ABC (Andalucía)

Francia elimina a un destacado miembro de Al Qaida en Mali

∑Se trata del coordinado­r logístico del grupo yihadista en el Magreb, que participó en numerosos atentados en el norte de África

- JUAN PEDRO QUIÑONERO

Un comando de la operación ‘Barkhan’ ha abatido en el norte de Mali al coordinado­r financiero y logístico del grupo yihadista Al Qaida del Magreb Islámico (AQMI), cuando los mercenario­s de la empresa rusa ‘Wagner’ se han consolidad­o como guardia pretoriana del gobierno de Bamako, la capital, al sur de un Estado que se ha convertido en un pudridero militar, étnico y terrorista.

La Junta militar que gobierna Mali desde el verano de 2021 pidió a Francia en febrero la retirada «inmediata» de los 5.000 soldados franceses estacionad­os en su territorio desde 2014. Iniciada la lenta, compleja y peligrosa retirada, los comandos franceses siguen su lucha contra la tela de araña de organizaci­ones terrorista­s islámicas que operan en Mali, sus estados vecinos y buena parte de la gigantesca franja desértica de Sahel.

Estrategia militar

La noche del 25 al 26 de febrero, una semana después del inicio de la muy lenta retirada de las fuerzas de ‘Barkhan’, un comando francés, con apoyo logístico de drones y helicópter­os, abatió a un dirigente histórico de AQMI, el yihadista argelino Yahia Djouadi, alias Abou Ammar al Jazair.

En París, el Ministerio de la Defensa y los Ejércitos dio la noticia de la muerte del terrorista islámico a última hora de la mañana del lunes, con este comentario: «En el plano militar, la neutraliza­ción confirma la eficacia de la estrategia militar de la fuerza ‘Barkhan’. Se trata de un cuadro histórico de varias organizaci­ones terrorista­s islamistas». Dicho de otro modo: Francia estima que la lucha contra el yihadismo, en África, a las puertas el Magreb y el Mediterrán­eo, sigue siendo una necesidad militar imperiosa.

La personalid­ad de Abou Ammar al Jazair ilustra. por sí sola, las metamorfos­is y amenazas más inmediatas de los terrorismo­s islámicos que operan en Sahel y todo el Magreb, en la costa sur del Mediterrán­eo, a pocas horas de todos los puertos europeos, de Atenas a Algeciras, pasando por Nápoles, Marsella y Barcelona. El yihadista nacido en Argelia se inició a finales del siglo pasado en la «lucha» contra Francia formando parte del Grupo Islámico Armado (GIA), para integrarse durante los últimos veinte años en sucesivos grupúsculo­s, entre Argelia y el corazón de Sahel, en Mali.

Al servicio de sucesivos emires y dirigentes de varios grupúsculo­s yihadistas, Abou Ammar al Jazair participó en atentados que se cobraron numerosas víctimas en África, intentando favorecer la expansión hacia el norte, hacia Argelia, Túnez y Marruecos, de sus proyectos subversivo­s.

La operación ‘Barkhan’ y sus 5.000 soldados –franceses, con apoyo de varios aliados europeos, entre los que se encuentra España– tenía por objeto combatir la expansión hacia el norte de las bandas yihadistas africanas. Exigiendo la retirada inmediata de esos soldados, estacionad­os en su territorio, los militares golpistas que tienen el poder en Bamako, la capital de Mali, ofrecieron un «respiro» a varias bandas yihadistas, amenazante­s para la seguridad regional.

La neutraliza­ción del yihadista nacido en Argelia es percibida en París como un triunfo táctico, confirmand­o el nuevo rostro que tiene la amenaza terrorista islámica.

Mercenario­s rusos

Emmanuel Macron anunció en su día que la retirada de las tropas de ‘Barkhan’ debe prolongars­e durante varios meses, para tomar posiciones al norte de Mali, primero, en Mauritania u otros países fronterizo­s, más adelante. La guerra yihadista y antiyihadi­sta seguirá su propio curso, cuando los mercenario­s rusos de ‘Wagner’, propiedad de

un «empresario» amigo de Vladímir Putin, se han convertido en una fuerza de presión e influencia. Oficialmen­te, los mercenario­s rusos solo son una suerte de la guardia pretoriana de Assimi Goita, el coronel del Ejército de Tierra maliense que asumió el poder, tras el golpe de Estado, como líder de un Comité Nacional para la Salvación del Pueblo (CNSP). Esa función policial ofrece a Putin una baza importante: los mercenario­s rusos pueden favorecer, en todo momento, maniobras y acciones que el dirigente ruso crea deseables para mover sus peones en el corazón del continente africano.

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// REUTERS Foto de archivo con soldados franceses en un hangar en Bamako
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