Putin mató a Manolete
Culpar en exclusiva a Rusia de la subida de la luz es tomarnos por imbéciles
SÁNCHEZ no ha tenido tiempo en dos años de hacer una ley de pandemias, pero sí de achacar al virus el desmadre económico de España. Ahora tampoco tiene un plan para organizar las ayudas a los refugiados que están llegando gracias a la sociedad civil, que va siempre por delante de la clase política y se ha organizado para traerse por carretera en vehículos particulares a cuantos ucranianos alcancen Polonia. Sin embargo, en lugar de sonrojarse por la inacción de un gobierno que se debate entre la decencia de ayudar a las víctimas de la guerra y el pacifismo maquiavélicoporreta, el presidente ha optado por usar a Putin como escudo para lavarse las manos en el escándalo de los precios. España pagó la electricidad más cara de su historia en 2021, cuando la invasión rusa sobre Ucrania ni se olfateaba. Pero Sánchez proclamó ayer en las Cortes con tanta impudicia como falta de respeto a la inteligencia ajena que «la inflación y los precios de la energía son única responsabilidad de Putin y su guerra». Y ya que estamos, él fue también el toro que mató a Manolete. Sabíamos que nuestro presidente tiene un estómago grande que le ha permitido tragarse pactos abominables y mentir en tromba sin padecer reflujos gástricos. Ahora también sabemos que tiene un corazón pequeño. Quien trata a todos como imbéciles, no sabe querer a nadie.
Cuando Sánchez atribuye nuestra ruina doméstica a factores externos demuestra que es un presidente inepto, pero al cargar su deplorable gestión exclusivamente sobre Putin y la guerra, sin el menor atisbo de autocrítica, asciende además al rango de inmoral. Es obvio que el delirio de Rusia ha generado consecuencias económicas en el resto del mundo y que todos los gobiernos van a tener que improvisar medidas para frenar el batacazo. De hecho, el capitalismo que tanto repudian los ‘aputinados’ locales está ahogando al sátrapa para proteger la libertad sin violencia. Pero los españoles que se han ido a Polonia en sus propios coches a echar una mano están pagando el gasoil más caro de sus vidas con el 49 por ciento de impuestos, señor presidente.