociales y económicas en la gestión cinegética».
En este sentido, se impulsan medidas destinadas a ámbitos tan diversos como la gestión de la sobrepoblación de determinadas especies salvajes, abriendo la puerta a la colaboración puntual de cazadores y priorizando el aumento de la «presión cinegética» (cupos, días de caza, húmero de modalidades). También se persigue, entre otras propuestas, hacer más efectiva la monitorización de las poblaciones y el control de los predadores.
Oportunidades
La Estrategia Nacional de Gestión Cinegética parte también de un análisis sobre las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades del sector (DAFO), que coincide con gran parte las inquietudes de cazadores y otros actores relacionados con la actividad cinegética Entre las debilidades y amenazas, el documento señala la ausencia
La Estrategia impulsa mejorar la monitoriación de las poblaciones de licencias únicas, el furtivismo, la poca formación del cazador en materia de bioseguridad y herramientas digitales, así como su elevada edad media. Como principales amenazas menciona «el reservorio de enfermedades actualmente se encuentra en los animales silvestres», el «éxodo y abandono rural», «la mala imagen que la sociedad tiene de la actividad cinegética» y el desconocimiento al tratarse de una sociedad mayoritariamente urbana. Además de los daños producidas por ciertas especies en cultivos y ganado.
Desde el Ministerio ven varias oportunidades para una actividad como la caza en el «auge del sector gastronómico», la «diversidad biológica» de la Península Ibérica y el «potencial» del turismo cinegético. Además creen que «la profesionalización orientado al control poblacional y abastecimiento de la carne» puede atraer a nuevas generaciones, así como la necesidad de técnicos cualificados para monitorizar especies y realizar certificaciones para la gestión cinegética sostenible.