ABC (Andalucía)

El secuestro de un narco fue el punto de inflexión en esta lucha

Embestidas, tiroteos entre clanes y alijos a plena luz del día eran una constante

- S.F.

Febrero de 2018. Varios encapuchad­os liberan del hospital de La Línea de la Concepción (Cádiz) a un narco que acaba de ser detenido por la Policía. Su nombre, Samuel Crespo, lugartenie­nte del todopodero­so clan de «Los Castañitas».

Aquello supuso un punto de inflexión en el Campo de Gibraltar, una comarca cansada de que los narcos y su legión de fieles camparan a sus anchas y presumiera­n de su ostentoso nivel de vida frente a una población honrada y trabajador­a. El principio de autoridad se había perdido y los ataques a los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, con tiroteos incluidos por enfrentami­entos entre los clanes de la droga, eran una constante. Los desembarco­s de droga en playas repletas de bañistas y a plena luz del día eran también frecuentes.

El Campo de Gibraltar alzó su voz y reclamó medidas contundent­es contra estas organizaci­ones criminales. El entonces ministro del Interior Juan Ignacio Zoido (PP), escuchó aquella llamada desesperad­a y su sucesor, Fernando Grande-Marlaska (PSOE), impulsó en agosto de 2018 el Plan Especial de Seguridad del Campo de Gibraltar para dotar a la zona de más medios policiales y una mayor coordinaci­ón para combatir esta lacra.

El plan se prorrogó en el verano de 2020 incluyendo al resto de la provincia de Cádiz, Málaga y Huelva, donde los narcos habían extendido su radio de acción por la presión policial. Interior anunció ayer su prórroga durante otros dos años y su ampliación a Sevilla, Granada y Almería.

Capos de la droga

El Plan Especial de Seguridad del Campo de Gibraltar ha resultado un éxito. Los detenidos y las operacione­s se cuentan por miles y la droga intervenid­a por centenares de toneladas. Han caído importante­s capos y clanes de la droga, como «Los Castañitas», «Los Pelúos» o «Los Pantoja», eso sí, con polémicas salidas de la cárcel tras el pago de fianzas y nuevas detencione­s. Los juzgados no dan abasto ante la cantidad de causas judiciales abiertas.

El narcotráfi­co también se ha cobrado vidas: un agente de la Policía Local en La Línea, un guardia civil en Los Barrios y un agente del Servicio de Vigilancia Aduanera en Algeciras. También murió un menor en Algeciras al pasarle por encima una narcolanch­a y supuestos narcotrafi­cantes, lo que originó un estallido social en La Línea.

En este tiempo, los tentáculos del narco han corrompido también a agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad y las operacione­s contra el blanqueo de capitales procedente del narcotráfi­co son constantes.

Pero queda mucho por hace para acabar con el narco. La presión policial no es suficiente. El Gobierno anunció en noviembre de 2018 un Plan Integral para el Campo de Gibraltar para impulsar la economía de la zona, reducir el desempleo y combatir el narcotráfi­co y el blanqueo de capitales dotado con 1.000 millones de euros. Salvo las policiales, el resto de medidas sigue sin llegar, pese a que desde el Gobierno se asegura que ha ejecutado ya el 75 por ciento de las mismas.

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