Leonardo, el artista de 8 años que promete ser el Basquiat español
► Empezó dibujando en las paredes de su casa con dos años y medio y ya es un pequeño gran artista cotizado en el mundo del arte. Leo, hijo de un arquitecto y una ‘influencer’, firma el cuadro del XX aniversario del Mutua Madrid Open
De Basquiat se dice que es el ‘enfant terrible’ del arte del siglo XX. Mezcló, con su estilo rabioso y emocional, altas dosis de grafiti, colores primarios y mensajes escritos con una trazo muy peculiar, aniñado, aunque lleno de fuerza. Inimitable para casi todos, a Basquiat le ha salido un heredero en España: un ‘enfant’, un niño, pero por el momento no terrible. O eso aseguran cada vez más expertos e historiadores del arte.
Se llama Leonardo y, con solo 8 años, ya ha conseguido hacerse un nombre en el mundo tan competitivo como el artístico. Sus cuadros –a él le gusta pintar en lienzos a lo grande– se agotan en cada exposición y sus diseños han llenado de colorido incluso una colección de camisetas de Zara. Le representa la galería Villazan, reconociada internacionalmente por apostar por artistas como Edgar Plans. Su último éxito ha sido pintar el cuadro del XX aniversario del Mutua Madrid Open. Lo cierto es que a la pintura no le falta detalle, ni tampoco imaginación. La red de la raqueta es en realidad una tela de araña, con arácnido incluido. Pero también ha incorporado el marcador de un partido imaginario en el que Nadal remonta dos sets y acaba venciendo a Zverev.
Leonardo Rodríguez-Pastrana es algo tímido, pero ya se le nota el nervio de un miniartista en potencia, –no todos los niños se atreven a dar entrevistas a los 8 años–. Le encanta el tenis, pero, eso sí, «para verlo por la tele», confiesa. «Me encantaría que mis hijos fueran tenistas de élite, pero, de momento, lo que tengo es un artista de élite», cuenta con humor José Rodríguez-Pastrana, el padre de Leo, que jugó al tenis a nivel profesional cuando era joven.
Este Basquiat en miniatura ha crecido en un ambiente en el que la estética siempre ha ocupado un lugar preeminente. El salón de la casa fue el primer museo en el que Leo expuso. Su padre se dedica a la arquitectura y su madre es la modelo, escritora e ‘influencer’ Laura Caldarola. Quizá esa sea una de las grandes diferencias entre Basquiat y su joven heredero: el entorno en el que empiezan a pintar. Porque aunque ambos utilizan las paredes de casa como primer lienzo, Basquiat tuvo una infancia tormentosa, con un padre violento y una madre alcohólica. Leo ha corrido otra suerte y una de las cosas que más feliz le hace es poder ayudar a otros niños con el dinero que se saque del cuadro que ha pintado para el Mutua Madrid Open, que se subastará con fines benéficos.
Su artista favorito es Leonardo da Vinci –aunque porque comparten nombre– y asegura que lo que más le gustaría ser de mayor es ‘skater’, aunque sin abandonar la pintura. Los materiales que utiliza en sus obras, como hacía el artista de Brooklyn, son de lo más variado: Leo se sirve de rotuladores, ceras, sprays, óleos...pero a veces incluso incorpora piezas de Lego a sus creaciones. Su primer cuadro lo pintó a los dos años y medio y –dice su padre– él solito ha ido buscando una mayor simetría en el espacio. «Va madurando a través de la pintura, que cada vez es más proporcionada. En un niño tan pequeño la evolución es brutal en muy poco tiempo», explica su progenitor. ¿Su inspiración? Lo que estudia en el cole, lo que le pasa y, a veces, lo que ve por la tele. Su hermano Orlando, de cuatro años, le ayuda a pintar de vez en cuando, pero si se equivoca, Leo le echa la bronca. Ya le sale el genio del artista.
Creatividad precoz «Me encantaría que mis hijos fueran tenistas de élite. Pero, de momento, me ha salido un artista de élite», dice el padre de Leo