EL PRECIO DE LA CESTA DE LA COMPRA SE DISPARARÁ EN ESPAÑA POR LA CRISIS BÉLICA
El conflicto también perjudica la elaboración de piensos compuestos para la ganadería
La invasión de Rusia en Ucrania impacta ya en España en el terreno económico y en el bolsillo del consumidor. No solo se encarecen la electricidad y el petróleo, también subirán los precios de los alimentos como el pan, la carne o bebidas como la cerveza. El conflicto es la gota que termina de colmar el vaso con una inflación disparada desde hace meses. Los distribuidores, expertos y asociaciones de consumidores consultados coinciden en que los precios de venta finales subirán a la hora de llenar la cesta de la compra. También alertan que pueden darse casos de escasez de algunos productos puntuales.
Ucrania es el primer proveedor extranjero de España de maíz y de girasol y el cuarto en trigo. En consecuencia, el conflicto derivará en próximos aumentos de los costes de la energía y de las materias primas industriales, según se concluye en un informe de Analistas Financieros Internacionales (AFI). Esta situación presionará al alza una inflación que ya estaba por las nubes y que mermará aún más la capacidad adquisitiva de los hogares con el consiguiente perjuicio para el consumo privado. Los expertos de AFI concluyen que la industria agroalimentaria española se verá sacudida por este escenario global.
Dentro de la industria alimentaria notarán el golpe, sobre todo, las producciones de harina, panadería, bollería y pastelería, pastas alimenticias y la fabricación de malta, cerveza y de bebidas espirituosas. La crisis bélica también perjudicará a la elaboración de piensos compuestos, con las implicaciones que tiene sobre los sectores ganadero y cárnico, según DBK Informa.
Los expertos creen que a corto plazo, el encarecimiento de los costes de la producción se trasladará a los lineales y al precio de venta final a las familias españolas. Massimo Cermelli, profesor de Economía Deusto Business School, opina que el consumidor empezará a notar las subidas al pagar la compra «en las próximas semanas». «Ucrania es el granero de Europa y esto, unido a la sequía, va a incrementar los costes de los productos agroalimentarios, sobre todo aquellos que se fundamentan en aceite de girasol, trigo o cereales. Es decir, va a afectar a casi toda la cesta de la compra», apostilla Cermelli. Explica además que las subidas no se percibirán de inmediato por el acopio de trigo realizado por los productores en los meses anteriores, pero pronostica que en unas semanas «no habrá cereales o costarán mucho más».
Desde las asociaciones de consumidores avisan de que llueve sobre mojado porque los precios encadenan ya meses de alzas en los supermercados. El portavoz de la OCU, Enrique García, aclara que la compra de básicos no se va a encarecer solo por la escasez de alimentos sino también por los elevados costes del gas. «Los precios del gas y de la electricidad se trasladan también a los de la alimentación. Aunque España tiene garantizado el suministro de gas, no seremos indemnes a estas alzas de precios, que se van a trasladar a la electricidad y, después, a la cesta de la compra», avisa.
«Hay bastante nerviosismo en todo el sector ganadero», advirtió el secretario general de COAG Miguel Padilla el jueves tras la reunión del ministro de Agricultura, Luis Planas, con las principales organizaciones agrarias Asaja, COAG y UPA. Planas admitió ese mismo día que ya se están buscando mercados alternativos en Estados Unidos, Canadá y Argentina, porque el margen de maniobra de España es finito: el ‘stock’ de cereales almacenado en el puerto de Tarragona llega para apenas cinco semanas o unos 45 días, estiman desde la Confederación Español de Fabricantes de Alimentos Compuestos para Animales y el propio ministerio. El caso más sangrante es el del maíz, donde se busca ya una solución que permita alcanzar el segundo semestre del año, cuando ya entren en juego la producción nacional y brasileña. Por eso, el Gobierno pide a Bruselas la ‘flexibilización’ de los requisitos fitosanitarios que permitan las importaciones desde estos terceros países a pesar de las reticencias alrededor del uso de transgénicos y del uso reciente de pesticidas ya caducados en la UE.
Desde Cooperativas Agroalimentarias el director de cultivos herbáceos, Antonio Catón Vázquez, no duda en hablar de «una volatilidad desconocida para todo el mundo» y constata que vamos a asistir a «una competencia mundial por los 59 millones de toneladas de cereal que producían conjuntamente Rusia y Ucrania». Todo ello, con el agravante de que las alternativas son Rumanía, Moldavia y Hungría, cuyas exportaciones utilizan un mar Negro convertido en frente de guerra. En este sentido, Catón se une a otras organizaciones agrarias como Asaja y exige «replantear la estrategia ‘De la Granja a la Mesa’ y no ir de tan ideales por el mundo» e insta a la Unión Europea a cambiar su forma de pensar.