Psicópatas
SEn En todos los enfrentamientos, sea una partida de parchís o una guerra, existen reglas
Hay que reconocer que un ejército es más efectivo y destructor enfrentándose a civiles desarmados que a otro ejército. Ni comparación. Si, además, los civiles desarmados se encuentran en un hospital eso es pan comido, porque algunos enfermos no pueden ni moverse, y los médicos y personal sanitario es difícil que encuentren ocasión de empuñar un bisturí o una aguja hipodérmica. También es de una eficacia apabullante establecer un corredor para que los civiles puedan marcharse, y bombardearles cuando lo están haciendo o, previamente, colocar por ese pasillo minas personales que exploten cuando los muy ignorantes las pisen.
En todos los enfrentamientos, sea una partida de parchís o una guerra, existen reglas, y las acciones que se han descrito anteriormente –y que ha llevado a cabo el ejército ruso en Ucrania– están expresamente prohibidas por las sucesivas Convenciones de Ginebra. Como a los psicópatas las reglas les parecen tan importantes como a las aves las fronteras, intenté refrescar lo poco que sabía sobre psicópatas y, con objeto de no perderme en esa biblioteca de Alejandría, que es internet, llamé a un amigo, psiquiatra, para que me subrayara las características más sobresalientes. Y es que, a lo largo de la Historia, ciudadanos como un tal Stalin y un tal Hitler demostraron ser unos psicópatas de referencia. Y, entonces, mi amigo me habla de un encanto superficial, egocentrismo y narcisismo, falta de planificación, una necesidad de mentir de manera constante para manipular, la tendencia a la verborrea, y una gran susceptibilidad, de tal manera que encaja mal las críticas. Llegados a este punto, casi me asusté, porque todas esas señales parecen concentrarse en un personaje que conocemos todos, y que no es Putin. Menos mal que mi amigo añade que un signo distintivo del psicópata es la indiferencia emocional. Ante la desgracia ajena el psicópata ni siente, ni padece. Tampoco le alegra el bienestar que no es el suyo, y considera que todo lo que le favorece es justo y debe emplear los medios para conseguirlo. Me vuelvo a intranquilizar, pero sería una canallada, por mi parte, caer en la tentación de comparar a ese personaje con Putin. No, no confundamos las sospechas con los hechos del Psicópata ‘sobresaliente cum laude’, capaz de ordenar la destrucción de una maternidad. Esa hazaña será recordada.