El hombre sudoroso
Las películas que el desaparecido William Hurt hizo en los años 80 son las que mejor permanecen en la memoria
NO es una teoría, es una impresión personal de chichinabo: el cine clásico se acabó en los años 70. Con ‘El padrino’ y quizá con ‘Tiburón’. Luego ya vino otra cosa que también hacía disfrutar. Tenía menos empaque, pero hacía casi igual de feliz. La muerte de William Hurt ha sido como la de Raffaella Carrà, una sorpresa. Como la de Félix Rodríguez de la Fuente. Aunque no haya sido un accidente sino un cáncer. De Hurt me quedo con su cine de los 80. A William Hurt lo hemos visto nacer, crecer, quedarse calvo y hacerse estrella mientras íbamos al cine. Como a Meryl Streep. Como a Glenn Close. Qué gracia cuando pensábamos que no se iba a comer una rosca, que se parecía demasiado a Streep (roscas sí, lo que no se ha comido ha sido un Oscar).
No sé si a Hurt lo vería (supongo que sí) en ‘Kojak’, pero la primera vez que me fijé, qué original, fue en ‘Fuego en el cuerpo’ (1981). Aunque me fijara más en Kathleen Turner. Todavía no en su voz, que el cine que íbamos a ver estaba doblado. Ahora que está muy gorda dice que en la calle la reconocen por la voz. Pero qué diferencia la de Hurt con «ese hombre sudoroso» (Edmond O’Brien) del que Ava Gardner le habla a Humphrey Bogart en su camerino español de ‘La condesa descalza’.
Sólo a Tom Selleck y a William Hurt les ha sentado bien el bigote. En ‘Fuego en el cuerpo’, Mattie (Turner) se escupe de risa un granizado en el escote y Ned (Hurt) va a por una servilleta mojada. Mientras él sale corriendo, ella le dice: «¿No querrá usted lamerlo?». En los 80 queríamos que William Hurt nos lamiera. Luego llegaron ‘Reencuentro’ (1983), ‘Gorki Park’ (83), ‘El beso de la mujer araña’ (85) y su Oscar, ‘Hijos de un dios menor’ (86) y su Marlee Martin, ‘Al filo de la noticia’ (87) y ‘El turista accidental’ (88). Y mira, siendo en ‘Al filo de la noticia’ un caradura que lloraba de mentira para estupor de la estirada Holly Hunter, me lo quedo. De esa película, como de tantas otras, aprendimos algo importante: a sentarnos encima de la chaqueta en la tele. Aunque de la película de James L. Brooks siempre me quede a Joan Cusack corriendo con la cinta VHS (esa imagen tan imitada). Vale, siempre me quedo a Joan Cusack en cualquier serie o película. Y en ‘El turista accidental’ me gusta Hurt por su misantropía y su distancia emocional (que no hace falta haber perdido un hijo para eso). Por su perro que le muerde. Y por Kathleen Turner otra vez, más que por Geena Davis. Y por alguna de sus frases: «No creo que el matrimonio deba ser tan común como es. Creo que debe ser la excepción a la regla. Las parejas perfectas quizá se puedan casar, pero ¿qué es una pareja perfecta?».
Desde que el domingo se conoció la noticia, he leído más de una vez que ha muerto el actor de Marvel William Hurt. Amárrame los pavos. A estos les vas a explicar cuándo se fue al garete el cine clásico.