VETERANOS DE GUERRA DE EE.UU. QUIEREN ALISTARSE
La llamada de Zelenski ha surtido efecto en Estados Unidos. El jueves el Servicio Secreto detuvo en Washington a dos hombres que tenían todo un arsenal de armas y munición en un coche con el que rondaban la Embajada de Ucrania. Ambos habían recorrido casi mil kilómetros para tratar de unirse a la resistencia contra la invasión rusa.
Un empleado de la Embajada ucraniana en Washington dijo a este diario el viernes que por ahora Ucrania ha recibido 3.000 solicitudes de estadounidenses para unirse a las Fuerzas Armadas de ese país, después de que el Gobierno en Kiev afirmara que eliminaría cualquier requerimiento de visado para aquellos que quieran combatir contra el invasor ruso. Ese diplomático aceptó hablar con ABC bajo condición de anonimato pues las cifras no son aún oficiales. La mayoría de esos alistados tienen experiencia de combate, según esa fuente.
Zelenski, el presidente ucraniano, anunció hace unos días la creación de una «Legión Internacional». Las últimas cifras de Kiev a finales de esta semana son de 16.000 extranjeros combatiendo junto a los ucranianos.
Justo el día en que el Gobierno de Ucrania hizo ese llamamiento, este diario habló con un grupo de tres jóvenes de entre 22 y 27 años que protestaban contra la invasión vestidos de camuflaje y con la boca cubierta por pasamontañas en una concentración con miles de personas ante la Casa Blanca. Los tres, residentes en Virginia y nacidos en EE.UU. de padres o abuelos ucranianos, dijeron que quieren ir a luchar en el país europeo, aunque solo uno de ellos decía haber servido en las Fuerzas Armadas estadounidenses.
Uno de ellos, Mikhailo, dijo: «Si no vamos nosotros a Ucrania, Putin acabará viniendo aquí, o es que no creen que apuntará sus armas nucleares a Washington». Otro, Andriy, llevaba una bandera roja y negra del Ejército Insurgente Ucraniano, una milicia de nacionalistas ucranianos que lucharon contra ambos bandos en la II Guerra Mundial para lograr una Estado independiente, llegando a colaborar con el ejército nazi alemán como estrategia para lograr sus objetivos.
Lo cierto es que la Casa Blanca ve con buenos ojos ese alistamiento, especialmente después de que haya advertido de que no enviará tropas a Ucrania a rescatar a norteamericanos en caso de que Putin culmine su invasión. «Aplaudimos la valentía de los ucranianos, sin embargo, nuestras alertas contra viajar a Ucrania siguen en pie», dijo una de las portavoces de la presidencia estadounidense, Karine Jean-Pierre.
Esto contrasta con otros países aliados, como el Reino Unido, cuya ministra de Exteriores, Liz Truss, ha expresado su apoyo manifiesto a los británicos que quieran tomar las armas contra Putin. Desde entonces, según han informado los medios británicos, centenares de ciudadanos de ese país han acudido a combatir a Ucrania. Noticias similares se han publicado en Canadá.
Los largos años de guerra en Afganistán e Irak han creado todo un sector de mercenarios en EE.UU., y el más destacado de los empresarios que se dedican a ello, Erik Prince, llevaba meses planteando a la Casa Blanca crear un Ejército paramilitar para apoyar a Ucrania.
De todos modos, ante la negativa de la Casa Blanca a facilitar el combate directo, por los riesgos de escalada nuclear, de momento no hay compañías estadounidenses de seguridad privada que hayan anunciado planes de movilizarse en Ucrania. Los socios europeos y Estados Unidos sí están enviando misiles, armas, munición y demás a Ucrania.
Ante este llamamiento, el Kremlin ha dicho que ninguno de los mercenarios capturados por Rusia en Ucrania será considerado prisionero de guerra según las convenciones humanitarias que rigen en escenario bélico.