El fantasma de la dama de blanco
Dice la leyenda que la princesa omeya Zaida sigue apareciéndose en los corredores de la fortaleza cordobesa
Las visitas al castillo se han incrementado desde que apareció en la serie ‘Juego de Tronos’
EL origen del castillo de Almodóvar del Río, situado a 22 de kilómetros de Córdoba en el valle del Guadalquivir, se pierde en la noche de los tiempos. Fue un castro ibero y luego romano, mencionado por Plinio El Viejo. El lugar servía para almacenar aceite y cereales. Tras la invasión de la Península, los omeyas construyeron una fortificación en el año 740, que llamaron Al Mudawar, por la forma redonda del cerro donde se levantó. Cuatro siglos después, el castillo fue asediado y conquistado por los almorávides, que lo mantuvieron más de cien años hasta que cayó en poder del rey Fernando III de Castilla.
La leyenda del fantasma de la dama de blanco, la princesa Zaida, apodada ‘La Encantá’, nace en el siglo XI cuando los almorávides estaban a punto de irrumpir en el castillo. El príncipe Fath Al Mamum había enviado meses antes a Zaida, su joven esposa, a la fortaleza. Creía que iba a estar más segura tras sus altas murallas.
Una noche Zaida tuvo el presentimiento de que su marido había muerto en Córdoba mientras luchaba contra sus enemigos. Vestida con una túnica blanca, se asomó al balcón de la torre y allí permaneció durante horas, sin esperanza de que el príncipe volviera junto a ella. Los almorávides tomaron el recinto e hicieron prisionera a Zaida. La confinaron en una torre. Ella se negó a hablar y a ingerir alimento alguno. Fueron pasando los días hasta que murió de pena.
La leyenda de Zaida siguió viva hasta 1901, fecha en la que el conde de Torralva decidió reconstruir el castillo, que llevaba siglos en estado de abandono. Contrató a cientos de obreros para una obra que exigió una cuantiosa inversión y duró tres décadas. Pero muchos trabajadores huyeron despavoridos del lugar, asegurando que habían visto el fantasma de Zaida en los corredores y las almenas de la fortificación. Todavía hoy se dice en el pueblo que la princesa se aparece en el balcón de la torre del homenaje cada 28 de marzo, la fecha de su muerte.
Fernando III convirtió Almodóvar en una posesión de la corona de Castilla. Pedro I, llamado ‘El Cruel’, un monarca guerrero, habitó en el castillo, donde llevó a sus amantes, lejos de su esposa, que residía en Sevilla. Este rey utilizó sus mazmorras para encerrar a sus enemigos.
De su estancia en este lugar nace otra leyenda de las muchas que jalonan su historia. Se dice que Pedro I guardó un gran tesoro en los sótanos de la fortaleza. Para que nadie se lo pudiera robar, trajo una gran araña negra del norte de África, a la que encomendó la protección del oro y las joyas. Hoy el visitante puede ver una reproducción de la araña del tamaño de un puño encima de la enorme cadena que servía para abrir el acceso a las mazmorras. Más abajo, hay calaveras y huesos que recuerdan el destino de los que allí acababan sus días encerrados.
El castillo, uno de los que mejor se conservan en España tras su restauración, ofrece una exposición de espadas, ballestas, escudos, yelmos, guanteletes y armaduras, que evocan la época en la que los reyes de Castilla ordenaban caballeros en la sala del trono. No en vano fue residencia real de Enrique II, dominio de la Casa de Baeza, lugar de hospedaje de monarcas y luego sede de la orden de Calatrava. Dada su cercanía al río, era un lugar de transporte de mercancías y una villa con un comercio floreciente que llegó a tener su propia moneda. Al parecer, en la época romana, había en las inmediaciones unas productivas minas de plata.
El castillo está abierto a los visitantes, que se han incrementado desde que apareció en la serie ‘Juego de Tronos’ como sede de la casa Tyrell. También la HBO lo utilizó hace tres años para la serie ‘Warrior Nun’. Hay muchos alicientes para viajar hasta esta fortaleza medieval, convertida en museo, desde la que se disfruta un impresionante paisaje del valle del Guadalquivir. Si hay un sitio en la Península donde confluyen lo romano, lo musulmán y lo cristiano, ése es Almodóvar del Río.